Año XV.— 2." época Miércoles 9 de Junio de 1897 Núm 3.296 rio ;;i;^c:::ci6x ! -in n¿os - '.. ir.í, tl'ilBOtt»:. - . wvsr, fnm;<;n.'. :' .'.1, iriiiiciltí'. ■:■ '.c,.:ijW\ íiiiiv.'S'fo. AA Ai\ ■ ro .i-.ra*iJi>.. - . ¡i; ;-;,■.! anu rcnciottftleí. 1 p[ DIARIO DE LA TARDE iJr; !3 Afiin.-nislriciúri Je i ¡í^.i bx (i.ii.iCi* , Attnañi, 2, ta;». Cípitr.! fa^srá edíinntí'íi, J'ríj'i-nFí'j *:J ¡mí.'jcte "-a iítu-.t día - íc-'-í*.!*. LUGO 9 DE JUNIO La Dirmliáai Han sillo los dcsiguios do S. M. !a Reina ratificar su coníkiizn y coniiiraareu mis poderca ai Si-, üiliiovíia del Castillo, qaion consicieramlu el ¡mestJ, puesto do abnegaeióü y de sacrificio, puesto de honor y deber, y saeníicaudo su neccfiá&i] de reposoj háse puesto á Iüs óniones de In \mtnn y del Trono. Todo lo que es víolmito dura poco. Todo lo Que so constriiye cu c! aire desaparece al coi¡ tacto de la realidad. El rctraimieuto, raa! meditado y peor calculado, de las minorías ¡epaíes, acto al cual fué amstrado el SSr. Sügasta ()or 110 apareccí un apestado ante los díscolos cnpilatieados por el marqués de la Ve»a de Armijo, ba resultado, sobre faccioso, una planclia. Los famosos jlmrras! pronuncindos en el cíiculoliberal ante !a estatua do Morct y leproducidoü coa ílelii'íiQte bislerisitio en algún diario congestion;ido por ospci-anxns dül maml ñisioiiista, se desvanecieron como burbuja de jabóu cu el agua. El ódio áWeylcr, único programa que liabía presentado en estas circunstancias el partido liberal para salvar á la pútria, quedará de tema para El Xuiparcial y el Heraldo; pero no puede ser cuestión gubeniament.ii, pues el Oobieruo, dentro de sus fscnltades ordinanas, tieue atribueiúu, cuando io estime | conveniente, de sustituir, óí así lo reclaman los intereses de la páfcria, á cualquier general con mando. La Corona, usando de !a rógíñ prerrogativa, después do madura reflexión, observando, pesando los pareceres de las personas consultadas y mirando al interés público, fuera de ¡as contiendas de los periódicos y de los apasionmniemos de los partidos, ha eslimado que estas eircunstaucias debía continuar la poiíticd conservadora, como única que ofrecía garantías ¡jara resolver ios problemas pendientes en sus aspectos militar, político, económico, diplomático y financiero. Claro Gitá que ¡i los 1 bí-ralcs impaciente-;, qni: cebaron á volar la f'anta-ía büjo el Kiipulso del a|jctiVi touciipiscibíe, sufrirán las conKeeueucüs del apetito irascible, l'iljiaráu su desencanto; pero la ¡lolítica áa Estado es algo superior á los apetitos. '¡.■j Untfn Oitmica.) La prensa Hbsral y la solución de la crisis A título de información, vamos -á reproducir algunos trozos de varios pciiódicos liberales, para que se ven el efecto que les lia causado la Foiución de ia crisis. Til Jmparciul de.-cirga toda su furia contra el general AYeyler, y como si hubiera perdido mía cartera, dice: «En loúfta pntlfB produjo vpidnñcra Forj.it-sa ia FitliiCión dc-1 coníl c:o. Aiinquf nunlioi tciiiiaii que al fi.-i Jicgí- í pn.fpfiat Id 'lie a Úi} ■!! COUlüiUüiiióa ik'i C!»bii:<.le CímovBS, nadii;, ni blio loa nii^niD: miuistrob' la Ituíaii lodns cousign. ¡liai» ¡i iJi-rvoiiít que sneU-n vivir algo :;!í>jFi(la-' ¡üc euiio Iuf bisudorCi! políiitoa, piu'jtl actual oslaío de cospia. Entienden los libiTalcs quo aborn ora ncasií]! roclificir en poHticii iiefistn y i-- oimb'Kt' por to'oplclo los pvo.aeJitüieuto.- do gobierne. Dentro de algunos Dioses se» In! voz y» domaaiado turde. Par* entonces, nuadeii, es muy pasible qac no ¡Mya posibilidad de encauzar los nogoeios públicos comulos inierosesde Ir naeÜn demandan. Una de Ing mayoros con'i'ariedodes do lo .a lib-'r-tles que cu la poliiciún do la cri • sia nn luya onirado cmn pnrle integ'-mile c! rol"VO del goueral W.yler y !a niodííioaciún del Ministerio. Un ministro kb lanieiilab:i auoelio df que se i Kigiera In dimi^iún doi gpuctiLl W' ylor en la r. EOlnciún do la cr¡HÍJ. y hü-id¡ar •Puhs qué. ¿Iirt de resonar en Cubil la bofetada del di¡qiie do Teüián?» Algtiuns tiberalea que lian desempeñado algiinoi cargo», decían ayer en el üoiifjre. so que «i o) Sr. Baguala no ceun/a 6, bus Bnii»oa para protestar do tanta burla, y convenir cd los [)roeodi:o¡ento3 enófgicos qno era preciso adoptar. & , y muebos como 41, baiiuu pateóle su Qisguaio. Olio?, eutro ios que se encontraba un dipotado [jaiflaerstii, que su dieiinguo por Sun profecías, eoiifeaao-i que se baijia equivocado po osla ocasión y su limituba á exclaül-ir: ¡Viva la Beina! — No se pueden hacer calendarios — decía un mimstro, — porque nosotros, desdo que supimos que ei coodo de las Almuuas había sposlado por Saga=la, nos conviden -* mos más seguros qnc uiinca. ' Sobre lo que ocurrirá más odelanlo, los pareceics eran aiuy boterogéneos. Algujios vejan un porvenir preñado de peligros y ottor creíiin qnc todo podii'a conjurtirse, lijándose c-n qne ol Sr. Cínova? hibin dicho que por ahora seguirían lo mismo las cosas, lo cual parece dar ¡l enlinder el propósito do mi.ditkar el Ministerio eu plazo no rany Iojüíio, l'netle floeirsequo In solución de la crisis sólo lia satisfeciio á ios que ocupan posicio' ues oficiales y & los partidos extremos, que ven cómo se agraiid .n ¡ai dift-rt-ncias onu'ú los p'iriidoa ggb.'rnaijtes. Los romerisuis, a-jí como oíros elonieutos importantes del purtido ejoservador, tenían la creencia de qao en el camode ser rat ficada la oorjíioim al .^r. Cánovas, sería roo rgati ¡calido el Mi^iisicrio. Ahora piensan que i-I nuevo plazo para la crisis parcial soa largo, y que acuno no sean misfv-chae cierlas ii^pii'«cioije-i que oxisloo dentro di' ta sgtnfiaeióu Ciinf'ovvidorj. Un "liniftro dcom anoeln: — No hi existido orisij, oi dimisión do ministros. Loj liberales tavierou la prelonsiAn de qoe saliera del Gob orno el duqoo de Te nivn, í. lo cnai no qniso acccíltr el p esidnite de Consejo, h gaüzsria la sil nación, ei Sr. CáuOY'is actid's á la E 'iun para qoe oiga upin onoa y decid* qaiáu tiíue la razóo ti. so parte, Fallado el pl ito en fivor oees'ro. ¿wu qnó ió^ioa Su pide ahora la salida del Gobá-ruo del duque do Teinííi? S.h duda que el orgumeulo uo eonveueo á Ioí lili- ralea. Loí silvelisios no egiín tampoco saiiaficbos da fa resolncióti de la crisis, porque la suponen ocasionada A graves quebrantos. > Gomo si no futra bastante, El Impíircial pide una aclaración á la sentencia pronunciada por, la Corona, y dice: 'En el proceso de la criáis resulta oscuro a:gD que la genio desea adorar, para poderse implicar cómo iiao venido k_ quednr las oosat de la raiíma tnauern que euiaban" ames de plan O'.rse la uncsiióti de confianza. ; ¡ís cierto quo por bis referencias (;btcD¡dnti de la- piTsouiia A las cuales lia consultado ta fíeiua, nuúia sy pu.-de ecosiderar eiilerndo dj Ids npiuiones omitidas sobre cada «no de los eKiremos qne moiivuron | las pcfgnntfts de S. M. Y para que la opi- \ nióu no so Hieran del buco camino, se ob- : foivó ayer nu deseo general de que so baga ; público ol rtsnl'ado do las cnr.snltas. ! Además, so considera c iiivi-nientR esla ; aclaración, porqoo de ello podría deducirso i el lioriíioiile polílico para un porvenir de varios meaos." Declaraciones del Sr. Sagasta Hablándose en casa del Sr. Sagasta, entre varios amigos, dice El Correo, de la maniobra que se esgrimía eu algunos c'rculos conservadores, atnliuyend j ni jefe del partido liberal el íiabei aconsejado á S. ftf. la Reina una t osa distinta á la que luego manifct;ó á los periodistas, el Sr. Sagast i se expresó en estos términ is. «Imposible paree que hayaquieu me suponga capaz de nu i aberro^ óu semejaule; y quien tal ere», o o tiene id n de la digni ■ dad ni del honor. ¿Cómo n» hombro pi'ibli-o pnode acontojiir A. lo Pvíiu» mu coiiv. y después decir lo contrario? ¿Qué concepto f nmaría do mí la Beina si yo hnbliora prect dido de - so modo eii un a.'imio de tañía (¡r^vedad? Yo le manifcsií n S. M, i¡< Reina qae ol partido liberal Oslaba dispi ¿slo & aceptar el poder; y lo lio d'cho, ad más, en todos los tocos y de la manera nin i tormioaulc & cuantas personas han quendo oirme, qua en las presenlea circunsiancias y dado ol fracaso de los conservad o rea. no htibia olra solución posible quo la do mi Gobierno liberal. Claro es quo yo no lie mendigada el poder, peco he declarado que, cualojq'iiera que fuesen las cii'cnnslancins, siempre oslaría mi partido al servicio de la pííma y del Trooo.t "Una contera hay que poner é este bastón. Esas explicaciones que da el Sr. Sagasla eu El Correo uo se las han pedido los conservadores, ni tenían para qué; ni los conservadores han hablado una palabra de eso que supone dicho periódico. E! Sr. Sagasta al dar esas explicaciones busca sincerarse ante sus correligionarios, quienes al sufrir el terrible desencanto de las ilusiones htstciicas que habían padecido estos dius, consideraban á bu jefe D. Práxedes como un apestado y un traidor que los había engañado, atribuyéndole c¡ iiccbo de haberles dicho lo contrario de lo quo dijo ¡i Ü. M. Si hubiera oído el Sr. Sagusta eu los círculos liberales y en las tertulias de) señor de Moa en qaé se convirtieron los ¡burras! del otro dia, se hubiera tenido que poner algodones fotiicados en los oídos. Algunos pensaban en dejar iucapacitado al Sr. Siigasta pura dirigir al partido liberal. El Heraldo, por boca del señor Canalejas, duif;.; ftl Sv. Sagasta la siguiente terrible adveiteucia: »Aote la nueva provoese 'm del Sr. Cánovas se ha inJicadí la con1 ;meucia de reunir d ios ex-iamia ros pin qu^., conouieudo s! detalle lo oca lido en a entrevista del Sr. Sagasta oon S. M., pnei t adoptarso alguna detennmació qu* es!-: íi la altura de ia situación que se crea li lo elementos poliiicoEj cuyo couon.so no ei- considera, por lo visto, n-ícesario.» El apetito i/ascibíe se desató tanto ya euf.ru los lil erales al conocer el reatiHado de )i crisis, que las comisiones (ie dipui idos provinciales liberales i¡uo vin eron de provincias parecían partid is de blasfemos contra D.l'ráxedt.f. ¡Yaseirán sosegando! Opmióa ic_Sherman El Standard recibió y publicó un telegrama de Nuovíi-Yorli, en el cual 6e consigna que Mr. Sbermau declaró que el Sr. Cánovas de! Castillo, en punto á sinceridad y patriotismo efi las buenas relaciones diplomáticas con los Estados-Ümdos, ha llegado á donde ningún presidente del Consejo de ministros de España llegó. Eu_Caba El general Weyler Con este título dice La Corresyondencia de España io siguiente: ■ AnleBoocbo recibimos oo telegrama de nuestro corresponsal eu la Habana y oes absluvimos de insertarlo, poique pareciendo que uno de Ms puntos antis esenciales de la crisis estribaba en la contiutiación ó en el relevo del actual capí la n general del ejército de Cuba, pudieran influir de alguna suerte en ol proceso de la crisis las impreEÍones desde allí Irasmitídas. Por lo menos se nos habría podido hachar de parcialidad en uno ú otro mentido, siendo así que, fieles á lus Irad.'ciones de este periódico, nos hemos inamcnido conipíutamentc ucutiwlús y respemoaos á caitutos elementos hnu intervenido en la; cotisnitas y en el desarrollo do los suceso?. El telegrama dice así: Habana 5.— (Reoiipedido en Lóuíres é las irSÓ.J: El general Luqne ha sido nombrado comandante en jefe de Holguín. Reina aquí gran ansiedad por conocer e' resultado de la crisis, por si un cambio de Gobierno diera lugar ii la dimisión 6 reli vo del general Weybr. El general Weyler es considerado aquí como irromplazable, dado; el acierto de en gestión palluca, la «o fianza q<\e iu-pira A todos los paridos cubanos y el quebranto de los rebeldes, — ilcndosn.» Actitud de Weyler También es de nuestro estimado colega el siguiente telegrnimi: tllabana /'.—(Reexpedido en Lóudres á las ¿'lo de la madrugada): L'> Gaceta de hoy pub'ica los decretoi aplicando la ley de tefoim"s. El general Weyler se muestra saUsleeh.) del oslado en que so encueatra ac. na uieTile la cnmpaSa, asegiirsudo que el eueiu yo cílA qucbianiadisimo. E¡ oapituu genera!, incan'-able OD su tro bajo, ded:ca hasta la m.ijw parte de ins lloras de hi noche en ievi-ar los e\p,'dn'-utisde iudiilto, iníp;riínJuj.' en la mis ruínela jiisiicia y cu los sen imicntos iK' clemencia al resolverlo?. El general procura .i iodo tranca l'egai A eb >ner la conciliación de ios p r Hoa e;paüolis de U ií:a ai p. antear las r«foriii i>. ¡ LüR eoronelci voluuiariui s.- han pn s- >!i tado il W.-y er para iviíeravle su aúliesióa y I SU oOutinuza, y le han felicitado pjr ei px: - ¡ to de las operaciones. \ Lasoiueiói d.ida p'ir el liiuiiíeiio al I coullieto del bdíe'c, rrsu ta meíicaz y eun' tiuúa ia depreciación drl pip i moumi.i. Lis nutonomistas obseiv.m m,á nc-.it .d cori'i-cta, iii^piráiidost' en au:eero pa riui'Sico, y so laiccntuo de la; polémica vioirn - tas enlabiadas en'.re algunos ■formiiUs y constitncioualos. El general Weyler se ha colocado en el punto de visla de la imp ireialidad, y joíií i qnc ee abre uua muv« en polines en la isla de Cuba, y cousagrarA saa esfneizof á ser un fiel rep.'esenlatile do los deiecS del Gobierno de España. Su programa personal secoucrels á perseguir sin dL-scauso n los rebeldes en armas yátraturcon clemeueia il todos aquelioj que, arrepentidos y desengañados, se acojan ti la bandera española. Asimismo entra en sa programa la mayor facilidad y protección a todos icsp.r¡idos legales, para que ejeroiten sus tH-rechos dentro de Ib esfera amplia da las nuevas Kyes do i'( formas.— .Vi mí oza. i No se han recibido más noticias particulares que las trascritas. ES poder ajos liberales Se ha comentado mucho una frase feliz que lia pronuociado el señor Sng'tsta contestando áaqucltoa amigos suyos que, sabedores del resultado de la crisis, le fatigaban con sus visitas y acosaban con sus preguntas acerca del tiempo quo