r — ^ SUSCRIPCIÓN Lirgc: i pásete ai mos. Fuera: i id. írimsslre pt'ga- daa ■intícipaiijmGiito. "uba, Puerto Rico y Filipinas, 12 DIARIO ILUSTRADO L-UGO* ANUNCIOS A precios conveucionalofl segm espacio é inserciones. Comunicados, á real la línea. Glicinas: San Marcos, 7. Viérnes i* de Abril da 1898 NGM. 9-935 la ojiinión en e( extranjaro Acerca de la guerra He aqaí lo tino acerca do la posible guerra cutre líapaña y los Estallos Unidos y sobre iiucsirus medios do defeasa, dice Kd nardo Luclwy, distiuguido periodista fraucos muy eutemüdo ou asuutos de Marina. Kl articulo es verdadorameuto digno de llamar la ateuoióu. »Los cspaüoies tieiiun eu Cuba uoa flotilla agüisiuia, compuesta de bueuos cazatorpiidcros y da torpederos rápidos. Eatieadea perfjcthineute esta guerra de sorpresa quo pida á la voz que saugro fru y valor, un poco du uutusiasmo. Antes do avuuturar sobre Cuba una cxpediciüu formal, iiabria quizás que mirarlo mucho. Los Jistajijs Uuidys teudrian , es cierto, el recurso del bloqueo. Pero los bloqueos schaceu hoy barto ditíeiles, porque siempre lo impedirían los torpederos, como ¡o esíaoieció clarameute el almiraute dlombo en estos últimos . tiempos. Por el ontrario, si citoa quedasou dueaosde U capitai de la isla y de uu puerto do guerra, los espatkiles P'^. Irían hacer ai comercio amoiieauo uua guerra desastrosa. Para tat genero di lu<;lja, lieneii ustos barcos tau bmüos coui') al Cristóbal Cotón 0 como los ( que acaban do comprar en los astilleros \ italianos: barcos dv 18 0 l'J nudos, bien provistos de carbón y raejor artillados, listos boques, formidables para toda nave de guerra, pueden oo obstante escapar faciluieule, sí lo quieren, dol unemigo; y con uiayor tacilidad todavía rouuirse otra vez y perseguir los vapores y loa navios veleros de la marina merca ti te. Algunos (le eStOS batooo, i.rmo.dos ta corso, ma atendrían en expectación toda la ñuta amoric'ina. Uu sólo corsario puede ocupar en su persecución uu considerable numero de naves du guerra, amén de los barcos empleados necesariamente en convoyar y proteger lus transportes coioerciales. Así es como la Potencia más débil toma au revancha contra la más fuerte. Con" medios de acción i u compara lil emente mas pequeños acierta á paralizar á su rival. Ateuta directamente á sus intereses, mejor aúü, á su vida misma. Y, tanto por la muitipiiw tad, como por le inesperado de sus ataques, eseapa do toda represalia seria. Una gran nación industrial como los listados Unidos, y sobre todo como Inglaterra, difícilmente resistiría durante largo tiempo á una guerra como ésta. No hace mucho se ha visto practicameiite, cuaudo suscitada uua cuestiou eiuru el gabiuete iugles y el de San Peters burgo, Kusia oreó por suscripción su encuadra uacioual, quu uo ' era siuu una flota de corsarios. Al punto el coste de las seguridades sube en Londres de manera tai, que los barcos mercantes permanecen estacionarios en los puertos y la vida comercial se encuentra amenazada por la ruina. Cedió ai punto Inglaterra. Pero ¿que hubiera sucedido si las hostilidades se hubiesen roto seriameute? rii eijtr'! cita nación y uosiitroa entallase un cjuilicto— y esta es desgracia que quiero mejor uo prever — no uucoutraremus otrj salida que la guerra comercial. Los grandes combates uo podían meuoi de sernos funestos. En el supuesto de que saliésemos victoriosos (lo cual es muy posible), en la primera voz, uo po iriamos resistir l:i segunda, ni menos todavía la torcera. Nuestras fuerzas ¡riau disminuyendo mientras que as de nuestro enemigo se engranaeceríau sin cesar, lías [jara hacer la guerra comercial , nos fa.tau barcos apropiados y bases de operación. De navios á propósito paseemos alguuo-i, y cu cuanto a bases de operaoióu, excepto ¿aigou, uo tenemos muchas. Volviendo á ííspaha, es posible que combatiendo á los rebeldes de Filipinas, a ios insurrectosde Cuba, y además áío3 Estados Unidos, sea al ñu vencida y arruinada entre todos sus enemigos. Pero también es posible— I tan inesperados cambios y resultados j ofrécela guerra marítima — que logro i prolongar demasiado tiempo la lucha para que las grandes potencias, cansadasdocoiitemplar sacrificios inútiles, _ ofrezcan una mediación á los enemigos ' y se decidan á. imponerlos la paz. Como igualmente es posibla que la f uerra uo estal le entro tos Estados Unios y España. Y esto es lo que do todo corazón deseamos.» EüUAItDO LOCKKOY. El .orfeón de San José yol maestro Alfonso Nuestros lectores no habrán olvidado el famoso certamen musical celebrado en Lugo con motivo de laExposición Regional , los apasionamientos que ) tara nunca, á la altura de ios de íiilbao, masa de milicianos del canto, que á cada moraeuto difícil temía ver desorganizados, y lo evitaba con lounos. ojos, pies y boca, pasando un rato malísimo. Triunfó, porque es muy buen director y ooutaba con saldados -viejos en aquellas filas, pero uo hubo manera de que se escapase alguea uotsi rozada y la entrada tardía de tal cual muebacho. Era natural, a obra espedía á las fuerzas de lus bueuos orfeonistas: demasiado han hecho, »o se >^3 puede negar este honor, y... ¡cuánto los habrá coatado! jEjeoutar a Waguer, siquiera sea en uua obra primitiva suya y do las claras, siu saber música, do oído...! Algunos habráu teuido que hacer de fiar Sos eu los pasajes duros por el ritiuo ó la entonación, abriendo la boca,- pero sin emitir sonido: era lo mejor que podían hacer. No está ese orfeón incipieote, ni es- produjo y la polvareda que algunos j Pamplona, Barceloua ó Santander.» musicólogos de Lugo pretendieron lo- j _______„ vantar ooutra nosotros porque noaatrevimos valientemente á sostener que ni el maestro Alfonso era una eminencia, como se nos quería hacer tragar, ni su obraj L't Trfiijtau decantada ora ainó un tren carreta y que ot Sr. Alfonso uo podía ni debía en coucieucia tbr- Desde Otero de Key Por du, después de transcurridos diez días duran ta los cuales — seg-ÚQ puesto músicos iteafieto que de verdaderos orfeonistas. No pidieron entonces los alfonsinos ■ . . . . , „ . , de Lugi nuestra oaboaa, porque acaso ** Cl,üte3t3 °" Parf? u « 0 ^ á^ v n.™„.,- «,u,,t«««..mn^,ií-,. ' e! que suson be a Ur. Regional y u^e comunicado suscrito por uu J. P. que j bieu puedo sur uu Jmn Peranzute* ó cosa por el estilo, á medio del cual eacriio, y para sus adoutroa couiproudíau que la teuiamos más segura y tirine quu ellos. Hoy, al cabo de año y medio, se exhibe eso orfeón ijreteuciosainente en los conciertos deT^iTiicrptr-iw&rfiao^d^ Madrid y he aquí para solaz y divertimiento de ios amigos del maestro (?) lo que dice uu periódico de tanta importancia como til Nacional: «Respecto del orfeón, so ha dicho en letras de moldo que fué fundado y as dirigido por el £jr. Alfonso, maestro de capilla de nuestra catedral y notabilidad musical iudiscntible; que ha ensayado con acierto esta obra y, gracias á sus esfuerzos, ha dotado á Üadridde uú elemento que uo tenía: el coral para graudea conciertos. La. realidad, siu embargo, os, limpia d'i oheiosidades humildes y complacientes, que ese clérigo no ha tundado el orfeón ni es su director, siuo simple inspector, eso si, con 12.000 reales de sueldo, ni haeusayado comprendiendo que susonue a isl kbgional y q ostii periudico publicó ol dia 17 do dicho mes. De ¡a lectura del mencionado documento, parece desprenderse que el autor del mismo es D. Jesús Prado Saumartin. quien respirando por la harija., pretende desvirtuar la acusación que oontra él he formulado haciendo uoa pobre y enteca defensa de su persona, en términos que si no io conociese, sería bastante lo que escribe para poder caliSsarlo de hipócrita. Dieo el Sr.. Prado que uo quiero pasar el tiempo en soitener polémicas conmigo, que todos los vecinos de este Ayuutamiouto me conoecuy que uo mo hacen caso, que uo sustituyó por otro ningún medio pliego de papel ni que tam])oco sustrajo los ocho pliegos do dos pesetas del expediente administrativo incoado á instancia de D. Salvador Fernández, que soy ol minado de los baliesteristas eu el distrito y, por último, que registre mis bolsillos y aún "mi habitación por si eu ella so eucunutra á Waguer, pues el maestro Jimóucz ha ¡a SüpU|tura do los pliegos aludidos, tenido que rcetihcar mucho su obra, ¡ bien; vamos por panes, D. Jesús, aplazando la ejeoncióu para cuando loa ? a mi uo me extraña que V. no quiera ckms ae halla, an mejor dispuestos; y, sostener polémicas conmigo, «i con pijr último, como notabilidad, no lo es ui páralos mismos colegas suyos, maestros de capilla de catedral, entre los que figura el insigne Barrera (de Burgos) y figuró Olleta; no puede compararse con Jimeno deLerma, Ollar, Ovejero, y no hablemos de Eslava, porque sería blasfemar. Es tan sólo uno de tantos, pero protegido por el marqués de Pidal. En cuanto á ose de dotarnos de masas corales, banlarú recordar quo la .Sociedad de Conciertos ha ejecutado las sitifouías do Beulhoveu con coros y otras obras de coujuuto vocal; que la ópera, antes de venir aquí coristas italianos, y aun después, ha tenido aiempro muy buenos coros, y nunca hubo dificultad mayor en reunir las voces necesarias para cantar piezas más, mucho más importantes que esta de latina de Wagoer. Puestos á decir la verdad, no hemos de callar una muy importante: que ese orfeou que se presenta como compuesto de 120 inlividuos, sólo cueuta 77, cuarenta y (res son músicos de oficio payadas , siu lusc ialo-t los orfeonistas uo podríae cantar 10 compases sin tirar por loa cerros de Uooda, como saben muy bien eso muestro y muchas personas más que lo han visto. Fue regular la ejecución: se notaba el ímprobo trabajo , los sudores del maestro Jiménez para encauzar aquella nadie, porque 'odo el muudo sabe que un polemista necesita ser veraz y no eehar nunca en olvido cuanto exigen, en quien de caballero blasone, la cortesía, el decoro y !a vergüenza. Por eso he de significarle que yo jamás mo permití molestar sin justificado motivo á los vecinos de este Ayuntamiento, los cuales no dudo me conozcan, aun cuando afortuoadameute, uo por el nombro do Escullía -cás. Quo V. aspira á sor ol uuiou re preso ut:i uto del purtido eousorvadoreneste distrito, uiitguuo lo ignora, pues siempre se le 'vé dirigiendo toda clase do maniobras políticas como cabeza de motín; ahora en cuanto á que haya personas más dignas para ostentar aquella representación, estoy absoluterooute conforme con su manera de pensar. Quo á mí me mimen los baliesteristas de Otero de Rey, no es exacto, porque todos saben que yo no soy rico, nada valgo y poco signifioo, pero si eso lo dice aludiendo al frecueute trato que tengo con aquellos señores, he de advertirle eu obsequio á la verdad que esto obedece á que — salvo honrosas excepciones—son las personas más decentes qurt existen en el país. Y por lo que se reñoro á la Secretaría do este Ayuntamiento esto merece capítulo aparte. * . Yo estaba cansado de saber que don Jesús Prado Sanmartín era un chico guapo pero, lo que desconocía hasta I ahora, es quo tuviese la osadía do meu - I tiren las columnas de uu periódico tau i descaradatuente como lo hace. Es cieno j que ou '¿l do Julio ultimo D. Julio Bui-. I do Cudesido escribió un recibo redactado por mi eu el que se hacía mención de varios documoutos y euseres de la secretaría municipal, pero también es verdad quo en dicho üocumeuto se ousignarou los ocho pliegus de pa^ei de dos pesetas que han sido sustraídos del expediente incoado á iustaucia de don Salvador Fernández y que en la fecha aludida eutregue a! tír. Prado Sanmartín. Ytautoesasí, que eu sesión celebrada por el Ayuntamiento el 9 do Agosto próximo pasado, se aprobó un dictameu dei síndico de dicha corporación escrito de mi puüo y puisoyquo yo mismo leí pubiicaiueute en aquel acto, cu cuyo dictameu se propouia se alzase al expresado D. Salvador, uua multa de diez pesetas que le había impuesto ei alcalde, la que se lo dovolviese eu unión de lus ocho pliegos do dos pesetas que había presentado para que se le cursase uu recurso de alzada. En el acta de dicha sesióu, so hizo constar únicamente que se aprobaba ei referido dictamen, pero no so expresarán más detalles cu obsequio sin duda á la brevedad. Ahora bieu; en 9 do Agosto citado ya había entregado yo ia Seeretaría, de manera que esta fuera de dada, que 1.>S pliegos de referencia obraban eu poder del Sr. Prado Saumartin, porque, <'0 otra suerte, cste'pájaro hubiera tenido buoii cuidado de reclamármelos. Pero, ¡ahffsarisimos IcoEored! lo gordo, lo estújtójtduíes lo quo despi^sjsu cedió. ^í|¡¡bü Jesusito rompríyíS; mitad del cítaS^ dictameu, que aíiR^"aparei;e escriio de su letra eu laVpárte última y variado por completo, puesto que nada liahia ¡ja la devolución de la multa ni de los pliegos ai udítlOJ, y, uu warnurr* se propone que el acuerdo que recaiga so uotitiquo al interesado dentro del término de seis meses. Con solo fijarse eu esto basta para convencerse de quo uo hay ayuntamiento en España que hubiese podido aprobar tal dictamen, porque, prescindiendo ya de la responsabilidad en quo iueurriria, tendría que resultar letra muerta lo dispuesto en el art. 27 del Reglamento de 'Z2 de Abril do 1890 quo regula el procedimiento administrativo. Do suerte quo, de ¡a ejecución del hecho anterionuente relaciouado, uo solees responsable el señor Prado Sanmartín como autor material, siuo también el síndico D. José Parga Pradeda quien bieu por sorpresa ó doiiberadatneute, apareo de nuevo íirm8.jdo el cíta lo dictameu compie'.amente disttuto del que primeramente suscribió y aprobó el ayuntamiento en la sesióu meucíouada, según oportunamente declararán, va ios concejales y multitud de personas quo asistieron a aquella. Queda, pues, demostrado, hasta la evidencia, que D. Jesús Prado Sanmartín, veciuo de Oaboy, osuu FALSARIO. Más claro ni el agua. Y lo que dejo dicho no basta negarlo, Sr. Prado, porque si es uua calumnia para vindicarse no le queda otro camino quu qiiemlhirse do nú, lo cual doseo muellísimo, porque do este modo evitará quo so formule ooutra V. taeorrespaudieute denuncia crimiual. Pero es posib.o, que aq oche á discurrir y prefiera acudir á otro terreno. Perfectamente. En et primor caso probare concluyentemoutela verdad de cuanto afirmo. Eu ol segundo estoy di»puesto á sostenerlo solemnemente allí donde en debida formase méllame. Más, para esto último, es preciso ser hombro de houor ^este supongo debo tenerlo eu poca estima el Sr. Prado Sanmartín, porque si así no fuese, uosecoucibjque hubiese tohrado siu lameuor prot-staque ol alcalde aocideutat Gómez G iuzá.icz, le hubiese dicho pública me uto en el acto de la idección de diputa ios celebrada e¡ domingo próximo pasado, f!« ¿ra un mu/o y quo lo pasaba por eierto sitio que no quiero nombrar, por respeto á los electores de El Regional y porque además me lo vedan la moral y la deoonoia.