LA IDEA MODERNA Esta íoctuna coaaiate priucipalmente en mitias áe plata, de cobre y 3e carbón. Solo las minas de carbón le producen aun renta tueosua! de cuatro milloaeg da pesetas. D«>ña Isidora no ha qnetido contraer B^uaiUs nupcias y vive consagrada á administrar sus propiadades con un talento que le euvidianan los gciocipales liombcee de negocios de Europa. Tiene dos bijas eucantodoras que, aagún asegura, aspiran á casarse con algún jiriucipB europeo. Miss Gurrett, do BiUitwore, tiuo 38 años y una fortuna do 15S millonea de pesetas. H.i dado grandes cantidades para la creación do escuelas de mujeres y protege con gran prodigalidad á los artistas de ambos Tonudos. L i señor* John Garenar, de Boston, es nua de fus personalidades mas salientes entre las mujtíres acaudaladas del Nuevo Mundo. Ella es quien ha dudo á Boston el sobrenombre de Nucoa Atenas. Cuando Paul Bourget estuvo en los Estados Unidos fué invitado por Gareuer, la cual le hizo admirar la gracia de su ingenio y los primores que ba colecciouado en el suntuoso palacio en<¡ue habitualuiente reside. El sexo de las criaturas Desventurado puede considerarse _ el profesor Kchenk de Viena, pues no bien anunció Se anuncia la publicación en Lalín de un semanario dirigido par un abogado. ■* El presidente ilñl circulo fts l6lico de olire ros 'io S"MlÍHgii, Sr. PirMíjo, hi ra ibulo Ujo snljre u > billoio fiel Banco do cien pésalas pora los necesidwies Je dichu sociedail. Se ignora quien son olanónimodonunlo. En San Gin£>s (Paderne) un niño de pocos años luvo la desgracia de caer en un Imiseru. Lu infeliz criatura fallació ¡i los pocos inotnonlo-', víctima de las quemaduraa que había sufrido. Ha lleg.ido al Farm!, proco'lente de Infrlntoi'ra, el nuevo destrucLot' do torpeieros Platón. li-ite buque fué c nslruido, como *us ge melos Terror y Furor, por la casa Thompson. Sngún datos osla-I islico^ quo maullan dol último censo de 1« provimiia i!a l'onlevo'lro, el tn'iyur de los G3 oyuntaminiilos de 'lue consLn, ns el da lu Eíir-d», cfm 33 500 habitante- de hecho y '¿Q 003 'lo 'leraolio. Sigue ol de P jii iGVttd ra con 19.980. En c^lo semana se firma rA el nornhrainieiitn ° ■ El joven escultor Sr. Martínez Barciela, penaionado por el ajunlainíento ds Vigo para cursar sus estudios en la Academia d? Bellas Arles de M'i'lrid, ha remitido á lu oxpress'Ja corporación un b-jo relieve, totnadodel natural, como muo^ii'a ie los adelan tos '¡no reiiliz'i ei: e! arlo p'ir ol ^ue tan señulaOas predilecciones tiene. . Eü Madrid se ha celebrarle una reunión á lu ipie asistió fi1 dipuludo por S-mti-tg») señor G'ircía Pi'iolo. paru tratar ile la ueitióü del ferrocarril de Santiago á empaimsr con el dol Noroeste por la Tieira. El negrero Sentado está eu su camarote el capitán del buque, Van K'jek; ocupado ea arreglar sus cuentas, va calculando el precio del cargamento y los beueíioios probables. — h-A goma es buena; la pimienta no lo es monos; Üevo trascientoa sacos y trescientos toueles. Tengo tauibiéu oro eu polvo y marfil; pero lo que vale más es la mercadería negra. Tengo seiscientos negros que ha adquirido por nada en Ua playas del Seuegai. La carne ea fuerte, los nervios son recios; diñase bronce, hábilmente colado. He dado por el cambio aguardiente, cuentas de vidrio, iustrumeutos de acero. Con que me quede la mitad con vida, me gano el 800 por 100, y veré desembur 300 no m&s eu el pueito du Kio Janeiro, y tendré 100 ducados por cibi-za. Da pronto, Y.«i Koek se ve arrehutado á sus m-idttaciones. El doctor Siussen, cirujano del buque, entra en bu camarote. Su figura es seca y raquítica, la nariz salpicada de rojas berrugaa. — Y liien, íísculapio naval — gritó Van Koek — ¿quó tul van mis queridos nogvos? El ductor lo dá las gracias por su interés y lo dice: — He venido precisa monte para deciros que la mortandad ha aumentado considerablemente en ¡a noche pasmln; por término medio tocaba á dus muertos por dh; hoy ha ale inzi'in í. siete: cintro hombrea y tres mujeres; quedan anotados en el registro de las defunciones. > He examinado minuciosamente sus cadáveres, porque ít menudo esos tunantes se hacen los muertos para que los echen al agua. Helos librado de sus cadenas, y, según mi costumbre, esta maiuna, al despuntar el día, he hecho arrojar los cuerpos á la mar. Había que ver ailíá los tiburones como brotaban del seno de las aguas por batallones euteros; les gusta mucho la carne negra; son inís pensionistas. Dcsde.quQ zarpamos da la playa venían siguiendo al bupue. Los malditos tienen no olfato más ladino que el de un catador para sentir el olor de los cadáveres. Lo más cínico es ver como pillan á los muertos. Este aserra la cabeza, aquel una pierna, los demás allá se engullen pedazos de carne humaua. Cuando ya uo queda más, se coutouaan garbosos por los costados del buque y rae miran cou sus grandes ojos de vidrio i flor de cabeza como dándome las gracias por el almuerzn, Vau Koek lo interrumpió suspirando: — ¿Cómo mitigar el mai? ¿Cómo detener en su progreso á la mortandad? El doctor contesta: — Muchos de los negros han muerto por culpas propias; el fétido hedor que despiden ha corrompido el aire en su cárcel bajo el puente. Otros han muerto do melancolía. Un poco de aire, un poco do música y baüe bastarán para pouerlos sanos. — ¡Valiente consejo! — exclama Van Koek. — Mi querido Enculapio naval es sabio como Aristóteles, el preceptor de Alejandro. ¡Voto va! ¡Música, mú-jica! Voy á dar un bailo á los negros en el puente, y pobre del que no se divierta: á ese, latigazo seco. II Ni una vela tan solo fiota en ios mástil les dei buque negrero. Parece como desnudo de todo aparejo, pero en el puente la luz de las linternas marca el ponto en donde huelgan la música y la danza. El piloto rasca el víolín, sopla el cocinero on una fl-uita, un marinero toca el tambor y el doctor la coruota. Unos cien negros, hombres y mujeres, lanzan gritos da alegría y saltan y brincan como tocos, y á cada uuo de sus movimientos, suenan cadenciosamente las cadenas. Prensan sus píos los tablones cou frenéticos saltos, y la hermosa negra estrecha voluptuosamente entre sus brazos el cuerpo desnudo de su compañero. De entre esta zambra so extuU á veces un gemido. El contrarnaestre ea el director de los placeres; ft latigazos estimula y excita la alegría de las parejas fatigadas. ¡Y tra-ra-vá, tra ra-rá! Y ¡dum dutadqm-átirol El bails ooatinúa. £¡t estrépito atrae desde el fondo do las aguas á los monstruos del mar adormecidos. Ahitos todavía, comparecen; son tiburones, centenares de tiburones, alzan los ojos al buque y quedan aturdidos. Pero ai fin observan que no ha llegado todavía !a hora del almuerzo; bostezan y abren sus fauces hasta el fondo; eus quijadas están plantadas de dientes pnntiagudos como una sierra. Y ¡tra-ra-rá! ¡dum-dum! ¡danza que danza1. Van Koek está sentado cerca del palo mayor y junta bus manos eu actitud de orar. ■ —Por amor de Cristo — exclama — guarda. Señor, la vida de los pecadores de piel negra. Si te han ofendido, lú ya sabes que bou tan bestias como los bueyes. Guarda su vida por el nombre da Cristo, que murió por salvarnos, porque si uo me quedan trescientos al llegar á liio Janeiro, mal negocio me espera. H. Helne. I/hÍuIIg á prófugos y desertores Se han publicado en la O ícela los anunciados decretos de los miuisterios de Guerra y Marina ooucedieudo indulto de las panas ó correctivos que pudieran corresponder ¿ los desertores que no hayan cometido otro dslitoyá ios prófugos y mozos qae, debiendo ser incluidos en alistamientos anteriores, no lo hayan sido hasta el presente. También se concede autorización para que puedan redimirse por 2.000 pesetas los prófugos y por 1,500 los uo alistados que, acogiéndose á esta disposición, qmtdou relevados rtspectivamantú del recargo eu el servicio y de ser incluidos en cabeza de lista, entciuiiétuíoso 1« til tinta rcxfoticiou como provisional y á las resultas cousiguieutes de que los redimidos ss hallarán en las inisrar.s coudiciom'S y derechos que los demás mozos de su alistamiento. He fija el plazo de dos meses á los que se hallen en Eipaña 6 en sus posesiones de Africa, y de cuatro á los que residen eu el extranjero ó Ultramar, para solicitar la aplicación de aquellos beneficios, á contar dichos plazos desde la publicación de este decreto cu el periódico oficial. - A los desertores indultados y prófugos no redimidos se les destinará desde luego, sí se hallasen útiles para servir eu Ultramar, al ejército de ia isla de Cuba por cuatro arlos, y los pertenecientes á la armada serán destinados á un buque ó batallón activo de infimieria de marina, según sean marineros ó soldados. Este indulto no será aplicable á los desertores que presten sas servicios eu el ejército ó 3ü la escuadra de la isla de Cuba. Kcporterisino El liegional contendiendo con el Eco: «Ü"¿i-'se anm rga man te de la política i¡uo so ha.;e en lo? di^tr.los ilel Nurte de la prnvinma — por aliJ duele sin dude; — y se olvida de que preeis» mente to lo cuanto se hace no es otra cosa que ¡irocurai- en menear losdüsacierlos, las k-rpezas, las tropelías y los desmanes ¡leva, ¡os a cabo p!¡r la famosa razón s.icisl Hecamán y Compañía. a Muy bien. Pero deba reconocer el colega que machos de esos desaciertos y torpezas y de esas tropelías y desmanes, han sido cometidos con el apoyo y concurso de los ballesteristas, entonces consejeros y aliados de don Calixto. ■ Y aún ahora que la/imosa razón social ba desaparecido, continúan juntos y realizando 2>roezas loe partidarios de U. Benigno y I). Muuuel. Da modo que las predicaciones de El Eegional están en contradicción con sus obras. No podrá ver en piníum á los conservadores, pero se armua y pega como una lapa á ¡os que es agitan y colean. La Ilaslrttción oW Profesorado hispano americano que haca poco tiempo empezó á publicar en Madrid la importante casa oilitoriftl do Hernando y couipaüía, trae al frente de su último número el retrato, en fotograbado, del presidente del Consejo de Instrucción pública, excelentísimo Sr. D. Eugenio Montero Etos, y un» extensa biografía de este resputable hombre púhiico. Se ba descubierto una faJsifisación en las moneda* de plata de cinco pesetas, de fecha de 1806. Las diferencias quo existen entre las buenas y las falsas no son muy apreciadas á la simple vista, Eu las falsas la oreja del niño aparece algo mayo? y coq naenoa perfecta rnodeJa-