DE PONTEVEDRA AÑO X. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Pontevedra, un mes 4 roalfs. Fuera un trimestre, Ifi roiilfüi. Ultramar y oxlraiijiíro, ti jicsos flñs. NO ÜK PUÜUCÁ LOS, MIAS FJiSTJVOS DirGEtor-FroiiiGlario, D. Josc Miüan MAHTItS 25 Dlí OCTUfllíE DE ] 898 PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN Kn PRla Atlminislracíón, Princesa 0. Ammoios y conuitiicatlos á precios cmvoikíoh "leu. NÚM. 2.642 Eq plena descoinposiciófl Hace mny pocos días el ministro do Fomento daba el tono ¡l la política do la situación. Do 61 partiorou los optismos, conforme . íl los cuales, al partido liberal tocaba, uo solameute hacer y ractifiear la paz, sino también ouipronder la reconstitncióu del país y laroorgaDÍzacióu do todos los, serví cios públicos. Y, para dar ejemplo, acometía, un poco ligoramen'e y confiaudo demasiado eu el. ajouo auxilio, la reforma, por decreto, de varios órdenes de la enseñanza. " Pues hoy firma S. M. la Reioa regeute, y maüana pnblicarA la Gacela, los decretos admitiendo á D. Germáa Gamazo la dimensión del cargo de ministro do Fomento y . encomendando interinamente ésa cartera al presidente del Cousejo, Sr. Sagas ta. Y uo parará en eso, conformo á muchas séllales, la descomposición del Gabinete, pues si el jefe del cuer po de ejórcito do Castilía la Nuova, general Chinchilla, ' insistiese en la dimisión quo ya anunció yquo desea presentar, es probable que formuló la suya el general Correa, miüistro de la Guerra., Está en estudio, además, el gobernador civil de Madrid, contra quien el Sr. Gamazo dispara la flecha del partho en el extraordinario y grave documento que contiene su dimisión, y hállase ya admitida la que presentó el gobernador de Cádiz, señor Ríbot, origen del coullicto. ■ La prisión del director de ElSfacio nal y diputado á Cortes, D. Adolfo Figueroa, la actitud resuelta del presidente del Cotigreso, marqués de la Vega deArmijo,á favor do la iumuui dad parlamentaria, la reunión de los representantes do las minorías con el' propio objeto. Estamos en aptitud para dedicar la atención ai auiüsís de los caracteres que esos sucesos presentan y de las conseeuoueias que do los mismos podrán deducirse. No hay en la prensa ni en el públi co quien no lamente que en circuns tancias tristísimas para la patria, cuando su presento y su porvenir están decidiéndose en |a conferencia do Parts, se suscite aquí nua lucha do méstica en el partido gobernante, efecto de antiguas y enconadas rivalidades. También so deplora que el asunto qno sirvo para la lucha, sobre ser de moralidad pública, sea «iutan gible» para quien desea no manchar se, y de tal Indole,- que ha do producir muy mal efecto en el extranjero. Tal es la impresión general y que predomina eu ol público. Las consecuencias que de los hechos expuestos deducen las personas imparciales son mny desfavorables A la situación do fuerza, al régimen do excepción en que vivimos y il !a previa ronsura aplicada á la prensa periódica. No os la primera vez, ni será la última, que de la represión apoyada en lo excopcional de las circunstancias se aproveche la inmoralidad administrativa; quo el silencio impuesto 'en obsequio de interés nacional, estimula ó favorece á los más obligados á tomarlo eu cuenta. Tampoco es un descubrimiento en que e! rógiméu de excepción y la censura previa tienden por su naturaleza é Índole, y cualesquiera que sean las cualidades de los encargados de aplicarlo, á lo arbitrario y á coafundir lo pequefio con lo grande. Es evidente (jue un asuntó de mo ralidad, como el de las denuncias .contra el gobernador de Cádiz, nada tenia que ver con o! orden público ni con las negociaciones para la paz, y quo era, por tauto, ajeno á los (i líos con qne se ha instituido la ceunsura. ¿Qué va á suceder ahoi a después do haberse demostrado con el caso do la hoja extraordinaria publicada por ol señor Suarez Figueroa que la inmunidad parlamentaria uo se suspende, conforme á la tradición aquí vigente, por estar corradas las Cortes, ni por el estado 'de guerra y la ley mi litar? Después de lo ocurrido, la previa censura, ejercida por la autoridad militar, puédese decir que carece de objeto y que la couvonioucia de su su prosióu está indicada. Unánime lia sido igualmente la pro testd á favor de la inmunidad parlamentaria; no porque sa aplauda el desacato ó la rebeldía, sino porque aquí, donde estamos viendo quo prevalece fácilmente la tendencia á lo arbitra rio, interesa mantener las muy pocas costumbres que limitan la arbitrariedad- dadLa actitud del presidente de! Congreso cu e¡ dia de ayer, inspirada, A no dudarlo, eu altos móviles y eu ¡as tradiciones de su cargo, ha merecido aprobación.. Pero la consocuencia más do bulto que el público deduce do los referidos sucesos (después de lamentar que el partido gobernante olvido el interés nacional y las circunstancias críticas que atravesamos), consisto eu quo di cito partido, se halla minado y corroído por la discordia y la división, las que á su vez uo pueden meuos de trascender á la mayoría en ambas Cámaras, dificultatido extraordinariamente el Gobierno. ¡Y qué discordias! Viéndose está que ambas fracciones hostiles tiran á inhabilitarse, ¡i incapacitarse inútitamonte, empleando ol arma do dos filos de las acusaciones recíprocas do inmoralidad pública, sin retroceder ante el escándalo y descendiendo en esa lucha hasta el gran colector. No hern is de añadir lefia al fuego: consignamos y recogemos los hociios públicos, cou harto dolor al considerar cuiu poco favorecen eu el extranjero á la causa de Espafia,y nos limitamos,, después do eso, á excitar al Sr. Sagasta á que impulso cuanto esté eu su mauo- la negociación para la paz; pues el régimen do excepción está demostrado qne uo puede prolongarse, así como que ni auu-A favor del mismo os posible mantoiior !a armonía ni la cohesión eu el campo ministerial. ba, emplean para obtenerlo qus tendrían más fácilmente y A menor plazo, y de consiguioiitQ, con mayor provecho, si leyes paternales y la ayuda poderosa del crédito lea facilitaran las máquinas agrícolas de que carecen, y los recursos do toda .suerte, así intelectuales como pi cu tli arios, sin los cuales nuestra agricultura arrastrará perdurablemente lánguida é incompleta existencia, á pesar de la laboriosidad de los agricultores y de la fertilidad do gran parte del territorio. Urge por tauto, yol bien de la Patria imperiosamente 'demanda quo, por todos los medios -! humanos, so consiga la resurrección, bien merecí da por cierto, do las honradas fami lias, cuyas goucracionés, unas tras otras pegadas a! te miño, tienen de rocho perfecto A un porvenir, sí no do riqujza, de tranquilidad y sosiego, muy distinto do la procaria actualidad. Modestaos la representación qne eu nuestro país alcanzan las innúmeras personas dedicadas al cultivo do la tierra; y-la justicia exige que so miro cou alguna mayor atención ol bienestar de esta clase, la más sufri da, la qno mayor contingente hoy da A las filas del Ejército, y la que, hablando eu puridad, es nervio de Espa üa y base de nuestra vida. Desde remotos tiempos fueron los labradores quioues, por su constante comercio cou la naturaleza, meuos so contagiaron de los vicios y bajezas de los centros populosos. La propagación y desarrollo de los forro carriles ha cambiado algo su especial modo de ser, y por contera, las frecuentes y largas guerras civiles de quo lian sido victimas y actores han aumentado entre la gente del campo las causas ds corrupción. Croemos, sin embargo, poder afirmar que, con relación á loo habitantes de las ciudades y pobladas villas, los labriegos uo son despreciables eu su moral ni en su constitución física. Las dificultados,-A su situación inheroutos, cou quo tropiezan para instruirse y asociarse, contribuyen A retardar el dia de su rodoucíón; mas uo os excusable por más tiempo ol des vio que eu uuostra legislación so demuestra por ellos, ni la falta do inte rés que, . por sus adelantos do toda clase, en las esferas oílcialos so nota. Es oportuno, ahora que tauto se habla, cou fundamento, ó sin ó!, de reivindícacioues sociales, atraer sobro tan numerosa como desateutida parto do la población hispana, el estudio y la protectora acción de los Gobiernos. Conviene que los qno di recta ó indirectamente influyen en la marcha de la cosa pública, y los que tienen medios para promover la prosperidad doi labrador, uo sigan inactivos, y dirijan sus esfuerzos ai mejoramiento moral y material do nuestros labriegos. Apena el ánimo de los patriotas ver el enorme é innecesario gasto de tiempo y fuerza muscular quo los cultivadores de aquí, aislados, sin capitales, siu ensoüanza ni apoyo do arri- La cuestión do Fashoda y ol leuguaje bastante poco tranquil iza do r que vienen usando hace días ios po riódicos de Francia y de Inglaterra, son motivo más que suíicionte para que toda Europa lijo su atonoióu en los cambios de personal y cu l.is míe vas agrupacbues que so vienen cfac toando en las unidades de combate que constituyen el material fhtante , do la Marina iraiicosa. j La Agencia Nacional ac.iba iU un : nifostar que «el Almirante Fonruier , ha recibido órdenes terminantes para i proceder á la ' reorganizació'i de la ; escuadra y adopUr cuantas medidas sean necesarias para que no coja & i Francia dosprevenida iju coullicto, si -i éste 'íiíir&ii:ra,"sí calió, C^a¡¿ -ecn-io ' cueucia do la cuestión do l'Vhoda.» Y por más que los periódicos franceses tratan de disvírtnar las ante riores noticias, la verd id os qno en todas las dependencias del Ministerio do Marina so nota una actividad ex traordinaria que no ea dable explicar, exclusivamente por o! impulso que el Mi.iístro Lockroy ha comunicado, cou su enérgica iniciativa, A todos los organismos que coustiuyon el poderío naval y la defensa marítima do la República. Por lo pronto, ha pasado desde el mar del Norte al Mediterráneo los ucorazados do segundo orden Vahni/, Uouvincs, Amiral Trchoaarl y Yem ¡napes. A su llegada á Tolón han sido cnidadosameuto revisados y provistos para sois meses do carbón, víveres y las correspondientes municiones. Las mismas operaciones so han practicido cou los cruceros Ali/er y Leivicr, los transportes /Jicn ¡loa, G ¿ronde y .V¿ua y cou otros buques menores, tales como ol Caim ín, el Tr.rrUile y ol Indonip/alilc. Todos debei\tn oucou trarse listos antes de treinta días. En tanto prosigúese con actividad crocionto trab.ijaudo en la coustruc cióu de los torpederos destinados A la defensa do las costas. . El personal ha sido ya reforzado con soldados de infantería y do artillería, quo juiitamcute cou las tropas do Marina practican ejercicios de tiro, habiéndose adoptado una serie de me didas que facilitarían grandemente la movilización do Lis reservas apenas declarada la guerra. Los batallones de Marina que so ousuentrau cu París hau recibido órdenes para trasiadarso uno á Brosty ol otro á Chcrburgo. Para el día 1 do Etioro próximo quiere ol Ministro do. Marina que to das las escuadras, divisiones navales y buques sueltos, so encuentren listos para entrar en combate. Esto en cuanto A las fuerzas uavalos de Europa, porque en las escuadras que estacio non en mares lejanos ¡mpóuose, por ahora, una disminución, sobre todo ou la del Extremo Oriento. Esta quedará reducida A ,los tres acorazados /)' Ea Ircoiisícaii- v, Desearles y Pascal, con otros buques menores; división muy lucida y que se espora fiindadamento poder reforzar antes do mucho tiempo. Francia contará ou Eiropn: 1.° Con la escuadra dol Nirta, constituida por los acorazados Formidable, Oourbal, Oevaslalión, Amiral- Onperré, Amiral Raadiii y Hcdoidable; los cruceros acorazados liruix-, Dnpuij de Lome y algunos otros no designados todavía; los cruceros protegidos Isly y Chasscloup-Laithal, y además la escuadrilla de torpederos y cazatorpederos. 2. " La escuadra del Mediterráneo, constituida por los acorazados Ore mis, Janvcflitibcrii . Charles )larlel, .Masscnay llotivet; los cruceros PotImu, C/ionsi/, I.alonche Tréiñlle, Casará, D' Asnas, l)u- Cl/ai/U, Laimisier, Calille y Liaois; los caza torpederos [>:uiois, L/ínricr y Unllebarde, y seis torpederos. 3. ° La escuadra de instrucción que estaciona en las islas D'iíyéres, constituidas por los acorazados ¿laijcnla, )! arce a -i- y .Xeptanc. i." Los acorazados guarda costas, ou número do siete, y que esta ráu completa monte listos dentro de dos semanas. Como se ve, ol Gobierno do la República ha organizado do la mejor manera posible las fuerzis navales do quo dispone por el momento, y pro cura aumentar su poderlo maríurao y nr-jorar la defensa do las costas fran cesas en brevísimo plaxo. Ló cual pa rece indicar quo uo las tiene todas consigo cu el asunto de Fashoda, y so apercibo A lo qne pudiera suceder, liieu hace al procurar que uo la cojan desprovouidos los acontecimientos. La guerra entre Inglaterra y Francia serla terrible y fecunda en gravísimas complicaciones; por lo que conviene á Europa que la cuestión, eu mal hora surgida eu las orillas del Nilo, alcance una solución satisfactoria. La erupción del Yesubio Talos proporciones ha tomado la erupción actual del Vesubio, quo va á resultar una do las más importantes eu la historia del célebre volcán. AdemAs dol cráter central, qno vomita sin interrupción una espesa lluvia de ceniza y de piedras análogas á las de la erupcióu de 1S72, se hau abierto otras sieto bocas nuevas, quo vierten lava eu gran abundancia por las faldas do la montaña, alcanzando principalmente á la parte SO, El pequeño vallo de Vetrano está ya casi eutorameuto cegado. La lava, que destruye todo á su paso, quema los bosques do la falda del monte y modifica radicalmente su aspecto. El obíervatorio ha descendido varios ceu tenares de metros; las estaciones del ferro carril funicular han quedado destruidas, después de haber dejado de sor uti'.izables hace tiempo, efecto dol bombardeo de piedras volcánicas. No hay qno decir que son imposibles en absoluto las excursiones al volcán ou la época presente. LA GASA DE GffiTHE Los alemanes hau conservado con veneración la morada de su gran poeta en Francfort, A donde acuden nnmerosoK visitantes, uo solo do toda la Gcrmauia, sitio do otras naciones. Se conserva intacta la vivienda vo uerable, reunidas eu olla todas las re liquias que han sido recogidas cou cuidado acá y allá basta poder formar un museo do gran vnior, anmontado cou hallarse en aquilla mausi-lu de los recaer los, en cayo ambiente (Iota el espíritu dol poeta. Lo primero qno revela todo aquello es hasta donde el novelesco autor de Werter, ol roiuáittico poeta dol Fatts lo fué en la vida real un completo burgués aleraáu. Todo anuncia allí U vida siria y entablo da nua familia de la clase media. Nada do hijo inútil, nada de pretencioso y vano. Juan G.ispar Gictho, consejero, no quería sir ulmi'-ado por el tren de su casa allí doiut't todos le conooí.iu y lishlan CJiiocílo A su padre, q'i* fu ó posadero, y A su abuelo, sastre; sólo quería sostener el rango de su condición actual, de modo qne los. suyos gozaran siu ostentación una vida cómoda y tranquila. Si sobre la verja exterior se ven las iniciales del dueño, forjadas ou hierro, UO es por orgullo propietario, sino por mostrarse contento de su domicilio, asi marcado como una mantelería ó una vajilla. Las siete ventanas del primer piso dan luz á tres piezas de recepción, en doudo no es posible recibir más qno A un corto número de invitados de coufianza, Colgaduras cou flores rojas á uso dol pa!s, papel con dibujos chinos y algunos muebles do nogal, es todo lo qne resta de los sencillos esplendores del consejero; y además una lucerna con dos bugías paralas salidas de la señora consejera. —Si hubiese sido noble, habría usado tres bugías, y si hubíora sido una simple dama, solo una— dice el guardián do la casa A los visitantes al enseñarles esta reliquia, probando su respeto, profundo por lo que resta A Alomauia de Gffithe y por la jerarquía social. Esto raisrao respeto so nota en los informes del guardián al ir euscfiaudo los sagrados objetos del Museo, colocados eu el segundo piso, pasada la alcoba, y en la pequeña galería de pinturas. Señalando una ventana en ei ángulo de la biblioteca: — Desdo aquí— dice — miraba ol padre de Gcethc A su hijo, cuando ésto iba A la cervecería para ver á Gretcheu, qu<) fué su primer amor. Y enseguida, como si las aventuras galantes fueran lo mismo eu el grande hombre qne las dotes literarias, el guía so dirige al muro y explica los cuadros y los grabados en que Goethe se halla representado. . —Aquí le vemos— dice enfática- monlo Oi">ij tciDplati'io \a mili ¡n iura da madama Stein. Ahí está ofreciendo un pastel á Federica de Leseuheim; allí despidiéndose de Carlota, más allá le vemos ou Italia mozclado entre las mujeres del pueblo que bailan ou el campo. Siu duda quo esta admiración por los sentimientos amorosos del gran escritor ha entrado por rancho eu ios cuidados de los coleccionadores del Museo, porque cu él están, además de esos cuadros, los objetos quo perteuocterou A las amigas de G<»hte: una falda de Federica, alhajas de Llotte, autógrafos de Lili, todo mezclado con papeles relativos A los Sutz, los Sciieilhoru, los Textor, los Liudheirner, los antepasados plebeyos dol maestro Weuizar, y con documentos en gran abundancia sobro Horder, Jacobi y Schlosser sobre todo los personajes que figuran eu Verdad y Poesía. Parece que la tesis do Etíea individual que circula de un extremo á otro de este bollo libro, ha sido aceptada con veiicracidu por aquellos honrados alemanes, y que consideran ellos la iucoustaucia do corazón confesada por Gcethc, como una condición adminible do su genio, si no es. qno esta admiración es una manera de celebrar las diversas ¡ases de la sensibilidad germánica, transformada en una sórie de séres representativos. Eu el enamorado do la cervecera, ¿uo salndaráu los alemanes quo visitan el Museo ol sentimentalismo á la vez iugénuo y un poco brutal del estudiante germánico? Eu las relaciones oou Federica y cou LÜí, cousiderau quizá la calma do los noviajos burgueses. En la joven cortesana tan amada de madamo Stein adivinan la poesía, para olios sagrada, de u:ia intriga do corte, asi como en las aventuras de Gccttio, viajero eu Italia, síeuteu la poesía qno produce la situación del hombro del Norte ou medio de los placeres del Mediodía, la nostalgia del eterno Fausto por la eterna Elena. Gcetho fué roalmentu todos estos seres cou nua especie do ingenuidad encantadora, pero sobro todo esto, fué algo, quo no solo en Alemania, sinó en toda Europa, fué sitimprc diguo de estima, el liij.> do un burgués, pero hijo emancipado que se elevó hasta la uoblcz i. Esto es lo que la vieja casa hace más visible de cualquier modo quo se la mire, eu su iutorior. Una familia