DIARIO DE PONTEVEDRA AÑO X. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Pontevedra, un mes 4 reales. Fuera un trimostra, 16 renles. Ultramar y axlranjero, j; poso» fies. DE ZARAGOZA Su He aqnf ol que hau elevado i „„ Magestad ia Reina, ha Cátaaras de Comercio españolas rniiiidas en Zaragoza. Dice así: «SbSoha: Las Cámaras de Comercio espafio las, reunidas eu Zaragoza para deliberar y resolver acerca de los reme dios que la triste' situacióü del país imporiosameute demanda, lian puesto íérmiuo & sus tareas, acordando ejer citar aute V. M. el derecho de peticidu, reconocido por las leyes A todos los ciudadanos ospaüoles, Represeutautes de fuerzas sociales, sobre las que pesan con especial y gran intensidad las desventuras de la patria, obedecemos meaos al estímulo del propio interés que á la couveuiencia'generaj de ia nación, y á les clamores angustiosos de aquellas clases, con las cuales nos pone en diario contacto y en estrecha comunidad do sentimientos la índole raismade núes tras reiacioues mercantiles. Eu las reuniones de Zaragoza poco Ó nada hemos demandado privativa mentó para nosotros. Hoy, al acudir & Vuestra Magestad, con el respe to con que deben acarearse 'al Trono tos que ya silo en él pueden depositar sil confianza, no voniraos tampoco eu solicitud de privilegios; no venimos «¡quiera á defender nuestras haciendas, sino A exponer los males que la nacióu entera padece, brindando, para el posible alivio de ellos, cuanto so nios y cuanto ropreseutaims. Congregados, de propósito, eu una cíndad & ¡a que el santo amor de ,Ja patriadiera ep tqdqtiemoa. tan alo- samieuto fué para Españii y nuostro í!?.S!fi.í'VíH£A LCDIAS FESTIVOS LUNES 5 DE DICIBBE DE 189S PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN F.ti esta Adiiiinistraoión, Princesa 6. Anuncios y commiirados k precios c^n■vencionales. NÚM. 2.676 recida por el retraimiento en que hasta hoy viviéramos los consagrados exclusivamente á fo,noutar la agricultura, las iudustrias, las artes y ol comercio de i» nación. Hemos dicho en Ziragoza que estamos resueltos á uo omitir iiiiWm sacrificio, '& no excusar niugiiu concurso, á deponer en los altareí do la patria, así la saugro de nuestros hijos, como los restos de nuestras ha- coufí» en que por tos remedios, complementados coralguuos otros que la voz naciouafceiUla y pida tiempo ha. ouvitari Uña los peligros do disgrogacííque pudieran amonazarla eu el iutor y aquellos que la corcau aiaso mus fronteras. No queremos quo lirioudas del Es tado vengan á. uuestr mama, ui quo, como entre los partid polilicos, sea ciend-ts Anr>»irn««.;i;«' '"'"Z" |a Administración bol prometido 4 primer voto el qué afirmaba que los deshechos restos de aquel imperio, grande y próspero eu otros días, abara desmembrado y abatido por torpezas de los hombres más acaso que por fatalidades de la Historia, se recogen y estrechan como nunca en el hogar comúu, dispuestos i poner sobre la variedad de intereses, sobre sus diferencias todas, .la unidad iutaugible do la nación. No queremos, Sefiora, como ha dicho una voz elocuentísima, hablando eu nombre de otras colectividades que sieuteu a! igual nuestro, uo que remos abandonar ¿ España por esquivar la terrible carga de levantarla. Pero cansados ya de sufrir tribu íacíones y miserias quo los errores de cuantos por muchos aüos nos gobiernan atrajeron sobre nosotros; vieudo la mitad del territorio perdido;la saugre do uuestros hijos derramada locamente en. guerras que la imprevi sióu suscitó y que la temeridad no supo excusar; los caudales públicos malbaratados; el porvenir au riesgo; iudemues los autores de tanto desastre, y quizás apercibidos i preparar en su iuscouscieucia uuevos y más grandes ¡nforíunios, creemos llegada la hora de poner tórmipo á nuestra abstención y silencio, uo sin racouoceruos culpables ante V. M. y auto el país de haberlos guardado por tan lo espacio, para que, il merced do ellos, una política incapaz, negligente y desprovista de todo seutidp pric tico, labrase en corto tiempo la ruina y el deshonor do España. Saben las Cámaras de Comercio cuán vivamente llegan al corazón de V. M. las desventuras de la patria y cómojuuto al Trono de don Alfonso XIII hallan ecos de simpatías los dolores públicos. Saben que eu nadie ha de ser más vivo que eu V. M. el deseo de ver á la nación consolada de bus tristezas y repuesta en lo posible desusquebrautos. Porsaberlo, excusan representar una á uua las amargas cousecueucias de tantos yerros, las calamidades que el pueblo padece y las ofensas que todas las clases socia les reciben diariamente dé eso Estado que so desquicia. Vana .¡iparieucia el cuQiplimieulo de las leyes, podamos resumir la situación dol mismo di cieudo que de la justicia, del derecho, de las libertados y del orden ha hecho tabla rasa uua miqoria exigua, favo todo que no regatería seguramente sus esfuerzas para la regeaeración; hemos afirmado que no cejaremos eu e¡ empeño de dedicar alma y vida á la recccsti'uccióu del ho°-ar uacional; hemos deliberado entre no sotros, trazando las bases que eu nuestro humilde sentir deoeu ser Ir uorma de la radical transformación demandada por voz uuáuime del pafj.' Fruto de estas deliberaciones es el clamor que traernos hasta las gradas del Trono: óigalo, benévola, como siempre, ,V. M., que con nosotros habla, cou la frauquoza aprendida en aquella tierra, donde la verdad aún conserva sus fueros, una parte considerable de nuestra querida España. Pedimos eu primer tiSrmiuo que se practique un escrupuloso balance de la Hacienda uacional, para quo cou toda exactitud se fije Ja situación del Tesoro, y acabemos de saber hasta que punto íta comprometUo nuostre porveuir económico la torpeza de los que mauejaron los caudales públicos; que uo haya ya más presupuestos amaüados, promesas falaces, pignoración de las reutas públicas, espe jismos halagadoras que nos han traído á la ruina con la sonrisa en los labios; hora es da que la economía y el Oidou, necesarios eu ¡a casa del pobre, sustituyan ¿ la imprevisión y del neo. Pedimos igualmente que se abra uua iuform'acióu soverlsima acerca del empleo dado en las g«arvas al pa trimoulo déla uacióu, castigaudo sin coutemptacionos y sin flaquezas á cuautos resultaren culpables de haberlo malversado. Pedimos que sin pérdida- de mo monto se acométala reducción de los gastos públicos en todos los servicios del Estado, precediendo á no cubrir las vacantes que oenrrau sino cou arreglo i cierta proporcionalidad que permita, en reducido número de arlos, dejarlos limitados eu todos los órdo nes, clases y catogorüs; que se uuilique la Deuda sobre la base dol respeto i los derechos de los acroodores mediaute el sacrificio que habrían de imponerse; que se revisen y auulou eu su caso los monopolios y arriendos concedidos; que se supriman ó roduzcan ranchos orgauistaos iui'itiles, verdaderos parásitos de la Administra cióu, aliviándose pjra el porveuir la enorme carga de l.ts Clases pasivas. Ansia vehementísima de todos los goberiiados es quo quienes hau de juzgarnos uo vivau á merced do ia política, y los que han do administrar nos sean servidores fieles del pais, no ciegos instrumentos de los partidos. Por eso pedimos nu poder judicial iudependiente yuua administración descentralizadoray justa, donde la capacidad y ol mériu hallou francas las puertas, y doude la provaricación y ei fraudo encuentren ejemplar castigo. Reservada 4 las próximas Cortos la obra legislativa de reorganización á que se refieren varios de uuestros acuerdos, consideramos de todo punto indispensable la reglamentación dol derecho do sufragio por gremios y clases, á fiu do quo, puditiudo diApo uer de garantías para su eficaz ejercicio, acabé de uua vez su sistemitico fdlscaraieuto, cese la fabricación de mayorías y oposiciones, uo eu los comicios, sino en los Ministerios, y, vuelta í. la vida pública la corriente de la opinióusana, puedm tas grandes fuerzas sociales ocupar eu los Parlameutos ei lugar que hoy les arrebAtau imi'-íiuams eloutoio-s. La Asainb;ea de Zir-i^.z'i, ■Ui puesta á mantaner con firmeza y c-jus taucia sus aspiraciones y perseverar en su empeño, llegaudo hasta doude la necesidad oo más le fije límites, se nos gobierne con íerto y se no* i administro cou pateri ¡uterés; que nuestras hacionclas erou en orden y nuestros presupuestóse reduzcan á la capacidad contribnro que la nación pueda sobrellevasin violencia; que el fisco uo nos esdlme y desau gre, cogaudo las fiieu¿ de la riqueza; que se establezca eu h funciones pú blicas el sentimiento ol deber y so haga efectivo el pnuc.io do la' responsabilidad; quo gocoos do las realidades de la justicia : del derecho, no funciones cugaílosade nuo y otro; quo la experiencia de i vida uacioual y el sentido positivo d las cosas seau qnionos tracen rumbosy derroteros al gobernante, apartáudoos de sueños quiuiérrcos y do empréas superiores á nuestras fuerzas; q¡e defendamos los restos dol patriiuoío espaüol cou lo preciso, dando ai Ijército y A la Marina uua coustítucim vigorosa y uua iustruccióri sólida doutro de los limites por ¡a necesidtd impuestos; que el poder central 'no ahogue la vida do los pueblos; qie se reforme la organización proviuciil y municipal, inspirándola eu nn stutrdo amplia meato descentralizado!, y quo caiga, por (iu, como corolario ¿e todo, bajo el esfuerzo de nuevos 'Gobieruos y entro la abominación de los buenos, ej repugnante .cadmn-Mrt.».i«rHap..i.u No se nan eiitregaa> tas uamira.i de Comercio, no se outrogaráu nunca al sombrío pesimismo do aquellos que eu excusa de los propios yerros ofenden al pais, suponióiidole eu irreparable decadencia y descoufíau de sus energías, do sus alientos y de sus virtudes. Es el Estado, sonora, no os la uacióu, quien acaba de d^.r tan tr.ste muestra de ineptitud y do fh quoza. Tenemos fe en la patria: la tenemos también proíuuda y respetuosa eu los sentirniontos de V. M. Escuche uuostrus quejas, fío eu el pueblo que rige y Dios hará quo,' cuando, vuestro augusto hijo alcance con los años la efectividad del poder, uo reino sobre uu país muerto, siuo sobro uua España en rosurroccióu y eu camiuo de recobrar su tradicional grandeza. /WagozEt '21 de Noviembre do 18i>8. — A los reales pies de V. M. — Por la Asamblea: El Presidente, Basilio Paraíso. — Los Vicepresidentes". Camilo Pérez Lnrbe, Pablo Ruiz de Velasco, Isidro Gassol, Emiliauo doOlauo.— Los Secretarios: Alberto Rusiüol, Santiago Alba, José Nagei Disdier, Joaquín Pérez Boullosa.» NUESTROS AMIGOS... Uace veiiití ó mis años uu c&lebre escritor «yaukée» en su fatuosa obra /,« rendición de lixpaíia, se expresaba asi respecto de nosotros: «¡Tierra d'il indomable Pelayo! [Tierra del Cid Campeador! ¡Madre do hombres ceñida por el titar! ¡España, nombro do gloria y do poder, cuna de Emperadores quo han aprosado el muudo, tumba del descuidado invasor! ¿Ojiui has caiji Esoaü i raía? ¿Com> te bis Inulido en • sta fnuosta hora? E:i otros tiempos tus miguft'iimos hijos pisabtu victoriosis los pórticos dol Asia; en otro tiempo las olas del Pacífico se eucrespabsu, ganosas de mirar tus estaudartes; por ti Trajauo condujo las águilas do la batalla de Dacia; por ti Cortés plantó tus banderas eu los couliucs d>il nnr. ¿las olvidado esos dias, ilumiuados de gloria y honor, en q ic las "rjauu isl w J-il ■n i.- s > •■; .<■■ ft "'i'- ''.vi * i .■ tv ■■!! .j i-) :na ■ y i ■■> ¡, i los cioios estaba¡cut)i¿rca por ia sombra do tus peudoues; eu cada rayo del ¡ sol fulguraba eu tu conquistador 1 acero? Entonces, á través de rojos campos do matanza, á través de muerte, desastres y derrotas, todavía flameaba enhiesta tu baudora hacha girones, poro sin mancha. ¿Y ahora ol advonodizo de Saboya to encorvas para pedir un amo? ¿Cómo la roja llama do su von>;Iienza m -lucha la altiva belleza de España? ¿Acaso so ha eufriado la enardecida sangro que hervía eu el Geni! y en el Darro? ¿No son ya cou tados á los hijos los altos hechos de sus mayores? Eu las sombrías msutafias del Norte, ¿oo han oido hablar de ningún labriego Pizarro? ¿No vaga ningúu porquero Cortés oculto por las silvestres orillas do! Tajo? ¿Otra vez debe Hispauia inclinarse bajo el yugo de uu extraujoro? ¡No! Ella sa erguirá de nuevo, arrojando sus grillos a! mar. ¡Pequeño prfucipe del Piamoute,' iucousciouto te has desposado cou la duda y ei peligro! ¡España es patria do hombres que han apreudhlo todo ¡oque cuesta ser libre!» ¿Sabéis quien so expresaba así? ¡Pues Mr. .Ilion Day, actual ministro de los Estados Uuidus y autor del robo de tres colonias! lian comenzado á publicarse eu América las Memorias do los médicos, militaros que fueron con el cuerpo expedicionario á Sautigo do Cuba. Aunque sumarios, estos trabajos son muy curiosos por los hochos nuevos que prestan respecto á las heridas que producen las balas de pequeño calibro. He aquí lo quo á este propósito dice el touiouto coronel médico Seuu, ro ííp'Té" 'díeí "véceselas ''úue v eV teTra7' las de Maifsnr español eu los tejidos de los heridos americauos; muy lejos cstabivu de figurarse uua propomóu seraejanto. La deformación do estas balas dió la clave de! euigraa y descubrióse, después de uua seria iuvesti gacióu, que autos de herir al soldado habfau atravesado algún cuerpo resistente; eu efecto, el terreno, además de ser pcdrugoso, estaba poblado de árboles que, en su mayor parte, que d-iron horadados por los proyectiles. Con frocuoucia so rompía el fuego á Efrau distancia; y los que resultaban eutouces heridos, teuíau alojido ol proyectil cu los tejidos blandos, pero sin ¡osión alguua eu el hueso. Eu principio, el trayecto de la bala de pequeño calibre os rectilíueo, do manera quo á la simple iuspeccióu do los orificios de ¡a herida puede diagnosticarse el órgauo ü órganos que recibieren daño. Casi todas las heridas eu la cabeza llevaron á la muerto ou pocas horas; ti cawsa se U* atribuido siempre á la iuflamacióu interior del cráueo, la cual no puede limitar el tratamiento quirúrgico. Asimismo, las heridas de la columua vertebral cou lesión en la médula fueron geueralcieutemortales; sin dicha losióu, ocasioua ou parálisis más ó menos graves. El uúraero de militaros huridos en el pecho que se hau curado, os sor prenden to; pero aun sorprendo mas q