394 la gana sin esperar razón, ni contestación de las autoridades de la Villa , conminándolas con la muerte , porque no salieron á recibirlos á la entrada de la Villa. Baxo las mismas conminaciones pidieron y exigieron á las dos villas de Corcubion y Cé , 20© reales en el preciso- término de 24 horas , además de las raciones de carne, vino, pan, cebada y paja, con que á fuerza se les ha suministrado por toda la jurisdicción. Todo esto no fué bastante para contener su soberyia desmedida, antes bien todas sus evoluciones se dirigían á aterrar los habitantes , exagerando el poder de su perverso emperador. En este estado, y en el de que las plazas mas fuertes del reyno con la capital, se hallaban subyugadas, nada quedaba que hacer á estos pueblos, mas que llorar su desgracia. En medio de este caos, sin noticias, y sin mas esperanzas que las del cíelo, aventuró el ayuntamiento su suerte destinando propio á saber donde existía el Excmo. Marques de la Romana , con oficio por si le dictaba medio ó arbitrio, cómo oponerse á la tiranía del infame intruso gobierno. .■Salió Cayetano Melgar en primeros de febrero, que después de varias dificultades y rodeos consiguió encontrar con S. E. ; pero como pasase de largo su regreso, creyendo ciertamente , el que cayese en manos de loa enemigos , nuevamente se ha despachado á Domhgo Trillo , con el mismo fin y objeto. Llegó por fin el Melgar, en principios de Marzo, con noticias lisongeras para que el partido se alarmase; pero como se hallase en cada una de las Villas partida considerable de infantería , se juzgó por mas conveniente el silencio , sin embargo no ha sido tanto , que no llegase á noticia del comandante ; y á pesar de haber escapado de tantos peligros , como le cercaron , fué sorprehendido en Corcubion, y arrestado por los enemi-