'^0 I LEGO DIARIO MONÁRQUICO abo n PR&CIOS DE SUSCRIPCION El Tírrol: un mes, 1 p«seta.-— Provincias: tros meses, 4C50 pesetas.— Ultramar: sois meses, 15 pesetas.— Extranjero: un año, 30 pesetas. Eeáasción y Administración: Eoal, 139 y 141. — Corresponsal en París para anuncios y reclamos: Mr. A. Lorette, 61, rué Caumartin. EL FERROL iiercoles 17 de Febrero de 1897 ¡SfiRESO EN LAJlWli NAVAL ^ «1 fin de cubrir 10 plazas de asi de Marina para el curso que ha do rantes^:en ia Escuela Naval el día 1.° de ANUNCIOS La línea de una columna, ó hueco de ella, en la cuarta plana 5 cts. de peseta; en la 3* 10 Id. id.— Los de una sola inserción aumentan el 50 por 100.— Los no suscriptores pagarán doble.— Por cada inserción so pagará además, el impuesto del timbre móvil de iO cents.— Pago adelantado. ' m. 6.378 empezaren se ha recibido la. Real or- J^íiSndo las disposiciones siguientes: defa Las plazas se adjudicarán median. posición pública, cuyos ejercicios se veeri&án e^ la Córfce 0011 ^ 6001011 al P^f^Las^oliStudes para tomar parte inq exámenes, escritas y firmadas, se f mrán al ministerio de Marina y se Presentarán en la Secretaría de dicho miP fprioá las horas de oficina, donde se Emitirán hasta las cinco de la tarde del 5?; 15 de Abril próximo. q a üada solicitud, deberá expresar el ^nmicilio del recurrente y con ella acompañará éste, la certificación del acta de i nacimiento debidamente legalizada dn enmiendas ni raspaduras por la que íonste haber cumplido la edad de 13 años «un exceder de la de 18 los hijos de paisanos y 19 los de militares el día 1.° de Julio próximo venide;;o. _ Los certificados de los Institutos de haber aprobado las asignaturas de (reografía ó Historia Universal y particular de ¿paña, los presentarán los opositores ante la Junta examinadora y por corisigaiente, no deben remitirlos al ministe- 114.a Los opositores deberán ser ciudadanos españoles y tener robustez y actij tud física necesaria, debiendo someterse á un reconocimiento facultativo que verificará una Junta de módicos de la Armada. Las oposiciones tendrán lugar en la planta baja del citado ministerio, empezando en la tarde del día 1.° de Mayo de este año. EL REY JORGE M CMIA Los informes telegráficos atribuyen al monarca la iniciativa de la acción enérgica que Grecia manifiesta en los asuntos de Creta. La información es creible. Aunque la conducta del rey Jorge haya sido siempre irreprochablemente constitucional, dejando á sus ministros la dirección de los negocios, es también cierto que el soberano, compenetrado con su pyeblo, háse asimilado todas las aspiraciones de éste, sus ideas y sus reivindicaciones. Esta compenetración prodigiosa le vale hondo afecto, admiración y respeto. Y no hay griego que no mire con dolor á Gandía padeciendo durante tres siglos en las torpes manos de los turcos. ¿Qué tiene de extraño que d ministro Delyannis haya cedido á las indicaciones dol rey Jorge, encarnación del espíritu y las tendencias nacionales? Este heleno de adopción es alemán de origen, perteneciendo á la casa de Sleswig-Holstein y siendo el segundogénito del rez Christian IX de Dinamarca. Nacido en 1845, era almirante de la flota dinamarquesa cuando la Asamblea nacional, reunida en Atenas, le proclamó por unanimidad rey constitucional de Grecia, en virtud del protocolo firmado en Londres en Junio del 63 por las tres potencias protectoras: Francia, Inglaterra y Knsia. Declarado mayor de edad y habiendo renunciado á sus derechos eventuales á la corona de Dinamarca, entró en Atenas el 30 de Octubre de 1863, jurando la nueva Constitución el 23 de Noviembre del siguiente año. La larga residencia, el contacto con un pueblo tan distinto del suyo han transformado al sajón, del cual solo queda el exterior: la complexión, la encarnadura; su carácter ha tomado de los griegos hasta la ironía y la llaneza, sus mejores títulos á la simpatía de sus subditos. La familiaridad de sus maneras, la sencillez de su vida son bien conocidas. En su presencia experiméntase la sensación del que se halla con persona á quien agrada. El rey sonríe más que habla. Posee la mirada del miope: acariciadora y nja. Su conversación es llana como su acogida, pero trivial. En la cuna del arte, su gusto por las artes y las letras responde á la atmósfera que respira. Jamás en sus audiencias dirige esas preguntas contenidas, insulsas, de patrón, que los soberanos suelen repetir en las entrevistas, eomo lección aprendida de memoria. Verdad es que la corte de Atenas no ha adoptado la majestuosa solemnidad de la de ^spaña, de Inglaterra, de Austria ó de ^sia. El Palacio real parece un cuartel 5°^ fuera y menos que un ministerio por ^eutro. Al soberano le llaman Kyrie easze' s> el señor rey; los príncipes no tienen titulo que el de señor, como cual^ier particular. El rey es accesible á to^0 el mundo, conforme con la tradición. ^ste propósito cuéntanse infinitas anéc y^us. Entre otras, la de que una noche, ando el rey uno de sus acostumbrados co860^ ,á P1^' dirigiéndose al Pireo, enntró á Tin oficial que le pidió fuego. El y ^ ^nitóle la ceniza al cigarro, fumó vianaejite para avivarlo y se lo presentó al sob •^s^e» ^n® Y9, había reconocido al rn?eran,?» no sabía si aceptarlo ó no. «Vatie ^i0*6 el rey7 n0 pierda usted el erapo. Por casualidad esta noche estoy e , íjrisa.5> Este y otros rasgos del mismo &Uo son los que más han contribuido popularidad. ^ 0oas fiestas solemnes en palacio; pero uohas comidas, á las que concurren, adeas de los personajes políticos, los funai0l^arios, los burgueses notables y hasta 1 turista llegado á Atenas con un go; y si el extranjero es un artista ó un sabio bástalo su nombre por corta que sea su fama. Los placeres intelectuales predominan en la corte. La música y la pintura domínanlas magistralmente la princesa María y el heredero Constantino. Estos, como sus hermanos y como los padres, son políglotas; doble atractivo para un forastero. El rey trabaja con sus ministros de nueve á una. A las dos de la tarde se sirve la comida en familia. De tres á siete es fácil encontrarle por las calles de Atenas, hablando á veces con un hombre del pueblo, practicando la tradición egalitaria. El soberano tutea á sus subditos, entre los que circula — cosa rara en estos tiempos — sin acompañamiento ni escolta; y — cosa más rara aún — recibiendo repetitidas muestras de respeto. Esta simpatía alcanza á todos los individuos de la familia real, principalmente al príncipe Jorge. Colosal, extraordinariamente ancho de hombros, pero tan alto que en su corpulencia, todas las proporciones se armonizan para constituir un Hércules hermoso, de rostro apacible, con sus ojos azules y su cabello rubio. Al verle, se comprende el mal rato que pasaría el japonés que atentó al czarewitch; de una puñada raja un tablón. Esta fuerza enorgullece á los atenienses y place á sus ideas atávicas sobre el vigor físico; así es que se refieren mil sucesos en que el príncipe interviene como héroe. Una noche, subiendo á la Acrópolis, oyó llorar á un niño en una casa de miserable aspecto. El príncipe entró para reprender al padre, que martirizaba á golpes á la criatura. — ¿Por qué le pegas?— díjole. El padre, un jastial, mirándole de arriba abajo sin conocerle, replicó de mala manera: — Y á tí ¿que te importa? — reanudando la zorra. En un dos por tres el príncipe acogota al hombre, coge al chico bajo el brazo, y sin fatiga alguna, en vilo, lo condujo á Atenas. Hoy, los atenienses confían en que el príncipe Jorge repetirá la hazaña trayóndoles á Candía. L. AEZUBIALDE Algunos diarios indican que la situación actual de Turquía es insostenible, y que no hay más remedio que destituir al Sultán. _ Conseguido esto, la diplomacia determinará qué territorios deben quedar bajo la dependencia do la Sublime Puerta y cuales deben ser anexionados á Grecia ó á los Estados cristianos de los Balkanes. Algunos diarios republicanos avanzados publican violentos artículos contra Inglaterra, sosteniendo que Europa debe coligarse para acabar con la influencia de dicha potencia sobre el Mediterráneo. Otros diarios alientan á Grecia á llevar á cabo con audacia la anexión de Creta, porque de otra suerte, dicen, esta isla acabaría por caer en manos de Inglaterra. Hay que advertir, sin embargo, que no faltan periódicos franceses que preconizan una alianza con la Gran Bretaña, la cual, en cambio de la tranquila posesión de Egipto, podría ofrecer á Francia compensaciones en las fronteras del Senegal, en el Níger y en Siam; pero á esto se oponen otros diciendo que Rusia, de la cual no debo jamás apartarse Francia, no aceptaría la alianza inglesa. fra ^^s^a iiegaao a -a.itínas con un dap^ ^n ^a :i:ria^a y nna carta de recomenclon para cualquier ateniense de arrai- 1EV0 BAILE DEL AUTOR DE "EXCELS10B,, Sabido es que Milán tiene desde hace tiempo el privilegio de los grandes estrenos. De la Scala salieron triunfantes para recorrer el mundo Falstaff, Otelo y el baile de Manzoti, Excelsior. En la actualidad se ensaya en dicho teatro un nuevo espectáculo coreográfico del mismo autor, titulado Sport. El argumento no puede ser más sencillo. Una exbailarina y una elegante dama inglesa se disputan el corazón de un vizconde francés, que se ha arruinado en las carreras de caballos, á causa de la traición de un jockey. Las dos ardientes enamoradas emprenden un largo viaje por diversos países con objeto de de encontrar el ídolo de sus ensueños, resultando al final triunfante la virtud — una virtud relativa — y castigada la maldad. Las decoraciones son magníficas. Primero asistirá el público á una ascensión á la Altura de las Sierras, en el Canadá. Después de este cuadro, y por medio de una ingeniosa mutación á favor de tupidas gasas, aparece El templo del hielo, iluminado por infinidad de focos eléctricos. Este cuadro termina con un brillantísimo bailable de patinadores y una copiosa nevada. Luego, sin transición alguna, el espectador asiste al Hipódromo de LongChamps, el día del Orand Prix. La decoración representa con admirable fidelidad el Stand y las tribunas, y con tal arte está preparada la escena, que una parte de la muchedumbre es de carne y hueso. La otra es pintada. Los caballos que galopan disputándose el premio, parecen arrancados del natural. Luego hay un baile de tapones de botellas, un duelo femenino, una cacería, y, al final de uno de los actos, muéstrase al espectador la incomparable Venecia, en grandioso panorama. Delante del palacio ducal se verifican unas regatas de góndolas, en un estanque construido al efecto. La apoteosis es una alegoría del sport. Toman parte en este espectáculo 500 bailarinas y figurantas, y hasta la fecha se han gastado más de 50.000 liras en las decoraciones, trajes y atrezzo. LO DE CRETA L