m PRECIOS DE SUSCRiPCION El Ferrol: un mes, 1 pesota— Pminclas: tres meses, 4'50 pesetai.— Ultramar: sois meses, 15 pesetae.— Extranjero: un año, 30 pesetas. EettacclóB 7 Administración; Eeal 139 y 141.— Corresponsal en París para anuncios y reclamos: Mr. á. Lorette, 6 i rué Caumartín. EL FERROL Martes 20 de Septiembre de 1898 ANUNCIQ; La línea de una columna, ó hueco de ella, en la cuarta plana ¿ cts. de peseta; en la 3.» 10 id. id—Los de una sola inserción aumentan el 50 por 100. — Los no suscriptores pagarán doble- — Por cada inserción se pagará, además ^ el impuesto del timbre móvil de < 5 cents.— Pago adelantado. pELjDIA eohar sus F,rrol se queda smguarmdón. ^ ld0 Lugo quemar voladores y lo todas sus campanas. áí! Gobierno se ha compadecido de _ ^ Y ya pueden las jóvenes lucenses cllita?' «e eu el paseo al compás de las nosolaf]l banda de Luzón. ^ hemos convenido en que las tropas D. Antonio Barreiro, dos piezas de percal para colchas. Señoras de Ohicarro, dos catres-camas, dos almohadas, dos mantas, ocho sábanas, tres fundas, tres toballas, tres camisetas, seis camisas, tres pantalones, cuatro pañuelos, un par de calcetines, un banco, Señora de Cubeiro, una almohada, un saco, una colcha, cinco fundas, dos chambras y tres pañuelos. Doña Manuela Antúnez, dos vasos de cristal. Doña Carmen Pardo de Baamonde, una cama de hierro, ocho sillas, cuatro calzón- un estante, una escupidera do cama, un | cilios, cuatro camisetas, cuatro pares de servicio, dos mesas de noche, dos petates, seis servilletas y una bañadora. Señora Viuda de Regalado, diez sába ¬ nas, doce fundas, dos sabanillas, una manta, dos tohallas, cuatro servilletas, un saco y dos colchas. nara guarnecer las plazas fuertes ^^ acuartelarlas allí ^ 81110 el caciquismo? calcetines, cuatro fundas, cuatro sábanas y una almohada. Doña^ Juana Romero, unos pantalones, una levita, un chaleco, una sábana, un cobertor y un catre de tela metálica. Señora Viuda de Reguera, dos colcho- donde las re- Señora de Regalado, una boina, dos al- | nes, dos almohadas, una manta y un co antigua de melancolía si clSBmra caso de conciencia ( bien adiestrados infantes de Luzon no ^Ivían á alegrar con los vivos colores de V0 uniforme las tristonas calles de la ciu- ílad hermana. v con Dios la brillante oficialidad, odelo y honor del ejército; vaya con n'ns la fuerza de su mando, marcial como oC v como pocas de soldaditos que pocas) J i i J - • iendo bisoñes parecen soldados viejos. y con la infantería se va también la esoasa fuerza de caballería, quedándonos de ejla— sin duda como bulla del destino que'se goza en nuestro desamparo— cuatro soldados y un cabo. Regocíjese con Lugo la Ooruña. ¿No son ahora y antes los dueños del cotarro los caciques de todas menas y ta- in¿No mandan ellos? Pues quien manda, manda, y cartuchera en el cañón, esto es, ohitón. Un día y otro día, un mes y otro mes, el celosísimo general gobernador ha representado ante el superior la necesidad de que el Ferrol, plaza fuerte, tuviese una parte, nada más que una parte de la fuerza que le corresponde. Sus justos clamores oyéronse hasta cierto punto, cuando la amenaza d ) una visita de los yankis á estas costas hizo pensar en que podrían intentar un desembarco; y aquí vinieron las fuerzas de infantería has ta completar un batallón, se enviaron hasta veinticinco ginetes y se contaba con la promesa de una ó dos baterías de montaña. Soplaron corrientes de paz, transcurrió el tiempo suficiente para que la acción del caciquismo y de la lecomendación surtiese efecto, y nos quedamos... compuestos y sin novia. Inútiles las gestiones de este gobierno militar, inútiles los gastos, no despreoiable§ por cierto, de nuestro Municipio que oon ocasión de los acuartelamientos, hizo en verdad esfuerzos dignos de encomio y fué tardo ni perezoso en responder dignamente á lo que de él se esperaba, á fin de asegurar la permanencia del escaso aumento de la guarnició. i. En brevísimo plazo realizó importantes para edificar dos cuarteles- modelo en su c^se, dentro de la pequeñez del esPjoio disponible; y ese puñado de dinero aW queda sin provecho alguno, dándose el caso de que la Artillería de montañ i no legará á estrenar el edificio que se le aparaba. Esto tiene de escribir a JQe^ coutra los que así hacen que loa | Pablos malbaraten sus recursos, dejan- I do ^ burlados. j Quédanos la Artillería de plaza, ese ba- \ feg0n ^arro, orgullo legítimo de sus jey iustre del ejército español; quédan- ■ mohadas, una manta, cuatro calzoncillos, cinco pantalones, cuati o tohallas, dos sábanas, una chaqueta, doce servilletas, siete rodillos, tres elásticos, una camisa, cinco pares de calcetines, cinco cucharas y dos tenedores. Señora de Oubeiro, un saco, una colcha, cinco almohadas, dos chambras de abrigo, i tres pañuelos, seis vendas, dos elásticos ! y una sábana. | Señora Viuda de Leste, dos sábanas y I dos fundas. Señora d( ña D. Z, de Antón, dos camisas de dormir, seis elásticos, cuatro calzoncillos, tres hules zaleas y seis sábanas. Señora de Fiol, 24 platos, 24 tazas y 12 vasos. Señora Viuda de Denio, dos almohadas, cuatro fundas y dos calzoncillos de punto. Señora Viuda de Aguiar, cuatro sábanas, dos fundas, una camiseta, dos calzoncillos y tres pares de calcetines. Una viuda, seis elásticos. D. Joaquín Jofre, cuatro sábanas, un gabán, un chaleco y dos sombreros. Señora Viuda de Iglesias, un catre cama, dos colchones, ocho platos, un estante oon cristales, 12 servilletas, seis percheros, seis jabones y dos vasos. Señora doña Josefa Lecia de Oastrillón, dos sábanas con encajes, cuatro fundas iguales y tres pares de calcetines. Señoritas de Rico, un chaquetón, un par de zapatos, dos chaquetas blancas, una almohada, cuatro sábanas, tres camisetas, ocho calzoncillos, tres tohallas, cuatro tundas, cuatro servilletas, nueve pares de calcetines y un sombrero. Señora de Marbau, una colcha, un gabán, tres camisetas, cuatro chalecos, dos calzoncillos, dos fajas y cinco pires de calcetines. Señorita de Mozo, seis sábanas y seis camisetas. Señora de L, Oampobello, dos colchas, dos sábanas, seis fundas y dos tohallas. Señoritas de Marban, seis tazas con sus platos, cuatro vasos, seis cucharas, un jai ro, seis pañuelos, dos tohallas y un pantalón . Señora de Ououliu, una manta, una sábana, una camiseta, una camisa y una funda. Señorita Ana Pita da Veiga, dos sábanas. Sucesores de Golpe, un hule para cama. Señora doña Amalia Medin, dos mantas, Señora viuda de Q-uzmán, una almohada con su funda. Señora doña Carmen Lasheras de Oasa¡ do, un colchón, una almohada, un coberí tor, una colcha, cuatro sábanas, dos fun\ das, cuatro tohallas, dos servilletas, dos [ camisetas, una camisa, dos calzoncillos, dos parea de calcetines, seis pañuelos y un 80 catre-cama. Señora de Lobo, cuatro calzoncillos, siete camisetas, una camisa, dos tohallas, una funda, seis pañuelos, dos pares de caloetines y una corbata. D. Juan Romero, un hule para mesa. D. Ricardo ¥. Cruz, una cama ele híeI rro, un jergón metálico, un colchón, una ■> u ~~r* I almohada, una silla, una mesa de noche, uu nombre que no hemos | ™ ^mznil de madera con palangana ora; pero es de justicia la | esmaltada, un jarro igual y un depósito, D. José M * Martínez, dos elásticos. D. Saturnino Montalvo, dos pantalones, dos chalecos, tres chaquetas, cuatro elásticos y cuatro calzoncillos. D. M. M. de L,, seis camisetas, seis pares de calcetines, dos calzoncillos^ dos sábanas, dos almohadas, una escupidera de cama y otra de mano. Señora de Pérez, dos sábanas, cinco fundas, un mantel, una camisa, tres calzoncillos, una camiseta, cuatro taja^, tres tohallas, un par de calcetines, una palangana, una jarra, dos hules y una zalea. Doña María Vázquez Permuy, cuatro sábanas, 13 pañuelos de algodón, dos de seda, dos camisas, tres calzoncillos, una camiseta, cinco fundas, dos pantalones, dos chalecos, una gorra, un sombrero ds comp-iñías de Infantería. tres 0 respondemo3 de que en la hora me- | 1 ^Pensada se los lleven también. nr nosotros debe bastarnos, sin duda, I lia ^ Clnt'ura MS£ 86 llama la mura- | lla>C011 t0(ios los inconvenientes de las zo- í Polémicas; debe bastara eri tanto que otros ra qué queremos más? s roer el hueso comen la carne. 1W ~ C0Sa 1108 sorprende, y es que no nos i paja, tres pares de botas, uno de zapatos y ^n también la gloriosa infantería de i ^a cama de hierr0- iwna; por(3ue si las plazas fuertes de la sin Oítancia de la nuestra han de estar ¡ dol Señoras doña Angela y Antonia Enriquez, una botella de Jerez, 12 tenedores, cucharaf«, un cucharon, una taza. l mociir. I Doña Josefa Martínez de Fernández y | señorita Antonia Fernández Yáñez, una | cama de hierro, dos sábanas, dos fundas, I una colcha, un cobertor, cuatro calzonciI líos, tres camisetas, dos toballas, siete pa| res de calcetines y dos almohadas. I Señora de Gayoso, seis camisas, seis cal1 zoncillos, seis pares de alpargatas, 12 paI res de calcetines y 12 pañuelos. I Señora Doña F. P. de Qainl ana, seis valí sos, seis tazas con sus platos, dos escupi| deras, dos camisetas, unos calzoncillos, t^es pares de calcetines y una faja. Señora Viuda de Villeroux, seis camisetas, una palangana esmaltada y tres tenedores. La misma señora de parte de una amiga recien llegada de Cuba, dos sábanas, tres fondas y una taza. De otra amiga, una camisa. Una señora, un hule y dos camisetas. Señora de Seijas, dos camisetas. Una señora que oculta su nombre, un jergón, una almohada, dos sábanas, una funda y una cama de hierro. Sra. de Oarranque, un pantalón, sombrero y un par de calcetines. P. R. de Acha, una toballa, un elástico y un par de calcetines. Sra. Viuda de R., un colchón, dos almo hadas, dos fundas, dos sábanas, un cobertor, una alfombra, dos camisetas, dos chaquetas dril, una bandeja grande, dos pisteros, una silla de extensión, una cómoda. Sra. Viuda de V., un jergón, una cama de tijera de lona, cuatro sábanas, tres fundas y una jarra de loza. D. José Blanco, dos pares de calcetines y una pieza de holanda. Doña Antonia Abizanda, dos sillas, un colchón, cinco fundas, un cobertor, uoa alfombra, tres zaleas, dos colchas, cuatro sábanas, dos calzoncillos, una camisa, dos camisetas, una almohada, dos cubiertas de colchón, tres cucharas, una escupidera, un escupidor y un velador. Sra. de Crespo, dos embudos de lata, dos coladores de idern, dos cazos de idem, un tanque idem, un farol y un aparato para lamparilla. Doña María Aroca, una taza, dos platos, una sábana, una toballa y una funda. Una devota, dos elásticos, unos calzoncillos una toballa, un par de calcetines y un pañuelo. Sra. de Togores, dos colchones, cuatro almohadas, cuatro sábanas, cuatro fundas, dos cobertores, dos colchas, dos tohallas y dos catres de lona. Sra. de Cromar, dos sábanas, dos fundas, tres camisetas, una camisa, dos calzoncillos y tres parv33 de calcetines. Stas. de Romero Mella, un colchón, dos sábanas, y seis servilletas. Niñas de Casas y M. Sanjurjo, diez y i ocho platos. D. A. Ll., una sábana una toballa, una almohada, una alfombra, un mantel, un cojín, dos pocilios con platos, dos tazas con platos, dos bandejitas, una escupidera y un tapete. D. B. Ll., un baño de goma, una colcha, un escupidor, una cafetera, una sábana, dos almohadas, un mantel, una toballa, una escupidera y un vaso. Sres. de Caaniaño, tres juegos de cama completos, cinco sábanas, cinco fundas; nueve pañuelos, una colcha y una almohada. Donativos en especie. Oon destino al Sanatorio han facilitado carne los días 17 y 18 las tablajeras Carmen Rey, Gumersinda Veiga y María Vázquez. Otras tres personas que ocultan su nombre facilitaron el jamón en dichos días. La señora doña" J. F. viuda de P., dos gallinas. D. Ignacio Iglesias de Iglesias se suscribió con 25 céntimos mensuales. Doña Concepción Noriega de Ortiz donó seis libras de chocolate y seis botellas de Jerez. Dos señoras, cuatro paquetes de tapioca. Ana Fernandez é hija, cuatro botellas de vino Jerez. D. Pastor Nieto, una botella de Cogñac. (Se continuará) Procuremos razonar nuestra aseveración. Todo establecimiento docente, para que revista el susodicho carácter, ha de reunir en su creación, organización y funcionamiento las características peculiares á los establecimieritos de i u clase, fundados oficialmente ó acerca de los cuales se declare, después de su fundación, que revisten aquel distintivo. _ La Escuela de Artes y Oficios de esta ciudad no se encuentra en ninguno de esos casos; luógo es evidente que no es oficial. En efecto, ocurriósele un día al entonces diputado provincial, Sr. Linares Rivas ponerse de acuerdo con nuestro Município, y se convin > en que el primero lograría de ia_ Diputación una cierta cantidad que unida á otra de fondos municipales permitiesen sufragar los gastos de un centro de enseñanza de Artes y Oficios, aquí tan conveniente, y así se verificó. _ Vióronse reglamentos de otras Escuelas similares y ele Bellas Artes y se organizó la que aquí funciona con tal nombre, aunque responda poco á su objeto, dotándola de una junta, de un reglamento y de unas condiciones buenas ó malas, pero completamente á gusto de los organizadores y con independencia de las que en materias tales subsisten oficialmente. Andando ei tiempo, se solicitó el apoyo del ministerio de Fomento, y la respuesta debe estar en el archivo municipal ó en el de la Escuela. Esa respuesta decía, si no estamos mal informados, que no era posible acceder á la petición en tanto la Escuela no se pusie 3e en las condiciones de las oficiales. Es verdad que ese centro está subvencionado por organismos oficiales; pero esto no muda su carácter ni su naturaleza. Podía sostenerse sólo de fondos de un particular y ser oficial. Un acaudalado deja ó cede una cantidad suficiente para que con su rMIQÜ Notician de Barcalona .. Peto antes permitan ustedes un desahogo propio de los circos taurinos. ¡Maleta! Y allá va el tiro: «Dos toreros salieron desafiados esta noche del café de Oriente, situado en la Rambla del Ceutro y contiguo al cuartel de la guardia civil. Uno de ellos disparó una pistola, y el proyectil fué á herir á una agraciada joven, que pasaba por la Rambla.» No se puede ser bonita, porque sucede lo que ocurrió en Barcelona. Que se descerraja un tiro y... ya se sabe quien es la agraciada. Imparcialidades de El Imparcial. Ayer vuelve á tomarla con la Marina, señalando sus vicios. De las virtudes hace siempre abstracción. Y es que, por lo visto, no tienen las virtudes entrada en la casa del colega. La trichina moderna. Los yankis se proponen ejercer su dominio en la isla de Luzón. Por aquí aparece la influencia de los i «cerdos». I Los lucenses gestionan á sangre y íue| go el traslado de la plana mayor de Lu| zón. I Y por este lado aparece la influencia de I los «jamones.» | Leemos: I «La erupción del Vesubio es cada vez mayor, I desprendiéndose torrentes de lava por varias aberturas, además del cráter central.» En España se leerá la noticia indiferentemente. Porque toda esa erupción no vale lo renta se sosten T a^nf ? % 6 Arfc9S' ^ V^fT' I WQ el 9rano que nos ha salido á los espa instituto, ect. etc.; organizala el Estado, | J0ieg la Provincia ó el Municipio con arreglo á las leyes y reglamentos vigentes, y oficial será^ su carácter; funcionan, por el contrario, numerosas instituciones subvencionadas por Municipios, Provincias y el Estado, sin que por el hecho de la subvención tengan carácter oficial. ¿Puede llamarse oficial la Cocina Económica de esta ciudad porque la subveacionea el Ayuntamiento y la Provine ia? Es oficial la Institución para la enseñanza de la Mujer, deSMadrid, porque la subvencioao ei ministerio de Fomento, el Municipio y la Diputación? ¿Serán oficiales los centenares de colegios ele segunda enseñanza que hay subvencionados por los Ayuntamientos en muchas partes de las provincias de España? Pues en el mismo caso se halla nuestra escuela de Artes y Oficios. Ni por el plan de materias que en ellas se enseñan, ni por su reglamento p irticularísimo, ni por el modo de proveer sus cátedras ni por los efectos académicos de la enseñanza, reúne las condiciones de escuela oficial. Todos sabemos que las asignaturas se aumentan ó disminuyen á voluntad, con arreglo al criterio particular de cada junta; que el reglamento es de carácter particularísimo también y modifioable ad iibitum; que los estudios en ella hechos carecen de valor académico; que se nombran los profesores y auxiliares á gusto del que tiene influjo bastante para ello, y que aun en los casos en que medió la oposición, los tribunales no revistieron carácter oficial. Ahora mismo, la junta acaba de establecer clases extraordinarias con honorarios mensuales de pago obligatorio para los alumnos que hayan de aprovecharse de ellas. . Con todos estos antecedentes ¿podrá sostenerse que el referido centro es una Escuela oficial de Artes y Ocios? Entendemos que no De los desórdenes de Vigo, producidos por arranques de cariño en favor de los soldados, se ocupa El Ejército Español, antecediendo sus líneas de este epígrafe: Hay que ponerse en guardia. No es verdad. La Guardia está á diez kilómetros de distancia. Hay que ponerse en Vigo. Las columnas de los periódicos madrileños son como la romana del diablo; entran con todas. La mayor parte del tiempo están convertidas en horrorosidades. Ahora exhiben el retrato de Luechesi, matador de la emperatriz de Austria. Los cronistas lo pintaron como un asesino de cuerpo entero. Pero los dibujantes lo pintan de medio cuerpo. Y la prensa sufrirá una gran contrarié - dad, por lo difícil que será pintarlo de | cuerpo presente. Lo prohibe la ley de los canecos. Donde escribimos canecos, lóase Ginebra. ECOS DEL OBISPADO Mar sobre el mes del losarlo. i Esperamos confiadamente de la piedad | de nuestros amados diocesanos que, como | años anteriores, pondrán el mayor esme| ro en practicar la devoción del santo Ro| sario durante el próximo mes de Octubre. I La perserancia en lo comenzado es el fruf to de las buenas obras y la prenda de que | se ha de conseguir la victoria. «¡Hay que I confiar en María! ¡Hay que rogar á Ma- Iría!» exclama Nuestro Santísimo Padre León XIII en su Encíclica Adjutricem populi christiani. «¿Qué cosa hay, añade, que f no pueda hacer Ella en favor de nuestros EnTófiímresUbí'á nuestro modo de | deseos? ¿Qué no querrá Ella hacer en be ver el Alcalde. lóg^^ión, di curriendo con rarecida j tres pocilios, un platillo, cuatro sábanas, • ^os departamentos marítimos de- Él sido Redarse sin infantería de Marina, ^ejor día anochece y no amanece, ándenos con la novedad de haber que habiaQSe^adaal puerto Lápice, de cantes en su inmortal Quijote. C^UZ ROJA ^1 ailatorio: donafcivo3 recibidos para el lUUda'4alLaiIla8' una almohada, una a SP^ta' una sábana, dos toha- bS^era I le.ta' unPar de medias, una ^n^M?8 tazas con íana y dos trapos. sus | tres calzoncillos, una camiseta, aos lun f das, un pantalón y un abrigo. I Doña Angela Q-elabert, tres camisetas, I unos calzoncillos y un par de calcetines. I D. César Hyde Angueira, una caja de | jabones. I D. Cárlos Angueira, dos mesas de no| che. | Doña Balbina Lacaci, dos tohallas, seis I servilletas, seis tazas de ¡ tes. i Doña María F. de Moreno, dos pantaloI nes, un chaleco, una boina, seis elásticos, 1 tres sábanas, seis tundas, unos calzoncillos ; tres pares de calcetines, un jergón, una I manta y una alfombra. I Varias señoras, un kilo de azúcar, meI dia libra de café, una de chocolate, un pa1 quete de velas, una camisa y una zalea, platos, una \ Señorita Modesta Quijano, dos sillones - de gutapercha y un catre de tela metálica. Escuela de Artes y Oficios. ; ¿Es de carácter oficial este centro de | enseñanza? He ahí una pregunta llevada al seno | del Ayuntamiento, como si éste fuese lia- | mado con su respuenta á decidir acerca de | loza y dos fuen- | un asunto determinado á priori por su na- l I turaleza y modo de ser. 1 El Alcalde, aunque parezca raro, fué el | I único que, á nuestro juicio, estuvo en lo I | cierto, al sostener que la citada escuela es I de carácter privado, estando subvención aI da por diversos organismos oficiales, oomo i podría ser por un individuo. I Con permiso de los que opinaron en | contra de esa tesis, nosotros somos de pa' recer que la Escuela de Artes y Oficios no tiene carácter oficial. ¿Qué_ importa que á éste corresponda ! la presidencia de la junta de la Escuela, porque así se haya estatuido en el Reglamento? La Escuela sería exactamente lo que es, aunque esa presidencia no se hub:.ese otorgado al Alcalde. Entendemos, pues, mientras que de lo contrario no se nos persuada, mientras que no venga por lo menos una declaración autorizada de la Dirección general de instrucción pública, sin recaditos ni recomendaciones previas, que la Escuela de Artes y Oficios del Ferrol es un centro docente de carácter privado, que subsiste con las subvenciones oficiales v el producto de las matrículas de los alumnos. ¿Quién mete al Ayuntamiento á hacer declaraciones para las que carece de competencia? Es tan incompetente la Corporación municipal para hacer declaraciones de 1 neficio del pueblo cristiano? ¿Cómo no ha de desplegar Ella todos los tesoros ae su ternura y de su benevolencia en bien de la Iglesia, endulzando los largos sufrimietitos de la Esposa de Jesucristo?» Constante en este pensamiento de una confianza ilimitada en el patrocinio de la Santísima Virgen, quiere Su Santidad que en este mes del Rosario nos acojamos todos, pastores y rebaños, bajo el manto protector de nuestra amantísima Madre y que en público y en privado, con cánticos, plegarias y ofrecimientos nos unamos pa! ra invocarla y suplicarla. Quiere que le | pidamos que su maternal clemencia conI serve á la universal Iglesia al abrigo de I todos los peligros; que haga lucir para I ella días de prosperidad verdadera, y que I la Religión llegue á unir todos los espíri| tus por la profesión de una misma fe, y | todas las voluntades por los lazos de una | perfecta caridad, en lo cual van incluidos cuantos beneficios asimismo cuantos beneücios pueden apeíndole de la hecha el viernes, como la I tecer las naciones y los pueblos, junta de la jEácuela para entender en > el I A fin' P11?8» de ^ se Henen cumplidasupuesto abuso de las nóminas dobles. | mente en el presente año los designios de Y todo por obra y gracia de nuestro Al- I Nuestro bantisuno Padre, recomendamos A,,. 1 a los Sres. Curas que en la misa conventual del domingo último de Septiembre, calde incomparable que estando en lo fir me, á nuestro juicio, en vez de dejarse I arrollar por ios especiosos argumentos de | los concejales, debió suspender de plano i la discusión sobre un asunto acerca del I cual no tenía competencia el Concejo. Pero vaya V. á pedir lógica y sindére- I sis al Sr. Alcalde. Si se tratara de perder alguna votación I otra cosa sería. ■ Para no perder^ una más fuéle preciso I votar contra él mismo. Un colmo... ai anuuciar á sus feligreses los ejercicios del Rosario, les inculquen la asistencia á estos actos, exponiéndoles las muchas Indulgencias que ganan los que rezan devotamente el santo Rosario en cualquier tiempo del año, y las especiales que están concedidas para este mes por Nuestro Santísimo Padre León XIII. También les recordamos que este mes de Octubre es uno de los designados en la diócesis para renovar la consagración de las familias á i