1 ÍJ PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN En Pontevedra; un mes, m«ia fi^süi'ía.— Fu"ra cua- íríí p«««««!* al trimestre adelantadas.— Ultramar y extranjere, trimestre «ssief?1 p&mi*m'*Cada mano de 25 números para los vendedores, 75 eémliiK»'- adelantados. Li Correspondencia al director del periódica. REDACCION Y Miércoles 2 ZMON-. CALLE . DE HIESTRA 38 I ANUNCIOS ^. ^^^•^^w^^^^^^^^^^^ i J&n tercera ó cuarta plana » y t O «én timos, res- 1 pectivamento, según sea, aencüla ó doble, I Comunicados y reclamos 05 .cééiicr^»» línea sende Noviembre de 1898 | cil^ I Esquelas de defunción tamaño comente & pesetas ! en media plana ÍMS Meas. íúm 4.284 1 Cilíli II Pll Xodavía no tengo ganas de mo. gie..- La a^e&rl'a y ^a jnventiid me Empañan; no he gastado todo el 8 jal de mis esperanzas; el amor ^brincia con sus goces inefables, y ^nqUe niis cabellos empiezan á tocar retirada, aun no ha nevado sobre mi cabeza... ¡No, no tengo ganas morirme todavíal Sin embargo... en esos días tristes de otoño, en que la naturaleza muerta reclama nuestras oraciones, me siento un poco inclinado á la melancolía, y al pasar revista á mis ilusiones de ayer y á mis esperanzas de mañana, pienso un poquito en la muerte con esa tristeza que se siente al borde de los grandes misterios... :Qué pasará después? ¿Estaremos de veras condenados á esa broma pesaid de que habló Voltaire? ¿Descansaremos efectivamente al despedirnos de la vida? ¡Quién sabe eso, y sobre todo, quién piensa en averiguarlo! Gocemos, pues; la cristalina esfera gira bañada en luz .. /Bella es la vida! Si, ¡bella es la vida! pero convengamos en que también la muerte tiene su poesía. Pero la poesía de la muerte no la hemos de buscar en estos días en que la humanidad, obligada por el calendario, ofrece á sus antecesores unas cuantas lágrimas oficiales y varias coronas, tan artificiales como sus lágrimas... En estos tiempos en que la lucha por la existencia ha ascendido ¿ la categoría de ideal, los muertos son los que quedan fuera de Mribate; ni ornamos de rosas sus tu^bas, como los pueblos clásicos, ni colocamos á nuestros antepasados entre los dioses familiares. En estos tiempos hemos inventado lo ae el muerto al hoyo y el vivo al hoVy sólo nos acordamos de los que nos precedieron en ese fatal camino 'L'ara profanar su morada, llevando á ei'a la ostentación y el ruido de nuestra vida miserable. . , no busquemos la poesía de 'a fuerte en e! cementerio de la ciu, H donde los vivos insultan la sode los muertos; busquémosla ^ lk el cementerio del pueblo, en lugar sagrado donde no alteran ^ ^ sean so di sus moradores, ni la j^dad fingida, ni la falsa .oración, as A'anas pompas del mundo. los que duermen el sueño 10 no temen la visita del duelo ^Portuno... Crecen las flores rtristes borde de las tumbas, hay manos , Inosas que las cuiden y lágrimas C^as que las rieguen. ^Ha El Poeta (:lue dijo: ^MsmT a-We^lie escuc^a eternamente SQÍ^L ' NÍL^0 ^E ^ misma fuentel t Da también con una tumba soli- y b^' ^a^a^a Por el rayo ^e Ia luna ^sada jior el sauce melancólico. ¡Quién sabe donde descansarán mis huesos! Pero yo también sueño con ese rinconcito del cementerio del pueblo. ¡Allí está la verdadera poesía de la muerte! A. PALOMERO: LOS GALLEGOS QUE VALEN EL IfilBUGO FOfiTES Los diarios de Madrid dan cuenta del resultado que han dado 1 as pruebas de un notable invento contra incendios, del cual es autor el capellán mayor de la armada D. Mauricio Fortes, hermano del director de La Integridad de Tu y D. Justo Salvador Fortes. Según dice la prensa madrileña, esta nueva invención es un compuesto confeccionado sobre la base del amianto, para impedir la combustión de los objetos protegidos por BU fuerza inífcg"/?. Es una especie de barniz, en que ei amianto se combina con varías sustancias que constituyen el secreto del inventor, el estudioso químico 1), Mauricio Fortes, vecino de Madrid. ; : ; , , /; Forman un preducío barato y sencillísimo en sus aplicaciones á la brocha, al lavado, etc., y adherente á todas las superficies de un rnodo estable. Se puede mezclar á los colores al temple y también admite sobrefél todo género de pinturas ó barnices, sin q je por esto pierda su virtud ni por el transcurso de larguísimo tiempo y, ademis, no sufre con la intemperie ni el uso. Con tales propiedades, es de una .utilidad inmensa en lo. teatros, porque pudiendo ser adherido con los colores, ó debajo de los colores dé los lienzos, é i ual mente en el maderamen de los telares y máquinas, en las cuerdas y, así mismo, en la madera, visible ú oculta, de la construcción, tanto como en los muros, hace estos edificios completamente incombustibles. En las chozas y casas de madera, en los techos de vigas descubiertos, en los kioskos, embarcaciones, tiendas, talleres, templos y otras localidades semejantes, expuestas á un incendio, es incalculable la utilidad de este invento maravilloso y sencillo, tan duradero como económico. La prueba pública, después de otros muchos experimentos, se ha realizado en un local de la calle de Segovia, junto al Viaducto, ante una escogida concurrencia de personas inteligentes. Dos grandes barracas ó casetas de igual madera, la una barnizada con el nuevo ingrediente y la otra sin barnizar, fueron cargadas con igual cantidad de virutas y otras materias combustibles y rociadas de petróleo. Prendido fuego á las dos, pronto quedó la segunda carbonizada, mientras la otra permanecía intacta aguantando el fuego de su interior y el de la otra caseta que estaba muy cerca. La prueba ha sido tan completa y decisiva que hasta las cortinas, también impregnadas, hai? salido ilesas. Antes se habían hecho pruebas con algunos ingredientes ignífugos extranjeros, que no impidieron como éste la combustión. El Sr. Fortes pedirá y obtendrá en breve el privilegio, y de acuerdo con el propietario de unas abundantes minas del amianto más excelente y buscado, existentes en la provincia de Granada, procederá á la, explotación del' beneficioso invento^ que ya ha sido objeto de ventajosas proposiciones. xin rTíííicia, la gente no se ha enterado del conflicto de Fas boda. Esto demuestra que allí, como aquí, el pueblo atiende antes al señuelo de las cuestiones íntimas, particulares, y si se quiere menudas, que al interés nacional. El asunto ü rey fus ha relajado de tal modo en Francia el sentimiento de la nacionalidad, que ni el peligro inminente de una guerra coi.- Inglaterra ha logrado despertar allí un grito de patriótica alarma. La gente no se ha enterado de la magnitud del conflicto Es más que verosímil que sea conjurado el peligro. Lo que se ignora, aunque se sospeche, es el precio de! arreglo, la tasa que aplican los ingleses á su transigencia. El caso ha sido de prueba para Francia. Había derecho á esperar que el riesgo común borrare diferencias é invalidara rivalidades. No ha sido así. Francia, antes y después del conflicto de Fashoda, en vísperas de una guerra con una potencia íormidable, no ha hecho sino vivir para matarse; suicidio lento, en el que se va agotando la nacionalidad. La opinión de estadistas ilustres, expresada en los periódicos extranjeros, da á entender que Francia eludirá la guerra con Inglaterra, aunque le sea preciso hacer concesiones de importancia. Es verosímil y hasta probable que el parecer de esos estadistas tenga confirmación en los hechos. Vaya Francia ó no á la guerra, lo indudable es que alií el sentimiento de patria está de tal modo relajado, por motivos subalternos, que ni el peligro común, la inminencia de un choque del que pudiera salir desbrozada, ha sido bastante á unificar en un solo grito de guerrera alarma todas las mezquinas vociferaciones que actualmente se aplican los franceses unos á oíros con motivo de la cues-^ tión Dreyfus. Hablar de la decadencia de España es cometer una impropiedad gramatical y de lógica. El término debe extenderse á más que nuestra nación. Es la raza latina que va muríen de . Un médico diría que en los continentes como en los individuos, la muerte comienza por las extremidades Con ver el mapa se entera uno de la posición geográfica que ocupamos en Europa. L OREN A. POR EL GLOBO £1 testamento de Glasclstone Desde hace algunos días corren rumores alarmantes acerca del estado de salud de la viuda de Gladstone, la cual parece no puede abandonar su residencia de Hawarden desde hace tres semanas y es visitada con frecuencia por HfSS^médicos^cte cabeCera, los cuales abrigan serios temores sobre la vida de la enferma, El testamento del ilustre hombre de Estado ha sido depositado en Somerse Honse para los fines de la liquidación y lleva la fecha de 1895, con un codicilo de 1897. El total de su fortuna se eleva á unas 60.000 libras esterlinas y se designan como ejecutores testamentarios á sus tres hijos, el reverendo Esteban Gladstone, rector de la parroquia de Hawarden, Enrique y Herbarto Gladstone. A ia cabeza del testamento figura la cláusula ante la cual se inclinaron la reina y el Gobierno británico, al reservar á la viuda del ilustre hombre de Estado una sepultura en la abadía de Westminster en donde se halla enterrado y que dice textualmente así: deseo ser enterrado en el mismo sitio donde descansa 'mi esposa, y prohibo que se ponga ninguna inscripción laudatoria sobre ai tumba bajo concepto alguno. No podía Gladstone disponer de' dominio de Hawarden que pertenece á la familia de su viuda y cuya herencia corresponde á su nieto Guillermo, actualmente menor de edad pero el difunto envita á este heredero á declarar inalienables algunos muebles y objetos que designa como pertenecientes á la histoiía-del castil io, tales como la colección de. decretos y nombramientos reales de todos los empleos públicos en él ocupó, en vida, los, retratos de familia, mármoles, cuadros, y fotografías, dibujos y miniatura-í, los libros que le fueron ofrecidos por la reina, así como todos los regalos que tiene recibidos de la soberana y de los príncicipes y princesas de la familia real, los recuerdos ofrecidos por las asociaciones políticas que consisten