á echar tierra sobre el asunto; mensajeros y comisionados oficiales comenzaron á cruzar el Atlántico, y el Gobierno español, seducido ó sobornado-no lo sabemos bienrevocó el decreto prohibitorio, dando lo dicho por no dicho; pasando por alto todas las atrocidades cometidas con los colonos españoles, desmintiendo indirectamente el informe de un honorable y dignísimo oficial de la Armada, cuyo silencio actual, ciertamente nos causa admiración profunda. Y nuevamente comenzará en Galicia la caza del hombre blanco, trasportado gratis con su familia, comiendo durante quince días un rancho inmundo, almacenado en bodegas que ni la cuarta parte de cabida tienen para la muchedumbre emigratoria; desembarcarán en Santos custodiados por la policía, firmarán un contrato irrisorio con cualquier fazendeho, y vigilados por feroces mayorales, se internarán en la bella inmensidad de los campos... y allí desaparecerán • para siempre, disueltos en la grandeza augusta de los bosques vírgenes, bellos, fecundos, grandiosos, pero mudos é impenetrables, insensibles á la piedad y la conmiseración, al dolor y á las lágrimas de los esclavos gallegos. Mas no será sin la protesta de los que amamos la patria y conocemos la campaña brasileña, que esos hechos se han de repetir eternamente; y sin que nuestra voz se deje oir en todos los ámbitos del mundo civilizado, para que no se diga siquiera, que somos un pueblo digno de nuestro actual destino. Callen aquellos que se sienten cobardes, enmudezcan los débiles, los sobornados, 'los vencidos por la crueldad amarga de la vida; pero hablemos aquellos que amamos la patria sobre todas las cosas, los que sentimos el corazón siempre joven, y los que por amor y por principio tendemos nuestras manos á los míseros y á los infortunados, á las eternas víctimas de la codicia y el vandalismo de los poderosos, francisco ALVARKZ de NOVOA. Para ropas y prendas los "Tres Hermanos" Consulado 94 Eugenio L. Aydillo Este distinguido escritor y querido amigo, el cual es nuestro corresponsal especial en Galicia, nos ha enviado, (y seguirá enviando), una crónica que insertamos en este número, y en la que trata de los asuntos más palpitantes de la región galaica. Conocida como es en la colonia la fama literaria de que goza nuestro conterráneo Eugenio L. Aydillo, y buena prueba de ello es el éxito alcanzado con su último libro «País de abanico» , no dudamos que será del agrado de nuestros lectores el enterarse de los sucesos de altura que acontezcan en nuestra región, redactados por tan autorizada pluma. También nos anuncia haber terminado un hermosísimo cuento con ilustraciones de Castelao, de nuestro grande y único Castelao. Nuestros lectores se irán convenciendo cada vez más, de que SuBVlA no alardea de ofrecimientos, y cumple, en cambio, sin haber ofrecido de antemano. UNA CARTA No todos son sinsabores en la ingrata labor del periodismo. Hay quien reconoce los esfuerzos que esta labor supone,' y sus palabras nos dan alientos para proseguir la senda emprendida y realizar nuestro ideal, que no es otro que el hacer de SuEViA una revista digna de la numerosa é ilustrada colonia á quien está dedicada. La carta que á continuación transcribimos nos llena de satisfacción y por ello quedamos sumamente reconocidos al entusiasta paisano que la suscribe, á quien deseamos feliz viaje y grata estancia en la adorada Galicia. Dice así: «Sr. Director de la revista ilustrada Suevia. Ciudad. Muy señor mío; Tengo el gusto de participarle que embarcándome para nuestra amada Galicia en el vapor correo «Alfonso XIII, y siéndome de todo punto imposible despedirme personalmente de mis amigos, cual fuera mi deseo, ruégole lo haga por este medio. Mucho me alegra llevar el convencimiento de que dejo en este hospitalario país, una revista