DIARIO POLÍTICO DE LA TARDE FUNDADO POR EL SXGMO. SR. CONDE DE PALLARES EN 1872 Año XVI 2.* época PRECIO D£ SUSCRIPCIÓN IiUgo, VHK pcsela ni nioa.~Fiior(i, 4 id. el triines;».— Ultramar, 12'fi5 id., id — Portugal; 8'(¡0 id., 13.— Kitronjero, 0 Id., id. — Núracro dal din, 10 ctotiinoa,— Id. nfruado, 23 ¡d. Martes l.' de Febrero de 1898 PUNTO DE SUSCHIPCIÓN Ed la ÁdiBinittratióa del Eco i>ti Qjj,ici¿, cilio da ArmufiA, 2, Lugo,— La aosoripción pam fuara do .la capital w pagará ftdélauUdi, dirigieodo sa imperte en letra» del Giro b síIIm de lidriquco. Núm. 3.4S3 Reconciliación ■ Ante el cadáver de itu pftdre se recyncilian los bijoa, y realizan uua baeiia acción, dijo el Sr. Silveía en e! banquete en honor al Sr. Pidal. Aanqneno bubiera pendientes tle solución problemas tan graves cotno loa que boy pesan sobre España, cetaria justificada la formación do un gran partido consorvacior, como necesario para el equilibrio de las fuetzaa políticas, á ias que está, y no á fuerzas de otra índole, encomendada la gobernación de los pueblos. Lit reconciliación entre bermanos qne no se han enemistado por cuestiones fundamentales sino única y esclusniunente por cuestiones de procedimiento, es una acción meritoria que no denigra á ios reconciliados, antes bien los honra y Énaitece siempre, cuando el abrazo fraterna] supone la continuación de la historia del bogar, el respeto á las enseñanzas paternales, la práctica de las doctrinas defendidas antes del momomotlo enojo, y en aras de loa intereaes más querido?. Dos hermanos que se abraaanno se rebajan, cualquiera que sean los caminos recorridos para encontrarse, antea bien se hacen acreedores á I03 respetos y & las simpatías de todo* los amantes del órdeu. ¿Quién dió el primer paso para la reconcilinción ?..... ¿Qné importa eso? Todo resulta secundario ante ei bien común, y ante los intereses nacionales, si afecta & ellos esa reconciliación, como afecta álos de España la realizada por los hombres de la Unión conservadora. ¿Que ésta la inició el Sr. Pida!,, dice modestamente el Sr. Silvela; que el Sr. Cos-Gayón enseñó al presidente del Congreso, dice también modestísima mente éste, la senda del porvenir?, pues gloria personal será el esfuerzo que todos hayan hecho, pero más gloria les corresponde porbaber logrado que las fuerzas conservadoras de España tuviesen un momento de abnegación para poder recoger el fruto de toles esfuerzos. Lo que no puede decirse, discurriendo de buena fó, es que los hijos enemistados no cumplen la voluntad del padre uniéndose y abrazándose. Discurso delSr. Silvela en el banquete de Union conservadora S-.flores (Grandes yrepetidoi aplausos): Eoúeutíu que vuestra b&névolu ncogidn ioofiriQj pleunmeate que e! eucoutrutme yo anendus de la cuestión colonial, on 'medio do lus dificultades qoe hoy pOBQti, no ya sólo sobre ol partido conservodor, sioo sobre el país; ios sentimientos que li toiioa nos icuoveu, ¡og poiígroa que ameiiazan & coaas que araainos con loda tincaira alma, ¿es que no iian do ejercer sobre nosotros ia virtud purifiendora que ejerce el dolor sobro todas las discordioB y sobro todas las onoraiaiadea? (Grandes aplausos.) ¿Es quo canudo eu el hogui' los hijos enemistados, oairocbaa stia raaáoj anto el cadivor do su padre; no l'oaliiian elgo íinmano'y aigó' Brande qne merece el respeto de iodos? (Grandes y prolongadísimos aplausos.) ¿Por qné no he ra os de hacer eso nosotros? Volviendo sólo para esto la vi&La atrás, ya despiérlaso en vuestro ■ corazón ; y on vuestra memoria ol recuerdo da lo que fueron nuestros debates y uuastras discordias,eu los cuales ios golpea que tnúluatnoote uosdiórsmOB los sentíamos lo mismo cuando se daban sobre nnos que ¡sobre otros, porque eran nuos nuestros cuerpos, y en unesfras diforoncias, ano en aquellas quo poiiiérao parecer mfia agrias,' se dibujaba siempre coaslaotemenlo eniro nosoli'os la ¡dea de una inovitablu unión y de una definitiva concordia. [Aplausos.) Nunca nos separaron agravios moríales ni diGculladea iusoluble;; li unidad do nuestras «iefta cu los priueípios, ero conCanza p^ira lodos deque li^bía do venir algún día, y no lejauo, la unión completa de nuesLros1 intereses y de nuestros procedimieulos. Empezada ia obra eobro esta baso para realizar la concordia, no hay que negar qno encontraremos diSonllades en el camino para llevarla á un definitivo término. Sí. No os hagáis üiMÍones siibre esto: á medida que nuestra fuerza aea mayor y nuestra unidad sea mis oorap'.etai perderemos para machos cierto aspecto simpático que tienen eienjpre para el adversario los enemigos débiles, i Muy bien, muy bienjyae acrecontarán los esfuerzo a para mantener nuustra divisiÍH'y nueslrá debilidad rospsetiía. Esto es lan humano, qno sería insensato no contar con ose y oou otros obstScuioa en nuestro caminó; pero firmes' en nuestra conciencia, nosotros debemos pensar^ do-'eir que en polínica, & veces, es mis difícil conoier el deber qáo cnmplirle, y en ol oaao actoal el ecuocimiento del deber es claro y perceptible para todo o! qué no tengn nublada ia luz del espíritu por alguna peqooGa y despreciable paeióo. (Muí/ bien.) Sí, señorea; tenemos nosotros en primer término, y ¡o hornos dicho así, que apartar la viata del pasado y fijarla en ol porvenir. No nos juntamos nosolros 'para Rescribir la Historia de España, sino'párá hacerla; y ' para esto no te nomos que pensar éu el pasado, sino mirar al porvenir.' Y esto do no ' mirar a! pasado y contemplar sólo elpur-' venir en ias circunatanciaa que nos éticontramos ¿es alguna cnmpoheudá artificiály menuda que convenga ¿intereses mezquinos para couquialar mis ó máno-i pronto el poder, ó es una razón sólida que líodo'ol fundamento en nuestra concienoia honrada y qne no podrii móuos do tener ol asóntimieni'o de toda la opinión impnrcinl del país? ¡Ah, eeñorcsl ¿Podemos' ocultar ti gravedad do Isa circnoslancias que nos cer¬ can y eí dobor estrecho que sobro todo hombre conservador p'eaa de agruparse y da ' unirse freale 4 los problcrciAS q»a A mis 'andar nos van planteando y presenta ndo . loa tiempos? Pjios qnó, ¿en vano so Ln (rastornado nuestro régimen colonial, croando unas relacioDos nuevas, enteramente naovas, entre oueslraa provincias do América . y la madre pííria? ¿En vano se lia suscitado un problema pavoroso eu Filipinas, qoe . la tregua actual obtenida por nuestro glorioso ejército y nuestros prndenles capitanes no significa sino la advertencia al espíritu nacional do qne ponga sn atención en aquellos problemas y a pro ve o lio e! tiempo para prevenirse contra peligros futuros? ¿No ee verdad qne todos oatos problemas traen á la Península, para dospues del regrfao de nuestras fuerzas tuilitat-es, en Isa .condiciones eu qne hoy se eucnentrao, cuando Dios nos favorezca con la paz, la pavorosa cuestión do Hacienda, para la cual necesitamos realizar un oífaerzo qne levante, ¡1 Eos ojüa de Europa, auesiro crédito y ' nuestras fuerzas materiales, como han levautado nuestro nombre militar loa realizados en los campos de balalls? ¿No es verdad quo hay quo poner U atención eo esos problemas Qh'iares de organización quo so noa preseurfo, unpoaiéndoiioa boIuclones de gravedad extrema qne siguifican y demandan ona profunda modificación en . nuestra manera de ser sooiel? ¿No es verdad que todoa oatos problemas piden ta atención y la intervención del partido conservador, agravados lodoa ellos oouol qna suscita una política exterior, que tcndrA qno tomar iniciativas que antea pudieran no sor ueoesarin:!, frente á ha diScullados producidas en ei cxtr^mo Oricuta/yqne estAn HamanSo ¡l las puertas de nuestra inacción de una manera veidadurameote.alajmatilo y podetosii? (Aplausos). Y cuando iodos es ton problemas eo ptoaeñtsn, ¿es posible qno á hombres do couci'oneia so ins pida qao por menudas cnestionee de difereuoia, ol Sr. tidal y yo nos dodiquemos á elabortr partidos coustryadorea diminutos, que represéntenla división da las fnems sociales que necesitan acudir ii la defensa de interesea de esa impnvlancio, do esa cuantía y de esa dificultad? ( Grandes y prolongados aplausos.) -De esta suerte entiendo, planteada la cuestión, y como hemos hablado mucho y hemos escrito lo bástenlo pura qoe se sepa cuiUos bou uweitros principios, nntíslros 1 ideuk-e, nuestros compromisos con ia opinión, nuestra línea de conduela, todo, ou fin, lo que es noc^s:tr¡o para la vida de un partido, oreo que eslií on el Animo do todos vo>o;ro3, como sata on el mío, qoe ha llegado la hora de que las palabras dejen su puesto m las obras y de. que la acción venga á responder con sn eficacia y con su rea- . lidad á lo qne ba prometido la lengua. Por eso no he do extenderme yo en cou' Bidcrüeiones que pudieran ser ajenas i. \o . qne representa esta reunión que no ha de siguifioar ni ha de valer por los discursos, aino por los hechoa y por las obras, y he do concluir dirigiendo un salada y un recuerdo qne ño puedo omitirse donde quiera que eu estos momentoa se reúnan corazouos españoles, uu saludo y un recuerdo á nuestro valiente ejército quo eu Filipinas y en Cuba defiende, con los tesoros de su saagro, los tesoros do oueatn honra. (Aplausos). : La paz conquistada en el eslremo Oriento la hornos celebrado esta mauana elevando nuestras precea al Aliíaimo por aquéllos; ia esperanza: renace h>i nosotros dequequiüds antes de, mucho tiempo podremos celebrar lambían la paz de nuestras proviucins de Aojódca; pero reciban nuestros bravos soldados que pelean eu una y otra región nuestro saludo, porque.... ¿no es verdad, señores, que si en algún momento ou que .puedan abandonar ol fusil y la vigilancia do nuestros traidoras onemigos, prestan oído atento á loa rumorea qoe liegao de la -patria, les serí mucho máa grato oir palabras do noión y de coucordiu qne no gritoa de .divisióu, de ódioy de discordiaB?.. (Grandes aplausos.) .EeperegiOB, puos. con ese ponsamientoy on ese deseo, y coaolniré, señores, brindando por la nnióu do las fuerzas conservadoras espaSolas; brindando por nnesiro valiente ejórci'o; brindando por D. Alejandro Pidal, qno ha iniciado esta idea de unión con ol vaior y la resolución que csracterizan lodos sus actoa y que ha nabido y soba reunir oaua doa grandes virtudes del hombro público, qua consisten en' despreciar por Igual U aduiacrón y h ¡üjnrta. (Aplausos). Bcindo, y calóooU la última porque c» U coronaeiiin de todttj n'ieiiraí esp-raozas y de todos uuesiros deseos, brindj por la Betna Regente; brindo por la líeiua q'»-: tiene sobro todas siifj viriiukMel jinori^ bi-.n, quo es la vjrlud supremi de ios qu-1 ej-T^en la auturidad piibiic.;. (Una ro¿: ¡Víti ia Btiuil) (Entusiastas aclamaciones.) Brindo por ella, que por ella y pi.ra elia son nuestros mus vivos senijuiii-utas y ias mis firmes resol uc iones de nuestr-i vlnuUd; pero rccord.il to.o'ios. todoj tai que eatiiisaqüí. recordad todos losqns qneidis ia unión de los clementes conservadores españoleé, que esa üusire Beiüu,queg;i ir-U cuidadosa nuestrjs leyí-s y un-.-sir* Ciustituoión. estd al frente de mi pueljio q«e ha sabido «alizar y cumplir iodos lo; derechos y toJin las iibcrtndes, piro que no ln acertado todavía ii saber expresar su voluntad en los cómicos, y qno es un dob^r nnestro. puesto que ella está inspirada en o¡ amor al bioo, puciLo que eitu no pide a! pueblo español otra cosa que el conocimiento do suvoiunlad.no presentarla so - bro los problemas difluiles que la están confiados la unmaruii ida mide ja de divijious; ¡nfLiiilas que couslituyuii üHoslva iinti,;\\* vida p'.iKuca. sino !a unión fuírts de vigorosos partidoj qne fjcitiíen la riinüzaeióu de bu ttinnr ai b'eii y que ruempiuc?!!. pai-ü simpliJic.it' ei iirobleuia político en ia nj-.'di ■ da qu? cí pjsibl- i-tí.'motazaL-'':, «1 CM'po electoral, ¡.i:> .!ofi;ii nte lodivi* íntre uihotros. {Aplausos.) Brindo tarubijn pov el pueblo líspauo', qua en estos ¡nnnimtos difíciles y ante el temor quizá de d^luri'S ni:u gra>>'!í de los que lin txponmi'Diftde lin'nvw si í'ib.v nosotros vinieran, saba dar y dirá mn^siMs do lo que son los piiwbios viriles en tales iustuntcs, parque los pueblos, como los individuos, en los momonlos del dolor se pr;iob^n, y on loa mmuentos del dol .-r y dn las diticoJiades. cnaudo su urna es gríindf, no se revuelven airados coa instinios y con ten [aciones de suicidio y de muerte, sino que se juntun, se unen y se abrazan para amoriiguar sus dolores por medio de lá unidad. (Aplausos.) Noío ros estamos decididos á coi-sagrar nuestra vida a ello; nucítros esfiu'rzos, todo lo quo cu ellos h.iy de convicción, de inieiigpooia, de energía y de voluntud. No ae nos ocuiu que ttoiitz-iri-mo? coa ohjWcules, qur hsy todavía cu nnostr* sangre cspañúin niUL-ho; gcrun'nes de aquella sangre árab.' qu.', por movimioutos a veces gsnerosos, nos llevan il la división y ti 1 1 itiscorditi; poro nosotros, abrazados eiireehameutü, la ahogaremos; y si la discordia estallara b^jo mimtro? piés, dospedaKsríu uuostros cuerpos antes de prodnoir nueitro dosnuión. (Grandes y prohijados aplausos.) Prensa extranjera Los periódicos ingleses rcü.jan impresiones muy pesLiuista»;. Al Standard io dicen dejtlo \'ueva-York que el efecto de la noticnt del envío de! Mnino sobre el mercado de trigos bu sido veidjideramente estraoidiuario. La emouión de los negociantes htt llegado basta Ul extremo, que el jóven Leiter, el audaz millonario, acftput'ador de todos los trigos de la rcpiiblica, ha deelrtrado que no sería excesivo el precio de un dollar y 50 centavos por busliel. Parece ser que Loiter lia rechazado, en vez de aceptarla, la oferta de vender cuanto trigo tiene con un beneficio de cinco centavos por bushel. Ultimamente sólo ha vendido alguna que otra purtida por conveniencias especiales. Desde Waáliingtou comuDÍcan al Daily Chronicle que generalmente se reconoce en la capital federal qne la visito del mencionado barco ií las asnas de Cuba tienn imte todo por objeto defender los intereses norte-