A.ñü III. Miércoles 17 de Noviembre do 188G. iNúm. 631 1'iiKCIOS I)E SUSCRIBIOS. Lupu, un mes. . . Fuera, un trimíilrí, . Lllrímar lrinu«re. . I'urlujal irinifiire. . Eilraojpro, iriniMliv.. Númíto lipidia.. . . ^lll1ll'^a alrjsaiio.. Eile periíJieo no ít pul (iias Tci ti vos. lira los DIARTO CATÓLICO DE LA TARDE. PUNTO DE SUSOlICiOS. En [3 Adra'ablrackm El L';a>sr,, San Pdro, U. l.t suserkioo para Tuep dt li capital M ¡isgsrá adctautSda, dlriíitHido su ¡mporleeo lelrií dtl Giro Mina i sellos de lraaqu«a. 3*> id mitin muncioi ta t«a Administricloo j en U casa d« los mfíores Viáói j Cocopillia, Escudillera, SO, f Obradors, t, bijos, Rir- Escribir un articulo de fondo. No es tan fácil Larca contó croen los (¡iie no tienen práctica alguna en achaques fíe [ifiiiodismo. Hay ocasiones en las <|iie los lemas alnimlau y la imaginación, más ó menos exaltada, (Jel que escribn, so pone a! servicio incondicional de la inteligencia, se prepara la cuartilla y en un sanliainéii se despacha un arlicnlillo, (pie es aceptado por la mayoría de los lectores. Y no decimos de la totalidad, porque, además de ser altainenle pretencioso en nosotros, por sabido se calla que nunca llueve á {¡listo de todos y <|ue no faltan maldicientes en este mundo de tantos Aclantís y de tantas Evas, que hincan el diente de la inunnuracion en cnanto cae en sus manos. Pero ello es que hay días en que se escribe como se habla, y no hay que tachar ni limar siquiera aquello poco que un ingenio, escueto y delgado como las ramas del avellano, traslada de las oscuridades del magin á la hlancura del papel. Y en menos tiempo que pone un curial en encibezar un tcslaincnlo vulgar, nhi tenéis á Periquito hecho fraile, ó sea, el fondo que se nos pide, con todas las reglas de la gramática y de la retórica, es á saber, no incluyendo alguna que otra errata que, al volar de la pluma se nos escapa muchas veces, y de la que resultan editores responsables los pobrecitos cajistas, que ya están acostumbrados á tal género de injusticias. Verdad es que no lo sienten mucho, y, á las veces, unos conlos otros, se ríen en vez de llorar, y acaso, acaso, nos lachan de poco correctos, cuando menos. Una g por una /, una v por una (i, una coma por un punto y coma, ¿quién se atreverá á negar que puede cometer esa falta en el rapidísimo imprimir délas ideas, que han de publicar los diarios? Nadie seguramente. El más sábio, el máí pcdiuile, cae, cuando monos so piensa, 'l'enemos A la vista artículos de buenos hablistas, en los cuales artículos, podríamos nosotros, humildes cm borrón adores de papel, onmeii' darles la plana en alguna palabra, escapada al azar, ó en una frase, deslizada por la terrible pendiente de la premura de un plazo fatal reducido ú momentos. Y esto ¿quema decir, acaso, que seriamos nosotros capaces de hacer un trabajo semejante? ¡Qué disparale! ISI ponerlo en lela de juicio, siquiera, es tropezar en ía vanidad más ridicula que cabe en cabeza humana. Ved la razón porque la crítica, que debe mostrarse severa é intransigente en el juicio razonado y fundado en las sólidas bases del saber y la experiencia, de toda obra religiosa, filosóítea ó didáctica, deja de ser, prudencialmenle hablando, y se convierte en visible pedanleria, cuando se procura encontrar para censurarla, en un artículo de un diario, una no grave falla do ortografía 6 una pequeña infracción de la sintáxis. Priro, nos vamos separando del objeto que nos proponíamos, y á ¿I volvemos, sin rodeos. Decíamos que, á las veces, se escribe con facilidad. En otras, y para que tropecemos con el reverso de la medalla, ni un lema; ni una idea luminosa, ni un hilar de palabras que expresen razonable concepto. Si sois casados, y acabáis de obtener una Jaqueca ó un cólico miserere de la cara mitad, por cualquiera tonleria, ¡bonita está ta masa para bollos! Resultarían pedruscos de aluvión, ó balas de remingion. Si sois solteros.... vaya, vaya, no faltan tampoco que¬ braderos de cabeza. Que do todo hay cu la viña del Sefior. Y, sin embargo, os halláis en una do las situaciones expuestas, y se acerca el regente, ó un compañero, ó un amigo, y os dice, con imperturbable serenidad: "¡vaya, á escribir un artículo enseguida, que eso para V. es una bagatela, y le cuesta el mismo trabajo que beber un vaso de agua! > ¡De rejalgar se lo daríamos nosotros en tal ¡nslantei Por ejemplo, en este momento, estamos escribiendo lo que ustedes lian leido hasta aquí, y viene el antipático ruido de una máquina de coser, que maneja una individua de la familia, muy cerca de nosotros, tal vez para arreglar el cuello de una camisa, á truncar el curso de las ideas. La prosáica costura venciendo al pensamiento encarnado en letras de molde. Y.... adiós: se acabó el artículo. Un nuevo templo. Hace algunos días se inauguró en París et nuevo templo católico quo, bajo la advocación de la S'.uilisima Trinidad, han construido á sus expensas en París los norte-americanos residentes en !a capital de la República. Está situado cerca do los Campos Elíseos y su fachada, de 47 metros de largo, cae sobre la avenida de L' Alsua. :.' Es de estilo gótico, y está instruido con piedra -trérro^úeiíft-de Saint-Maximin y mármol de las canteras de Yonne. La fachada es séncillísima; á un lado está la puerta de madera tallada .; con primorosas labores: en el centro ; una soberbia vidriera de colores re- , presentando los versículos del ' TeDeum, y á la izquierda el campanario, al cual solo faltaba la veleta para estar concluido. Dos hileras de columnas dividen el recinto en tres naves. Kl presbiterio csiá separado del cuerpo de la iglesia por una verja de hierro fundido y bronce; el altar mayor es de mármol negro, revestido de antiguos tapices y coronado por una cruz do cobro florentino con incrustaciones de cristal de roca que data del siglo XV. E¡ pulpito es de mármol blanco adornado con llores de' acanto; enfrente de él está la silla episcopal de piedra inglesa, llamada hoptón wood (del bosque lluptón). De igual manera son las do;: pilas del agua bendita y la bautismal, cuya base es de mármol de Aueyle-Fmnc. Sobfc el reclinatorio del Rector del templo está una Biblia cuyas tapas son un prodigio artístico. Y éste, como torios los demiís que rodean el presbiterio, son do maderas finas talladas con prítnor. La caja de hierro destinada á recoger las limosnas es una alhaja por su antigüedad, su mérito artístico y tradición. Procede de un convento de Alemania en donde hace cuatrocientos años servia para igual uso que hoy, y es muy venerada por la Congregación ameneuna, porque fué construida antes del descubrimiento de la America del Norte. En 1870 comenzó á cubrirse la suscricion para construir el templo; el din 4 de Marzo de 'ISSl puso la primera piedra del edificio el Obispo de Providencia Reverendo A. N. Littlijhóa, y en Octubre de 1882 terminaron las obras de arquitectura. A la Izquierda del templo está construido un cuerpo de edificio que sirve de sacristía, y en el cual están la capilla mortuoria y las habitaciones de! Reverendo Morgán. Forman la capilla 24 voces: i2 so- E ranos, 4 contraltos, 4 tenores y 4 ajos, bajo la dirección de un maestro de gran fama de Inglaterra. Eii la fiesta do inauguración ade- — U9- cir sin engañarse que dejaban un pueblo entero sumergido en llanlo: ellos mismos estaban tan conmovidos que cuando se largó Aba Thule apenas pudieron saludarlo con los tres vivas. Todos quedaron altamente reconocidos á los beneficios de este buen rey, á quien principalmente debían el gusto de volver á su patria: y quien hubiera sido insensíbie á tañías muestras de beneficencia y amistad, que aunque injustamente agraviada con las mas negras sospechas fué siempre sincéra y constante! Ya que nos lia dejado este excelente Príncipe, trazaremos en pocas palabras su carácter: el velo que lo ocultaba á los ojos del mundo se ha corrido para siempre: la historia se ocupa ya en describir tas particularidades de sus dominios, en los que él y sus antepasados habían vivido una serie dilatada de siglos, tan ignorantes de lo que pasaba como ignorados ellos mismos del resto de los hombres sus contemporáneos: un suceso bien casual nos ha dado de estos pueblos una ligera ¡dea; y es muy verosimil que no se trate de examinarlos ni estudiarlos, porque no poseyendo mas que virtudes sociales, su pais no ofrece el menor atractivo á la codicia, circunstancia que les asegura su tranquilidad: si no conocen el gusto refinado de las nacionas civilizadas, las ventajas de las artes y las comodidades del lujo y opulencia, ignoran también las inquietudes que causan las necesidades que nos hemos impuesto, las pasiones que de ellas resultan, y los crímenes que producen: hay á mi parecer en la sencillez original efe su modo de vivir, tal cufcl he procurado pintarla, mucho de agradable y puede ser de maravilloso. Por lo t¡ue hace al hombre qme gobernaba aquella feliz lamília, siempre se mostró el mismo, siempre fué constante, amable y generoso. La dignidad en su porte, la gracia en sus modales, su moderación, y un corazón muy sensible te conciliaban el aprecio de cuantos lo trataban. La naluraleia lo había dotado de un espíritu contemplativo que había perfeccionado con sus propias rellexiones, que oran fruto de su buen entendimiento y de su experiencia. Su discurso cuando quisieron diferirle la entrega de las ar- -137- se olvidase de ta decencia á que estaba acostumbrado: en sus instrucciones no se olvidó de hablarle de la religión, le exhortó á practicar los actos de devoción como hasta allí, que guardase las fiestas y cumpliese con las obligaciones do cristiano, en las que había sido criado. En fin, te propuso todo lo que pudiera serle útil ó cómodo. Blanchart pidió una aguja de marear, y como sabia que trataban de dejar ta lancha, suplicó lambien ta dejasen con los palos, velas, remos y demás cosas útiles: el capitán le respondió que luego que estuviese la embarcación fuera del arrecife se le entregaría todo. Viernes ÍS. Al amanecer izaron un gallardele en el tope mayor, y tiraron un cañonazo para anunciar su partida: se te explicó al rey lo que significaba aquella demostración, y mandó al instante llevasen las canoas á bordo, los camotes, cocos, verduras y demás provisiones que tenia acopiadas: á mas do esto fueron otras muchas canoas de los naturales cargadas de comestibles, de modo que si hubieran llegado los rupacks del Norte con las suyas, se hubiera provisto una embarcación cinco c seis veces mas grande que el Oroolong: luego que se metieron á bordo y se prepararon de un lodo para dar la vela, mandaron un bote al capitán, este informó al rey, quien le respondió irían lodos á bordo. El capitán entonces se apartó con Blanchart y los cinco hombres que habían ido en el bote, y los condujo á una casa que tenían preparada para alojar al rupack Maat, que debia venir del Norte: cuando entraron en ella repitió á Blanchart lodos los consejos que le había dado, lo exhortó de nuevo á que los siguiese y cumpliese con sus obligaciones, para hacer ver á tos naturales que conservaba la creencia y religión de sus padres: hecho esto se pusieron todos de rodillas, y juntos dieron gracias á Dios porque había querido conservarlos en medio de tantos peligros y trabajos, ofreciéndoles al fin esperanza y medios de volver á su pátria. El rey y los jefes que se habían quedado á la puerta viéndolos en aquella postura conocieron que liacian algún acto de religión, y guardaron profundo silencio,