AlíO XVI DIARIO DB LUGO NÚM. 10.447 HEiércolas 22 Noviembrs de 1399 íCl ílesíjraiiiarlo ciiuquo (lii Ironiís oecrfiJo etitrü Sarria y :a Puebla, trau á uuostra memoria un artículo do üíuaobiü UUscu rospocto á U ¡¡npuiiida'i dü <\vl-¿ yozaii en üspaüa las grades om])rcias, lus gracciüs capitales y los altos fuiiciuuarius, pur la soücíüs raxüa do que a<¡ui oa íísfjaáa, al t\¡\-¿-3 tic lo qui suoiiitt) cq el extraüjeru, á uaJio seje ocurro protestar auto los Tribumlos y reclamar coutra los abusos, torpezas y dosüínoros cometidos p ;r a^uolloa. Tioue raKOuqiié 1c sobra el veterano p'.Tio'iiíita. Oíioques, (¡escarriiafíiiofjtos, muertes, heridos, retrasos... y ua(iie reclama sin embarga ante los Tribunales. ¿Porqué? de u cilla mente , porque cu Eupaiia estamos acostumbrados, más acaso que no ¡jiügna otro [iM'iblo del mmidj ii (¡no los peces graades ac traguen á los etiieos. es el horror á la Justicia, que a! lin y a la postro, seguramente no qu'l(!a ya un español con uso de razón, que, p'jr fas ó por nefas no haya touido que coco parecer ante un Juzgado; ao 03 eso: ea :a irapuni hd que so supono- en esas grandes empresas , lo caro que contribuyentes, ya que se ofreció á tratar cod ellos cuaudo depusieran su actitud. üc oiulquiü:' modo que sea, aj ha llegado áuaa solaciósi. Poronocrueinos que, por esto, el Gobierno pueda vivir tranquilo y satisfooho, púas los heclids vieueu á doinostrar que cu su nzurosa vida oncuoiitra más difieultadoa quo días. do existouoia. Ahora, las Cámaras do Cotnoroio so proparan á la resistencia pasiva al pago del segundo trirae^tro déla contribución. Lss dos Cámaras demás importaucia i¡o Galicia, las do la Cor uña y Vigo, han acordado acatar lasresolu-, ciónos de la Comisióu permanente, apelando a la resistoncia pasiva. El nuevo conllicto, pues, está encima, toda vez que el plazo do la recuidación voluntaria termina el lOdú Diciembre próximo. Y Creemos que puede ser esta; uua contingencia más grave que la de Barcelona, pues tendrá, si se lleva á cabo, quo atender el Gobierno á muchos puntos á la vez, '.üstracr su atención y re■ partir sus energías, y esto lo debilitará \ más de lo que lo está ya. j Si manda h todos los puertos bu! quesde ía escuadra (si los hay en sufij cieoto número); ei ingresan on las cár-' ' coles las cuerdas de oomorciautes mocosos; ai )mp?ra la autoridad militar y . cada brigadier ó coronel se convierto ¡ en un nuevo Despujols; si se impone por ol terror ol Gobierno, la situación cuesta la justicia y lo largo y enojoso do la tramitación. Ya podría un juzgado ! so torna de grave on gravísima. La condenar ¡i una de esi^ grandes empro- i coiifian^a ou el país os el mejor dolos sas; apelaría ésta á la Au Jiencifi y dcspu'ji al íiuproino m fu«¡ñ3 preciso, y cu esta zarabanda se pasarían afr.'S y artos, antes de que el perjudicado lograse obtener U reparación que es de j usticia. Prueba ai cauto smó: Sagím leemos en un periódico du Madrid, en breve so vor.i cu rijvitla ¡a Cíusa seguida co:itra la casa naviera de íbarra por la .Sociedad de seguros La Unión a el Fénix, por los destrozos cauiados cou la explosión del Cubo Madikhtco en los edificios quo la ultima compañía tonía asegurados en Santander. Y esta tardanza de seis años, no so lia hecho mayor, sin duda porque las dos empresas litigantes son comp-iñías fuertes y ricas. ¿Uuauto tiempo tardarían si Ja parte reclamante fuera un pobre particular? Seguramouto que eso número de años se decuplicaría. Quedamos, pues, en que debe roelamarso, pues solo la compañía tiene la culpa d i que su personal no sea idóneo ó de que las estaciones no estén dotadas del suíiciento número de empleados psra el mejor servicio. La respunsabiii'lad debe caer, en ultimo término, sobre la compañía, y responsabilidad efectiva, metálica, en foroia de imlsmni/.aci'jnes, pues ú los beríd'js y contusos no se íes satisface con que vaya aca.so á presidio el último mono. Se debo reclamar; pero ¿se pucileí Mientras disfruten las empresas ferrocarrileras do la omnipotencia de quo disfrutan hoy; mientras estén subvencionadas por los gobiernos ó estos ios hagan fabulosas ojiicesioues; mientras las compañías, á su vez, rellenen sus Consejos de administración cou personajes políticos que fian sido y volverán á ser ministros de la Corona, prtsi leutos del .Supremo ó del Consejo de listado; mientras así aparezcan acorazadas las compañías, es empresa casi temeraria ei intentar nada contra ellas, sobre todo en cosas de alguna entidad. Tiene razón Eusebio Ji.asco. Debe reclamarse. Pero cteomoi quo á nosotros no nos falta tampoco, a! asegurar que lo primero que hay qne hacer para que el público pueda atreverse con las empresas, es negarles toda protección oficial, despojarles de su omnipotencia, reformar ia Justicia en el sentido do que sea más barata y más rápida.,. Y entonces veremos. resortes do Gobierno; y esa confianza debo procurársela por todos los medios posibles el Sr. Silvela. No negamos que tiene medios siíliciontes para imponerla, poro estableciendo la tirantez indispensable entre dos combatientes. Busquóuse fórmulas de concordia y llegúese do una vez á una avononcía necesaria para todos. El ceder en determinadas circunstancias, no es para nadie rebajamiento ni descrédito. Ténganlo asíenteudido los comer-; cianlea á quienes tanto perjudica el cierre voluntario ü forzado de sus üntablecimieotos. Téngalo on cuenta también el Gobierno, que ha menester do los necesarios recursos para gobernar y administrar. Agotados los medios legales, una Jucha encarnizada y á muerte podría ser una lucha suicida, quo arrastraría a! Gobierno, pero que lesionaría también grandemente los interósea decomerciaotea é industriales. Lo del Nos alegramos, por biou del Gobierno, que lo de Barcelona so haya solucionado satisfactoriamente. Veremos ahora cuales son las compensaciopes quo el Gobierno concede á aquellos lugleses y boers Londres 17. — Un tc'cgíama de Pieterauiarilzburg al Times <Í¡oo que on Estooari co ti-jaon les ugicsas arliltérfa, y qao id lus boors nviinzaa sobro dicha plaza en EÚraoro oonaidoruble, h guarBÍoión tentl:á quo retiruraa á las raá-geaoa del tío Mooi, óeen á uqo3 40 kilómotroa al Sur. Londres 17. — Lo» parjfidíooa deLoodres pubüoaQ ua telegrama del C^bo «eñilaudo ¡u llegada á 50 uillae delviobotley de una oolumoa de aooono, formada por dos botillones y medio *da ínfuntoiía y un ¡egimiícto du Idocarüe. Oíros tolegeamaa mecoiooaa la prcoenaía da oumuío^ns fuarz&s boefd ul Esta, Su bu pone quo tíonou la intocciúa de díitflcar los roíourzos ínglosos qne ao di rigor! á Jtinberloy. París 17. — El oocro^ponanl od oata oipital del Standard and Diggers News, potiddioo boe:8 qae ae pubiiea en I/ondros, y que casó ni astalUc la guetro, ka eaviado una reotifioaoifio á varios poiíódicoa qae pabliciroa aoa tradueoióo iaesiot* ó iaoump'eíi de an leíegrama del eorreepoasal dt! meociocado diario en le Ciudad do) Cabo. Ea dicho despacha se deamiaotan ea abaoiato los rumóroB ciroubdoe por loa boers del Cabo, de qne ioa iugleaaa atea i bus pmioaeros á Ua raeáaa de los oaflonoa Mixim?, ni oometan oou oíloa loa actos de crueldad cjoe aígunoa periódíoua euponeu. Antes, por ol oomtrario, son debidamenti atendidos por las autoridades inglesas y gczaa de todaa las oomodidadea compatibles oon su eiluuoiÓa. É! íelograma termina raaaifeetando qae h publioaolóa de esos falsos rumoree, mulioioBarannte invotitsdoa, boa cansado grau ¡ndígosoiói!, y que loa autores de los miamoa eerün prooesedoa oomo ruos do alta troioiía. GibraUarl7.—M.ifa\i'i ombaroiráGo en ei tfiniiporte Monfol ñau oompaftfi de acíilleríi de estn guarDÍoión oon destino al Cabn du Boíids Esparanza. ' J¡oma 18. — Lon pii.-ióifioos ontólinoa ol Obscrmtoie ilomiuio y lu Vaco de la Verilá pubüosxu «aa nota ofioioai dnolnrandú que los ettíoalos que arabos hao publicado eon' trfiiúoa í Inglaterra no ropi'OBaot-.D, bajo "ningúi) oouospto, biaopiaioneB del Vati, 'caon. üit^ doolaraoióü les h'i sido impuoita ; : por el aueretario de Eihdo do Su Santidad líi oonseouQncia de no-i protesta de los obid■tpos üatóliooe dolflg'aterra. ! Londres 18. — En la osamblea general 'da io.s acoiooi-ífiM déla compaflía de las •íminaa do oro trunav.in lianas llaaiada Gol'¡áfiülds, el prejídante ha mtiDifeetada que 'no ce pedía diatnbuir niogdn dividendo -'oon motivo do la guerr*, paco qae do dis't íbnir&n y muy comidorabie?, onamlo se rannudeD los tra bijas. El presiiloGtBj deoUcó, sio embargo, 'que "i a situación del Tranmal no justi¡fioa bajo niogáo ooaoepto al alza oonside1 rabie k qae son cotizadas ia mayor parte ; de hí auoiones mineras sudafricanas. n Londres 18. — El Excliange Telegraph r.segura, oooiplotamente autorizado, quo 'on brevo sorá movilizado un nuayo oQsrpo de ejóroíto y onviado al Tcansvual. Londres 18. — Según manifiesta un despacho de Maseru, «1 jaU basuto Zohel sa ha unido S loa boorr, los oualoa so han anexionado una parta muy importante de In Bisatolnndi». Loa domás jofes de tribua de diolia tegióa ae han doolisradu ueutraies en la ao; tuai oontiendü entre Inglaterra y las dos ropúblinas Budafríoaons. París 18.— La Gaceta de Voís oree quo Inglaterra dará toda clase de aatiafaol ciónos ó Francia, á oonseonencia delinoi> dente ocurrido en la bahía de Lorenzo líar; qp.ez, donde uq baque de guerra brítiníco, ' sin respetar las agoas jurisdiootonalea portuguesas, hizo fuego eobre an buqao ftaao6b. Dicho periódico flüsde quo en las oirounatanoias actuales seria peligrúao para Inglaterra ua ooLÍlioto oon Franoía. Ea de lamentar que poatariormoDto hayan lourcido hachos aoálogúe con buques de ocras nuoionux, oíq lo oanl la Gran BtetoBa do pruebas del meaospreoio oon quo mirn loa derechos délos ueutralea, y BObro todo ¡os de Portugal. Londres 18. — E: miaUtorio de la Guerra bi publicado esta tardo un dcá[)achi) ofioiíil dioiondo qne las últimaa ootioíos de Ladyaoiith aloaoza al 12 del corriente y he de lumberlcy al 11, Afl'ide qne en dielns piez^a no ooarria novedad (siej. Londres 18. — Loa periódieofl de osta tardo inaottan un telfgtnms ÍBOIiado ayer en Eitcourt, ananoiaedo quo un mensajero prooodante de Lidysmith quo ooabab.i de llegar á E.UoOurt, ha eido portador de notiüiáa oomanioedaa por el general White á ion nutoridades inglesas. Ei gonorul Whita dice que todo va bien (■fie); que las gtatmdes del enemigo court, confirmando que aysr toa bosrí, procedastes del Noroa.-tc-, ÍEtcní''ror un golpe de maso sobre dichi pobheióu, viéndole obligados íl retirarse á toda pn-'c, pues lo» irglesea habíin recibido tífu^r5¡o3, hibic-ndo temado el m^cdo dr; ia plazi el general Hildyard. Londres 18. — Ua Hpgr-mu de Ltoozo ilirquez -d Standard and Ditjger Mews dina qu-j li oif-a t-xiota de ing'eies priíir.iiorfjs do loa boors a de 30 (.íicli ea y 1.299 hfimbfca. Londres 18,— Alicia oircu's un eujvu rumor reiatiV'j al gencal Joubert. 3a dioe quo no ha rauorto, sia- que está prtiíooero de los íngiesei. Hiy qua acogor eate rumOr con igual desooofiicz} que el ctro. Londres 18.--Seecñ3lBn nemeresesmoYÍmiuDtos de los oraagistís en la BiíQtolandia parn invadir mii esírechtmeE id el país y tenor en refptto & ion bisuios. Londres 18. — Bi objeto do tos orangiatas qao hm ooopedo á A'iw-.i-S'eríh, es impndir qoe ios ingleses utilicen las naiücroJ'i? mnr.ioionej que tieuec t.eamula. das ea dirh > pinza. Londres 18. — Tclf-g-tfíju de Doibau que una fuerte columna facer avsnzi por la Zuiulacdia, deede los transvaalensee sou acogidos con gran regocijo por los indigeoas. Londres 18. — Uq telegrama do Lorenzo Hdrqu«z asegura qae gran pstte do loa boori que eitiabao i Ladysmitli han realizada un movimiento haoia el Sudoeste, á fin do impedir que los refuerzos enviados porBuller en aoxi;b de la p eza puedan llegar A limpo do realizar su objeto. CIEN LEGUAS SOBRE EL VOIiG-A. HELAD O (NOTAS DE VIAJB) (Continuación) No liabía otro remedio que, ó quedarnos allí expuestos a ser sepultados euel torbellino da aquel íiiíioihi del Norte, ó seguir como querían los caballos. Pero al clmwastkij quo no veía el camino, rompió á llorar, y sosteniéndose á duras ponaa en su asiento, añojo las riendas y dejó caminar á su antojo á la troica. Del iostinto do los animales dú> pendía nuestra suerte. Avanzaban despacio, porque sobre la capota do la kibilka amontonábase ia nieve liaciéudola más pesada. Crujían los berrajes, estallaban las correas, y cuando lasólas formidables del huracán pasaban sobro nosotros, resbalaban y caían, perdido, el equilibrio los caballos; ol trineo temblaba cou el choque y oscilaba de un lado á otro como embareacióu síugobieruo eomediodel Oeesno furioso. En la eternidad de aquella hora do angustia, sentí do proutu que el vehículo volvíase en raqidísima uuolta ú la derecha del camino y que subía una cuesta. Simultáneamente el cimwastlíi voceó fustigando con brío á las bestias... A poco pisaban éstas tierra firme, y auuque cou dificultad llegamos á otra no producen niogiín efecto ea la plaza y ¡ estancia atravesando Una aldea. que loa sitiados hioieron una enlida, logrando acercarse d laa baterías oaomigas sin tenor pérdida algaoa. Alado que el estada sanitario do la población es satisfaotorio. Londres 18.— Un despacho de Eatoourt, fuoha 17, ooo reforenoin á un viajero indígena llegado ¿ dicho ¡ooalidad, da ttlgaoaa ootíoioa queá título do informactóa deben reptoduoirse, y quo pereceo ampliación do las comunicadas anteriormente. Dioe, el citado viajero, que loa boors al intentar el martes último estrechar el careo de Ladyemith fueron rechizados, y qae atílizsado cata ventaja el general White realizó una salida deealojauda i loe boers de algunas de sua poaioiooee. En estos hechos Jos boera tuvieron gran número de bajas. Las do ¡oa inglesee fueroo oasi nulas. Londret 18. — El mÍDÍstefio da Comunioacicaea anuncia que habiendo sido reparado el oíble entra Lonreozo Márquez y Mozambique, las oomunioaoiooiiS telegráficas oon el Africa del Sor, por ei oablo de la costo oriental, hsa sido restabieoidaB. Londres 18. — Durante la pasada noche ee ha reoibido un telegrama oficia! de Est- Mojada, entumecida, atontada subí una escalera; detrás detrás de mí el chuv.-tstld, con risa estúpida, decía: — ¡Quú lista es mi íroictú Estábamos más cerca de esta estancia que de la otra y por eso no quería retroceder. Entré en una habitación y me tendí casi sin conocimiento en un ancho banco que allí había. La habitación era estrecha, muy larga, y allá en el otro extremo distmgui — pasado un instante — una mesa, una samowar y un hombre. Me incorporé, y creyendo que aquel hombre era un criado, le ordené: — Mozo, tráemo te. El hombre sin moverse, me respondió algo que no entendí, señalándome la samovar, y volví á extenderme en el banco. Eu esto entró Víctor, y ¡as pocas fuerzas que me quedaban las empleó renegando á todo renegar del viaje; eché pestes contra Rusia y su clima, aquol clima que corro parejas con la tiranía inhumana de sus Czares... Como atraído por mis fogosas palabras aproximóse a nosotros el hombro;