SUSUKIfClÜXiiS Lugo, ¡m ¡na. ... i pU. Fufra.1fiiofstfe[pasi* a.fül.iiilado). ... 4 i L'ltMiinry cxlranjisro 13 » Número Jíl día. , . <>10"j > .Urísailo O'lo y Cyiuuiiicsilos y anuncios, pre- l'iui'.'UIlVtíllCtÜll.lll'S. ADVKRTKV-'lAb Se inuuciirJiii Iwi libros. Iv Hotos y rerjiUs qua se fi-uít^u ú I» Heilacciún. liacienJose un Juicio cdtteo más ti iiiídoí exten^u de los que por su tm|>ortandi lo oicri tan So se devuthen los estrilos que por alguna raiún do pudieran insertarse. Este periúdicono si publica los días si^i lien tes X [estivas. Di AMO DEMOCRÁTICO DE LUGO AÑO IX. RBDACCtO.M. Calle licl HitPii Jesüs, ti, principal. y Viernes 28 de linero de 4898. AD.MiMSTRAciM Calle de U fleina, 3, bajo. Sarmiento historiadoi' Tocos escritores en la época de Sartntciiiose encontraban ta» preparados como él para dodicarso con LVuto á la iinvoUguuióii litstúnca. La gtíojít'afia y la croiiologia son con razón miradas com-J los ojos déla Instoriu, y 011 ellas se hallaba versadísimo: por !o ([ae á ¡a primara so relierc, ahí están, que no tíos dejan inenlir, sus tres pcoblouias corogralk'u^, planos yeiurales ú íii-ÍUkíos ruzotuidus de descripción de Galicia, de KspaiiH íoJa y de Aui^rica; su relación de 10= lugares del reino de Galicia, del priueipado de Asturias y del lorntorio de Mai agalet ia; la Gcoyrafí* de las cuatro cíjs nattt'irus romanas <¡U'2 salían íÍü iii ayafí Astocya^ue pueden servir de bastí á estudios iiilei esaulisiinos, V El twdadcro Miño ¡j eí muiucipio da haií, < trabajo rico de erudición", como le calilicn ti ¡mlor del Ensuyo da ¡x-x caláio'jo sístemdcico ¡j critico de alganos libros y folletos y p ipetes, asi impresos como in'Mniscruos, <¡ae tratan en particular ae Oalid-j-; arnén de muchos inaiui^critos, especialmente los de carácter eUmoióijieo, como el fiue trabajó sobre la voz Valdeorr^s, en que abundan preciosas iudicacionus yeoifralicas, v rdlexiones muy oportunas sobre las causas de la oscuridad déla geo^tafia españ'jl't, entre las euales enumera libet Ud 'l1"^ muelles e.-íeriLiíi"iM se lul/uu toniado «de senalar luyares modernos corno corresijond lentes á los nombres latinos que se hallan en los antiyuus», y el que los majjus de l^ijaóa se Ineierau comunineiUepor esuaujeros, causutidu vei "ü-jnza que hasta 'nuestras paredes di^ait v teslili i'ieii que, ó somos ineptos para hacer mapas de nuestros países ó no hacemos caso de cosa tan principal.* Las coiisideractoiíes acerca de la mejor manera de formar una completa estadística de España bajo ios aspectos cosmográfico, físico, econóaiico, ético, histórico y político, las cuales escribió Sarmiento consultado oficialmente con ocasión de hallarse nel mmislerio dando providencias para hacer, é imprimir una descripción general de toda España» son de lo mejor que se discurrió en el siglo. Tratando de las obras nuevas que faltan en España, señala como una de ias mis interesantes un ¡Mccioaano ¡¡eotjrafico universal da Eipañi, dispuesto no por orden completa mente alfabético sino de rnateriafi, pero cuyo último torno Ilh-s'; de índices alfabóUco. Pata ello tiiscun ióuu atn¡iUoy variadísiuio iiUerro 'alono general, que separadamente hablan de circular iasautondades celesiáslica y civil hasta que llegase d todos los p-irrocos y alcaldes, para que, recogidos lodos ios materiales y leído cuanto al caso se había impreso, las comisiones encargadas redactasen, ea estilo conciso y claro, una odesenpción física, política, militar, históriea, literaria, eclesiástica... y so'ói'e lodo critica», deteniéndose poco sobre todo en lo relativo & IngLires célebres y bajándola mano y yendo despacto al llegar á describí! lugares de poco nombre. Además, los ingenieros militares deberían en tiempo de pa/. ¡evanlir planos lopográlicus, y nio harían mucho los señores obispos» en tn-iiidar escribir sobre la geografía de=u diócesis y costear mapas de las misrnus. i'or lo quo hace ¡i h cronología, poseía nuestro autor conocimienlos nada vulgares, de que díó muestras en muchas ocasiones. Antes Ueque Elórez publicara su preciostma Clave reinaba la mayor confusión y discrepancia entre los'historiadores españoles acerca de las fechas precisas en que cada suceso importante habia acaecido, no siendo extraño que incurneran en equivocaciones fravisiiiias en cuanto al computo de los tiempos personas de gran perspicacia v de erudición segura. Sarmieulo, que'á una lección vastísima y á una retr-nliva maravillosa urna muy sagaz y afinado criterio, noto los muchos errores cronológicos en que habían caído sabios como el 1'- Cuebas; y advirtió más de una ve?, en que hay muchos yerros en la Crónica (¡cnerat, y «las fechas del arzobispo D. Rodrigo en las cosas antiguas se hallan muy disparatadas», y que «están desconcertados muchos de ios instrumentos que copió Ambrosio de Morales». Como origen de los más garrafales yerros, señalaba el hallarse envenenadas las fuentes donde tenían que beber los historiadores, quienes no habían empleado la diligencia de examinarlas previamente, dándolas por huellas y no contaminadas de error. Los hecerros, decía él, en que se recopilaron las antiguas esenturas, formáronse en el siglo' XÜI, cuando ya no se usaban los caracteres góticos; los que coleccionaron entonces ios instruí lientos copiándoioseii caracteres modernos, no pararon mientes en los oiryal'Uas que tenían los números en ios documentos originales; trascribieron la K sola,uúiue ro romano que significa lü, y como la virgulilla era una L abreviada, que puesta después de la X equivalía A 40, et suprimirla era tanto como quitar de la fecha treinta años, yaún A veces, como lo explica Sarmientoj ochenta en las abreviaturas. En esto de verificar las fechas v comprobar su exactiind & veces era escrupuloso y nimio, como cuando advertia que estaba equivocado el Breviario en poner en 1074- ¡a muerte tití Santo Domingo de Silos, que paso i mejor vida un año antes. (Continuará). Ei Maine en la Habana lia fondeado en la Habana el crucero noríetiiaencauo Maine, auclaoUo eotre la fcagat* aleutaua surta eu aquellaa aguas y el crucero espuüol Alfonso X.II. laó el pabellón de España snludó á la plaza coa la acostumbracU aalfti. de caücjüazos. lia llegada áel Maine produjo inineusa sorpresa. lías autoridades tenían noticia (le su llegada, pero no la divulgaron. Muohaa personas acudieron á fgs muelles atraídas por la curiosidad. Apoco do habiit foudeado el Maine, el comaudaute del buque fué á tierra, paeaudo á visitar al ¡ata deí apostadero para ofrecerle bus respetos. La entrevista fuó breve y afectuosa. El coiaaudauta del M-iine hizo luego ana visita al couaut uortcamericauo míster Lee. Después regresó á bordo. Visitará ai general St. Goazálea Parrado. Se dió orden de que uo desembarque la marinería de! Maini-, en el deseo de precaver lamentables conflictos. Los coírespoDbales da los periódicos y agencias yaukees residentes eu la Habana proyectan obsequiar con un banquete al comaudaute del acorazado y á Mr. Lee. A esta ñestti, que segün ellos uo tendrá más que un carácter cordial y amistoso, serán invitados los marinos españoles que eu ia Habana se hallen. El Sr. Boruaejo ha autorizado la asistencia de los marines españoles & dicho acto. Sospéchase que esta invitación envuelve un lazo, bueedudo la ocasión de que se promueva un cuuilicto. Parece que pronto retornará el Maine á Gayo Hueso, yendo á la Habana en cambio otro buque de ia escuadra norteamericana. Tanto á ¡a tripulación del Maine como á la del uuevo buque que vaya á sustituirle se les prohibirá desembarcar, no sólo para evitar en la población posibles incidentes, sino también por temor al contagio de la fiebre umarillu. El periódico ministerial El Correo dice que a pesar de las seguridades de amistad a tíspaña que vieueu de Wasbmgtou y de la tcauquiudad aparente que ruma eu las esferas obélales Uo Madnu, hay cierta iuquietud eu la opinión do España cou motivo de la presencia del Mmih eu la Habana. Iiupuc&n, pues, eu pcevisieu de mciii antes furtuuua, que en ia Habana reme absoluta calma y una digna serenidad para que no se do pretexto a mugúu auceso que momeutáueauieñie pudioseu aprovechar en svi beneficio ios lili búa teros, Ecos de la prensa Ai salir de palacio el Sr. Sagssta ea le acercaron varios periodistas, preguntándole .acerca de la actitud belicosa eu que se supone á ios Estados Unidos. El presidente del Consejo de mimstros negó rotundamente que tuvieran .fundamento las alarmantes noticias que circulabou estos días. Nuestras relscioiies cou el gobierno 3e AVasiiiogiou, nñudió el Sr. Sagasta, lejos de ser tirantes, son hoy más cordiales que nunca. Las últimas é importantes presentaciones habidas eu Cuba, han reaccionado muy favorablemente ia opinión en los Estados Unidos, siendo el primero aquel Gobierno en reconocer que la guerra do Cuba ha en - Irado en uu franco período de descomposición de la insurrección. Ese movimiento de ios buques de guerra norteamericanos, de que tanto se habla estos días, no tienen en absoluto importancia da ningúu género, ni al Gobierno preocupa en lo más mínimo. Tanto de Cuba de como los Estados Unidos espera el Gobierno prontas y favorables noticias, terminó diciendo el Sr. Sagasta. — El Liberal. oo- ¡áe atribuye verdadera importancia política al banquete organizado eu honor del Br. Pidul y ul quo conciumán los amigos del Sr.Pidal. Es, según los partidarios de ambos, el primer acto, después del manifiesto, eu que han do uparecer juntos los diferentes elementos de la unión conservadora, y se la da, por io tanto, la siguificación de un alardo de fuerzas que tenga resonancia por el niimeroy calidad délos inscritos que figuran las en actuales Cortes ó que han figu-, rádó en anteriores Parla métitos, Unese á esta consideración la del efecto producido por el manifiesto en las dos cuestiones de más actualidad, ^ Eu lo que se refiere á la cuestión económica, lo estiman como indicaciones de un verdadero programa de gobierno. Y en lo que hace relación al problema cubano, ias noticias recibidas de la isla aseguran el excélente efecto que allí causó ia declaración del Sr. Silvelu al Sr. Dolí de que, sí llegara al poder, respetaría la autonomía, aplicándola cou lealtad, declaración confirmada después en el manifiesto y que ba sido allí de trascendencia, porque ha logrado desvanecer el recelo que se abríga. ba de que los conservadores deshicieran la obra autonómica del partido liberal. Los ministeriales decían que el Gobierno ve con gusto esta obra de concentración conservadora, que puede llegar ¿ ser un núbieo poderoso y útil pata las iustitüdoues y el país en las futuras contingencias de la política.— La Correspondencia. En cnanto al uso que ei gobierno insular ha comenzado á hacer de la autonomía y que tan excesivo y desatentado ha parecido á nuestros colegas, confesamos ingenuamente que no entendemos lo que éstos Los autonomistas de Cuba y ios que deseaban y profesaban la autonomía siu estar afiliados á ese partido, y con esa media conciencia de las cosas que las acepta eu la práctica sin encasillarlas n¡ definirlas, ¿habían de prestar á la obra de la pacificación su firme y valioso apoyo, en virtud, no de hechos, sino simplemente de palabras? X una vez que habían prestado crédito á las promesas liberales, ¿habían de negárselo después, no atreviéndose á hacer uso de la palabra solemnemente empeñada por miedo & que se rompiera como vidrio? No; la autonomía no podía quedaren cuatro proclamas patrióticas, n¡ á ese precio hubiéramos tocado ios resultados de que coutianamaute tenemos noticia. Pero los conservadores no ee indignaa por ninguna de las dos cosas. Se hubieran alegrado al recoger los beneficios y no hubieran tenido inconveniente en conceder la reforma. Pero así como empezaron por disfrazar el nombre, habrían coutinuado por mistificar el régimen, nunca en el texto de la ley, bíbo vfdiéadoge do subterfugios, escnsae) enorpecicoientos, cuestiones fle persoD&i y demás procedimientos, que tanto bao puesto cu práctica. Y ahora no hay nada de eso. — El Globo. La insurrección de Cuba Noticias dibersas Se ha recibido un despacho oficial dando cuenta de haberse presentado al cónsul de España en Nueva York varios oficiales insurrectos y e! médico Casuso, encargado hasta ahora de curar á los filibusteros heridos que llegaban á Nueva York. Dichos sujetos manifestaron que acatan en absoluto la autonomía. Llegaron á Placetas, el general Agnirre y el gobernador regional ¡¿arcos García, ante quienes acaba de rendirse el cabecilla Haesó. Fueron vitoreados por el pueblo. Ei general Agnirre díó las gracias por el afectuoso recibimiento que se les hacía, y dijo que España, al conceder la autonomía, demostraba un cariño fraternal á Cuba. A dichos señores acompañaba el excabecilla, Massó. Vestía de paisano y llevaba revólver al cinto. Massó dice que lostebeides que merodean en ias Villas llegan escasamente á .1,000. El excabecilla se ha comprometido á acatar la soberanía de España. Prometió además usar de su influencia para que se sometan muchos rebeldes. Eu Cuba circulan rumores de que tiene deseos de someterse el cabecilla Periquito Pérez, jefe de !a caballería insurrecta que hay en la provincia de Santa Clara. El general Parrado cablegrafía al Gobierno participando que se ban presentado á indulto en las Villas diez individnos armados pertenecientes á la partida de Massó. ; Los presentados reflejan impresiones optimistas respecto al estado de la insurrección. Añaden que Máximo Gómez sigue su antigua táctica de rehuir encuentros con las columnas españolas, y que eu la actualidad se dirige coa sa partida al Cama- güey. Las reinas del oro Varias veces hemos ofrecido á nuestros lectores curiosos detalles relativos & ta vida, á las costumbres y al origen de los millonadei Nuevo Mundo. íío estará demás que hablemos ahora de las reinas de) oro. Entre las mujeres más ricas de los Estados Unidos figura la señora Ketsy Green, mujer avara si las hay. A. pesar de su fortuna que se eleva á350 millones de pesetas, vive en una casa modestísima y desprovista de todo lujo, no solo por economía sino también para despistar á loa empleados en el ramo de contribuciones directas. Al morir una de sus tías hizo uu testamento, falso, con objeto de apoderarse de su fortuna. Formóse causa y, una vez demostrada la filaificación, Kstsy Groen ofreció transigir, librándose de la justicia medíante el pago de 800.000 pesetas. Pero temerosa de ser nuevamente perseguida se vino á Europa, donde vive retirada, tan pronto eu uu obscuro barrio da París como eu uno de los más pobres albergues de Londres. La señora Ketsy Green cuenta 62 años, y tiene un hijo que vive en Tejas, y una hija, Silvia, cuyos millonarios le atraen gran número de pretendientes. No obstante, la madre quiere que su hija no se case con ningún potentado, sino con un hombre pobre y honrado quo se enamore muy deveras de la niña. Pero Nueva York alberga en su seno una mujer más rica que Ketsy Green, la señora doña Isidora Goyenechea, la cual, según dicen, posee mil millones de pesetas. Estaba casada con el Sr. Cousíno, apellido que, como el de Goyenechea, figuró éntrelos de los primeros colonos después de la conquista de Chile por los españoles. La fortuna de las dos casas se halla hoy reuniáft en jpanos de doña Isidora,