SUSCRIPCIONES Lugo, un mes, ... 1 pta. Fuera, trimestrelpago adelantado). ... 1 > Ullramar y extranjero 13 » Número dot día. . . 0'05 > Atrasado 0'15 > ■ Comunicados y anuncios, precios convencionales, i ADVERTENCIA» So anuncUran loa libro), toII ilos y revistas quo se remitan á la Hedacclún, fíacléndosa un ¡i icio critico más ú menon extf nso de loa que por su imporli ncia lo merezcan. No se devuelven los escritos q io por alguna razón no pudlor; n mserlarso. Este pctlótlito no ne publlci l( i á\»$ si^ulsnlai i [gilvos. DíABIO DEMOCaATlCO DE LUGO AÑO IX. Callo del Buen Jcsris, C, principal. Sábado 17 do Dicicmiico do 1898. A1IH1NIST1UC10M Calle de la Reina, 3. imjo. El fin y el principio Todos nurcslros dulcamaras [lolilicos, todas esas grandes fignruí? parlamentarias, todos esos eximios tratadistas, que se empeñan en hacer nuestra feücidari, están conformes en que el fin deja guerra, que lia sido el tratado de Paris, debe ser el principio do nuestra regeneración moral y material. ¡Muí' bienl pero, ¿acaso pretenden regenerarnos por los mismos sistemas y procedimienlos empleados liasta ia fecha en la gobernación del listado, sistema y proceditnicfitos que han dado ei brillante resultado que todos estamos tocando, por desgracia? No; el mal que nos aflige es tan grande y sus raices tan profundas, que seria infame, ¿por qué no decirlo? el empleo de tropos y metáforas, promesas y nimiedades, cuando lo que hace falta es puriíicarlo todo con el lueiro y con el fuego, único procedimiento para dar Vida á la carne ¡¿augrenada y podrida. Hierro y fuego, procedimientos radicales, es lo que ansia y precisa el país para salvarnos; no buenos discursos, ni programas pintorescos, ni uniones politicas nefandas, ni luchas bizantinas de personajes y partidos. Abajo ios ministerios que sobran, Ultramar y Marina, y abajo pingües cesantías de ministros y prohombres, reducción do la lista civil de la Corona, economías verdad en lodos los ramos, protección también verdad al comercio y ¡i la industria, supresión de infinidad do organismos, que, cuando no perjudiciales, resultan inútiles por io menos; esto os lo que se necesita, y solo de esa manera podremos, dentro de algunos años, encontrarnos aeguramente mejor que antes, ápesai^dela pérdida de todas nuestras colonias. Pero para hacer eso se necesitan hombres enérgicos, no artistas de la palabra, ó sabios de gabinete, y esos hombres enérgicos tan necesarios no los vemos por ninguna parte, y solo confiamos en que lo apretado del caso, preste alientos y valor á algunos, porque no se puede esperar en Kspaña que surjan hombres nuevos, no porque no los haya, si porque aquí hay un turno pacifico de dos partidos para disfrular el poder, que ahoga todas las iniciativas é impide que nadie se encumbre si i ellos no pertenece. Ya hemos llegado al fin de nuestro calvario; todo lo hemos perdido, todo; el tratado de París certificó nuestra ruina y nuestro hundimiento; ha llegado, pues, el momento de comentar nuestra regeneración, porque no es posible seguir así. La prolongación de este estado do cosas, traería consigo la desaparición ríe España, porque entonces el regionalismo radical tendría de su lado toda la razón. Comencemos á regenerarnos, pero para ello, abandónenselos viejos moldes de nuestros fracasados políticos. Las islas Carolinas lía aquí algunos datos roferoates á estas islae, Bobro parte de las cuales parece que cou servará jüspaña su soberauk. En medio de un mar tranquilo y transparente, teñido de vivo color azul y cobijado por un cielo aún tnñs azul todavía, qhauéii transa situadas las islas Carolinas, ontrelas Marianas al Norte; el archipiélago de Marhall, al Este; la Melanesia, al Sur, y las Filipinas, al Oeste; ocupando una buperlicie de mSs de 1.500.000 kilómetros cuadrados. Estas islas, de habitantes pacíficos, entrevistas en 1526 por Diego de Eocba, navegante portugués, no fueron visitadas hasta 1542 por Buy López de Villalobos, enviado, desde Méjico por Maudoaa cou encargo' de recorrer ios mares occidentales de América para descubrir las nuevas tierras que Mugallnnes quería visitar, proyecto que le impidió realizar su muerto «iste y prenjatura, A! salir de la hermosa rada de Manila, salmee rumbo al Sor, so contúinin la isla de Miudaufto, nav^nndo por c] peligroso mar de Sanlíiu, y ntrnvimndo ol archipióliigo do las islas Polevo, se Hega & la isla de Yap, la más occidental da las Carolinas. Apenas visible en el horizonte, ñ causa de la poca elevación de su terreno, destftcanse paulatinamente de la superficie de las olas, y se distinguen pronto en un suelo tapizado de altas hierbas, elegantes cocoteros, ñipas sin tronco, do hojas gigantescas, que arrancan As las mismas raices, heléchos arborescentes de proporciones enormes, higueras y árboles del pan que entrelazan sus tupidos follnjes. De las cabañas de techo puntiagudo que se alzan cerca de las pioyaa, salen mujeres esbeltas y bien formadas, y hombres de atlética estructura, Las mujeres cubren su desnudez con un delantal, sostenido por ima corteza do banano. Un sencillo taparrabos sirve 4 los hombres para cubrir la desnudez que pudiera ofeudr.i' el pudor de los contados europeos quo babílau cu aquel misterioso rincón do Oceanía. Entro los europeos á quo nos referimos enouóutrause los alemanes en su mayoría, y lo mismo en Yap que en Malap, Tamil, Pouapé, Bul;, Oalaz, Ibugulú etc., han acaparado el comercio del crop» y de la corza de mar, que son ios principales productos de estas islas, de furmación coraligeua y do clima oxtraordinnrimente unifonno. Tamil, capital del archipiólngo, es una ciudad coustruida por algunas cusas de madera que rodean el palacio del gobernador, y por cabañat do tocho puntiagudo, quo «irvon do morada á los iusidavos. Estos, hábiles marineros, recorren distancias enormes sin más guía que las estrellas y las corrientes marilimas. Detrás do la ciudad, el terreno so slov.i, cu pon diente suave, tapizido de mtis;¡o y sembrado do grupos do árboles do fruto aromático y sabroso, hasta la cumbro aplanada de la única montaña do la isla, quo se eleva tan solo & 74G metros sobro el nivel del mar, Ecos de la prensa La política interior ha girado alrededor de los argumentos, discutiondoso si serán ó no disueltas las Cortes, si el Gobierno irá i ellas tal como está constituido, y ei seguirán los liberales ó entrnrán ía unión conservadora ó una conjunción de esas que ahora se dan por hechas á gusto de cada cual. La nota más saliente fué quo lo» silvelistas acentuaron ¡os censuras al Gobierno cu general y al Sr. Sagasta, especialmente, y quo decían, con un couveucimieuto que, en verdad, no couveuoia í nadie, quo la misión del partido liberal habia terminado cu absoluto. Eso mismo empeño, quo nunca so hace público cuando se tienen esperanzas, ya que no seguridades, donuuciabi que lo quo hay en el fondo do la unión conservadora es desaliento, por el negativo resultado quo han producido las gestiones pora conseguir la proximidad do algunos elementos afines. N¡ aún el decidido apoyo que a! Sr. Silvola presta un importante colega da calor aljuogo de los conservadores unionistas. Ahora todo lo fian 4 doclnraciouos importantísimas que se anuuciau para ia sesión en que se renueve la junta del círculo conservador, declaraciones quo hará el Sr. Silvela. A esperar, pues; por más que, según lo que se oye, va descartándose de ia mayor parto do ¡as combiuaciouos el nombre del Sr. Silvela. Eso se oía, y como lo oimos, lo consignamos.— El Globo. La situación política niguo tan enmarañada que no hay posibilidad de adivinar la eolución probable. Ni es natural quo se pueda ver nada concreto hasta que cou la llegada del señor Montero Ríos pueda ol Sr. Sagasta formar juicios definitivos que lo aconsejan los procedimientos políticos que corrospoudau. Supóneseque el Sr. Montero titos vendrá de Paris bien enterado de lo ocurrido en Madrid durante su ausencia, y por lo tanto se hallará desdo luego en disposición do aconsejar al Sr. Sagasta, si como parece nstUirnl lo coíiMiIta éste sobie el deber ó la conveniencia del partido liberal en los ac tunlpR momentos. Por lo demás, los cálculos y comentarios que se hocen en los circuios políticos con muchos y variados. Todos los grupos y fracciones se consideran con fuerzas y medios para llegar á la gobernación del país, lo cual quizá represente cierta exageración de buen deseo, precursora do algunas decepciones. Conviene que haya menos preocupación por los mandos y más estudio de las verdaderos y urgentísimas necesidades de! país.— La Correspondencia-. ¿Se reúnen las actuales Cortes? ¿Plantea el Sr. Ssgasta S la Corona la cuestión de confianza, que, en el caso actual, envolvería implícitamente la disolución de los Cortes? Tal es el problema político quo esige inmediata resolncíóony sobro el cual discurren casi todos los hombres públicos. En los círculos políticos no se habla hace ya varios días, de otra cosa, y so hacen cálculos y conjeturas sobre la opinión que al fin prevalecerá en ei ánimo de! jefe del Gobierno. ■ Desda que fueron conocidos los artículos del tratado de París, ninguno de los cuales obliga á que lo ratifiquen las Cortea espillólas, Hccutuóso la opinión que ya había comenzado ó formarse, contraria ó la apertura del Parlamento. Esa opinión ha ido coudcnsSndoae de tal suerte, que ya son muy pocos los partidarios do la reunión do Cortes, y monos aúu los quo creon siuceramente en olla. El señor Sigasta no ha revolado á nadie sus propósitos. Claro estí quo tendrá formada au opinión sobre tan importante asunto; poro aguarda para exponerle á couocur la del Sr. Montero ítios, á quien quiere ofrecer, después do Ins nmargurus sufridas en París, esta prueba do cortesía y consideración.— El Nacional. Los yankis en Cuba El Cubam, do Santiago de Cuba, publica el siguiente brutal accidente ocurrido cou los soldados norteamericanos. nComo á las tres de la tarde do ayer surgió una dispata en el ingenio San Luís, entre el colouo do dicha finca Bernardo Sordeau y un soldado americano, que se empeñaba en poseer un puerco do la propiedad del primero. Saudeau entonces fué á pedir auxilio á la la guardia de policía rural, que se encontraba acampada en el poblado, yendo i auxiliarlo basta el ingenio ol jefe do dicha guardia, teniente Sr. Bufael Perrer, y cinco números. Al llegar estos agentes del orden al ingenio, fuwon recibidos á tiras por grandes grupos do soldados amoricanoa, todos negros, que formados como en linea do comb.ite y apodnráudoso de la finca, opusieron invencible resistencia fi la guardia rural, que, cou admirable valor, no huyó ante el fuego do aquellos asesiuos, pagando así con la vida tanto valor ei teniente señor Forree y un guardia do la policía rural, y resultando, además, muertos, por consecuencia do la salvaje acometida, ol administrador del ingenio, Sr. Emilio Beltráu y el joven líomán, hijo del azucarero do aquella finca, Sr. Enrique, del mismo opollido, y herido otro hijo de dicho señor, una mócente criatura de un año de edad. En aquellos críticos y terribles instantes en quo la valerosa guardia de policía rural, representada solamente por seis hombros, so atrevieron hacerlo fronte como á trescientos do aquellos antropófagos que esparciau la muerte & tiro limpio, resultando también entre estas fieras con uniforme un muerto, quo lo fué por ei máchelo de un guardia rural, y cinco heridos. Supóngase el efecto de tan inaudito suceso en el ánimo do todos los quo llegaron á presenciarlo, por el efecto que aqui ha causado la noticia. Personas llegadas de San Luis uos cuentan que fué, y continúa siendo, intonsa la impresión de pavor y cólera experimentada por aquel pacifico y generoso vecindario, al ver la criminal osadía de aqiiiíllos soldados que se impusieron, por la fuerza brutal y asesina, á los agentas del orden público, y á tal estrenuo llegó k exci¬ tación de los ánim: zas de nuestro eji alli so encuputrnu fensa común contr. que todo lo amena Kestablecido la cesado el tiroteo de ei alcalde del ptiebli tó rescatar los cadá Ferrcr y el guardia do una rotunda n comnudauto milita Sometemos el ¡en y do crem dicar siquiera al ¡ que debe hacer, da secuencias de tan públi NÓM. 2.417. s que las dispersas fuerrcito libertador que por se apnreibieroo á la i)o, los bárbaros faccioso! labau. tranquilidad por haber os soldados americanos, , Sr. José Carbó, iuteuveres del teniente señor de su escolta, obteuieo - gátiva del general Ewers, de aquel puntohecbo á lacousidoracióu >s que tengamos que mobierno interventor lo las la magnitud y couucalificable ocorreucia.u La elejetricidad y la o^rioultura Tendremos en tantas y tan iuten qno bueno será dej eos algunas parcela cultivar cou respec la electrotecnia agí M. Paul Rsnau químico industrialf este usuuto bastos fereucia dad.i en h mulo de lu iudustrü deucia do Mr. Ad. la Exposición de 1900 sontes cosas eléctncfiS, ir á los físicos y quimisde terreno que puedan to á las aplicaciones de ¡cola, 1, de la escuela física y s, acaba de abrir sobre horizoutea ou una cou, sociedad ptra el estí, naciuual, bajo ía presiCatuot. Esta uueva osbecia'.idad cieutifi.ia, ya muy extendida, pu 'eco llena de purveulr. Comprende la proi.uccién y utilización de la electricidad en li agricultura por toda clasodo medios ocanómícoa, turbiuaa hidráulicas y atmosféricas, motores de petróleo y motores d i gas. Hay muclios.aií t^mras¡ dorlahraoza.elíítw.í. vlv; trica qno íuucío'ftui: maaia. M. t'au cifras muy interesentes respecto 4 los cua¬ tro sistemas más i hectáreos 6 30 con se oocositau según para los dos primi para los otros dos dado también una mecánica eu un pe para el trigo un 20 un 35 por 100 y p por 100. A esta apÜcació trotecuia asrieola 1 c&móntoíueúEo 'eu Alfe'=' enand ha dado algunas sados. Para labrar 150 ¡metros de profundidad los casos 500, 472, 550 y 030 horas cun ui a fuerza de 16 caballos ros sistemas y de 15 , M. Paul Renaud ha abla indicadora del ex¬ ceso de producto obtenido por la labranza iodo de nueve años, es por 100, para la cebada ítb. la reuioUcha \iu 2ó a primordial do la olooay que agregar el desecamiento y el regarlo eléctricos, y también el transporte de m iterias por medio de 1» electricidad como fuerza motriz es tod» una conquista. \ De hj región En Oronso ha orjiirriJo uno sensible iJesgraeiii. Un joven hijo de D. So veris no Guliiírrez, imputsndo pul' \i!í a 'rebtilo de ira , iuñrió »1gumis heridas é lu sirvienta de su [jodre, üjloi'ea Vimi.i Sinc lez, á quien slendia dfls- y por quien ora muy de bsce largas añoa considera tío. l,n io^ioun'lü falleció el siguionío dia. o al presuulo homicida, do módico municipel de n el sueldo onual dé 937 miento. El juzgvla ítolui _ . . que lia (iigresado en la cfaroot So hulln vncmüi Sarroous, dotada ce posólas. El plano ppra la ¡rosontoción desolicilues [ormino ol 12 do Enero próximo. El «bogado del I Islndo en la delegación do HueieruJi da Orense Sr. Fornándet Cid, lia sido doslinado a Palencia. Le susliluyo [). J osA Civídanee, do Vif que ucoba de ingroasr on aquel cuerpo. Traíase de orgniizor en Sanlingo una Asociación ayicol s, con objolo do defender ios iuloreaos ilo la r, aso on esto región, trubajandii en pro de las infelices oainpesinog galU'giis y de los pr< ipietnrios, que iridudalileincnlo It-brán de préster su (-ooperscirtn y coocurs'j docidido á tan piausiblo penaa- En bravo so ronsjlruirá on el pinloroüc.o puolilecillo 'le Puer lodomne, un hermoso edificio, destinado Já la opulenta socieda-J