DIARiO DE PONTEVEDRA AÑO X. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Pon le ved r», un mes 4 reales. Fuera un Irimeetre, '1(5 roales. . UHrainar y tixtranjero, 6 pesos ftes. NO SE PUBLICA LOS DIAS FESTIVOS Dircctor-Propistario, D. José Hillan SÁBADO 24 DE MCIKMBUE DE 1898 PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN En enta Administración, Princesa 6. Amincios y comunicados á precios convencionales. NÚM. 2.692 Noche cli'tsicí, noche dejuiiilo en ul mundo cristiauo que colobm con to das las a ¡agrias del llorar y tortas las expansioues del regocijo el iiaciimerr.o ilel Redentor del pinero liuaiíiuo.- Ks la noche más grande del año, porque el sol se escondo rendido al brillo iu.v ^estuoso del Sol de justicia que vino ¡i sacar la htiniíiuidad do las tinieblas del paganismo y. i vivificar todo espíritu do perfección. La Iglesia, coa sus alegras villancicos; los niños, con su rara >s y naci mientos; las corapjrsas de aft'iiinaldo ros pidiendo las albricias con regocijados sones, dan á estas Pascuas un singular encanto que vá entonando el flloria ta excelnis Oeo de los ángeles do Belén. Recibe la Iglesia la buena nueva con sonidos de panderetas y castaüueias, que sustituyen 6. las gra ves notas del órgano; las familias rodbenlas reunidas, en el hogar trau quilo, entre las expansioues más puras dal alma. Noche espléndida, cuya maguilicoucia resalta mas en médio de una Naturaleza que parece, muerta, así como en la plenitud de los tiempos es' taba por el pecado muerta la natura leza hninaiia, cuando el Hijo de Dios vino A. darle la vida do la gracia, con la paz li los hombros do buena voluntad. Noche do alegría, sí;' pero ¡éu cuantos hogares españoles será una noche tristísima! Tristisima para el que perdió en la guerra 6. su esposo, A su hijo, ó á su padre ó á su hormano, y contempla, en la clásica noche de las delicias familiares, vacante el puesto -que otros a'ños ocnparou-. ¡Cuautos pensamientos tristes crujirán la monto de los que añu tienen sores (¡uerMos en U ingrata manigua cuImna ó ou los traidores pueblos filipi nosl No pueden entregarse A las regocijadas expansiones de la Noche Buena los que aquí lloran la nusoucia de deudos y amigos; ni los que allá pasarán la noche al raso, sintiendo la nostalgia del lejano hogar, al cual en vían nu suspiro del alma como saludo cariñoso, y recordando con dolor indecible, alegrías do otros años en la Noche-Buena. Mas que noche de júbilo en España, es esta Noche Buena noche do orn ción, para pedir favor y ayuda á Dios, que vino á la tierra, dando la pasá (os hombres ilc buena voluntad. Cuartillas intimas El que so aburro en París, os un imbécil, ha dicho Zola. Lo mismo puede decirse del que se aburre en Madrid. Capital, Madrid, en todos los órdenes, de la nación española, es, principalmente, su capital intelectual. Si las calles, los paseos y los mounmentos públicos ofrecen al habitante de Madrid motivos de distracción y esparcí mió uto, si los teatros ofrecen grato recreo y discreto soláz; los círculos literarios y políticos, las reuniones de hombres de talento y todas las expansioues de la humana inteligencia, ofrecen campo sobrado á la a moni dad de la vida, embelleciendo la eitistflitcti y dilatando las facultades más hermosas del alma. La Puerta del Sol, con su inmenso tnijiu de carruüjos y de guitie, la ca lio de Alcalá rebosante de animación y de luz/ el paseo de la Castellana, donde la aristocracia oxhita trenos elegantes y toilettes á la moda; el Retiro, que parece un colosal espejo donde se reflejan las más lindas campiñas do Suiza ó de Galicia; la Monclon, la Casa de Campo, esos pulmoues que dan aire á Madrid; todo lo que aquí evoca impresiones y recuerdos do viajes reales ó fautásticos por la Europa civilizada ó por el Asia siu civilizar, recrean y absorven el espí ritn de tal manera que, no dan lugar al aburrimiento ni al marasmo, como no sea en hombres ó mujeres vulgarísimos, de los que prefieren el efímero brillo eu una rebotica ó en un pasao de puebio, á la hermosa obscuridad en medio de una capital jigautosca. dundo son muy contados los que brillan, y donde, ann esos mismos, no son por lo general envidiados. Por eso son contadas las personas, personas verdaderamente iutelectua les ninguna hay, que puedati aburrirso en Madrid. A la iiMñaua, á la tarde, 4 todas horas, con bueno y con mal tiempo, esta colmena de quinientos mil habitantes, se esparce por las calles, llena los tranvías, se da empujouei cu las esquinas, habla, ríe, ruge ó camina coran indifiirente, cada uno á su objeto, alguno sin objeto especial determinado, dando, todos, vida, esta vida especial de ruido, por decirlo así culto y distinguido, al Madrid cou quo hemos soñado en la adolos concia, que no hemos podido ver ni gozar hasta la juventud y que siempre nos cautiva, nos seduce y uos encanta. Yo quisiera pintar con la pluma este Madrid o no mo erábélesa. La casi totalidad dé los españoles le conocen, sobro todo desde que el ferrocarril lo ha puesto á corta, distancia de las provincias; y, todos los españoles quo por aqui pisan, llevan de su estancia eu Madrid, por corta quo haya sido, recuerdos que no se lo olvidaráu en toda su vida. Escribo estas cuartillas á . manera de notas que feílejéu mis impresiones sobre Madrid, para cumplir tía encargo á mi hecho por porsoua quo me os muy qiiRrida, y tambíeu con el propó sito do frecuentar mi (rato cou los lectores que tanto aprecio del perió.dico á que vau_dirigidas. Sean ollas como un paréutisis en la política', algo nuevo, siquiera no sea bueno, por ser mío, que no ocupe mucho f-spacio ni privo, al que lea, de pasar la vista por el sensacioual articnio do foudn, por la insinuante noticia, ó por oí su jestivo reclamo. Si yo pudiera fotografiar, pir ejemplo, la Puerta del So', centro d>;í Madrid vibrante, hervidero de gente, fastuosa caballeriza do la capital, donde el Ministerio do la Gobernación nos recuerda que allí fluyen y de alii emanan todos los hilos nerviosos del cuerpo de la nación; doudo llega la primor noticia A; los pueblos y do donde sale la primer noticia de Ma drid para el rosto de España; si pu diera fotografiar yo ol movimiouto verdaderamente vertiginoso do tanto carruaje como se cruza do unas á otras délas bocacalles; bs ríos de gente que suben y bajmpor las calles de Alcalá, Carrera de San Ocrónim'i, Espoz y Mina, Carretas, Correo, Mayor, Arcual, Preciados, Carmen y la Montera, que nacen, todas, en la Pnorta dol Sol y se pierden, comí trama do inmensa rod por Ioí lejanos alrededores de !a Corte; sí pudiera, bosquejar siquiera, lo que es la plaza de Oriente, cou la ostáfiua ocnostre de Felipe IV eu medio, el jardín muy bíeu cuidado, las ostitiias do reyes godos que lo circundan, majostuo - sas sobre sus pedestales de piedra, el soberbio y grandioso Palacio real, que los fraucosos llaman linda bom bonier, que Napoleón I calificó do primer palacio real do Europa y quo es el mis artístico y raóuu ueutal edi íicío arquitectónico que tiene Madrid; el teatro do la ópera, en fronte; mag níficas edificaciones completando ol marco; si pmliira describir la plaza amplísima en qu- se asienta ¡a Civclos ! y desde la que se descubren, á nu lado el paseo de Recoletos, e! del Prado al otro, la calle d;) Alcalá en frente y el Retiro á la espalda; si pudiera pintar la plaza de Colón con el admirable y hortnoslsimo monumento, eu el centro, dedicado al navegante y descubridor insigne; si me fuera posible dar, siquiera una idea, de los palacios, hoteles, chalets, y edificios de todos ios órdenes que por donde quiera le salen á uno al paso para deslurabrarle; y si mi pobre estilo respondiera á mi deseo para pre .sentaros, lectores queridos, todo el golpe de vista de este Madrid hermo¬ sísimo, quo tendrá sus defectos, porque no hay obra humana perfecta; poro .-[iic tieno tantas y tan graudes cosas que soa recreo do! espíritu y como cotisuolo de la existencia; de seguro rae dirías que tengo razón al afirmar quo uo es posible ol abnrrimi-íiito en Madrid, por lo mnnos cuan do se dispone do salud pira saborear lo ¡iota á gota y do medios intelectuales para asimilarse sus bellezas y atractivos, ¿Q'ioroís que os Inblo ahí.) del Teatro fieal ó do la Opera? ¿Proferís que presento á vncstrjs ojos el Musoo de pinturas? ¿Trii vok os agradará más quo os diese coim una pequeña con.forcucia acerca dolo quo es el Ato uoj? ¿O os seduce el Teatro Español, ¡a C media, ta Princesa!' ¿No me llevaríais á mal que distra jese vuestra atención reseñándoos, por ojeuiplo, una sesión de las que laÁca doniia do la Lengua dodicu á las recepciones, ou su süuo, de los Acadó mióos nuevos? Y, do una sesión dol Congreso, por lo quo teuga do artíslisa, ¿q¡t6 mo diriaís? Tiirubién podría e>boziros la doscripcióu do ja Academia do Bellas Ar tos de San Fernando, cou su salón de sosionos cuyas paredes adornan cuadros maravillosos do ilurill* y üoya. Si vosotros, queridos lectores, no os abums con estas cuartillas, como yo uo me ahorro eu Madrid, os prometo frecuentar mi trato cou ol periódico. Esperad, pues, la continuación para 'otro día. ISIDORO. Diciembre, '¿O do 1898. EL PLAN DE SAGASTA Nuestro colega l'A Tiempo nos lo descubre para edificación do los adj miradores d'il grau político (grande ¡ á manera do los linyos) que nos rige y : gobierna. «El Sr. SagasU— dice— quiero coucltiir su vida pública realizamio desdo f\ poder un pensamiento (grande, fecundo y generoso: el do iuiciar y llevará su término una política que una ou apretado haz los intereses do todos los hombres que h.tblau castellano en España y ou Amórica, defendÍHtido á nuestra raza, amenazada do expulsión y do exterminio en el Nuevo Counuento, contra la acometij vidad y coucupiscencia do la raza atiílo sajona. No ha hecb) hasta ahora nada os teusibíe para salvar osos iuteresos y esos ideales olevadisiinos, porque su oscoloucta os muy reservado; poro de hoy ro adelanto ¡vivo Dio-;! quo uo lia de darse punto do reposo cu tan ardua tarea, para la cual ha de co itar con ayudas valiosas £ inteligencias tan acreditadas en la política do atracción, como algunas cuya cooperación so está procurando á costa de miserables sacrllíeios dol amor pro pió, do la cousocueucia y de lo quo los sores vulgares llamui dignidad, quenada valen ni siguilicau aliado de empresas de la altura de la que ahora preocupa su elovadísimo espíritu. Perdidos los territorios y la sobe¡ rauia— so dice,— voy á rocouqnistar las almas americanas, y si la nación ha sufrido quebrantos do perjuicios, voy á restaurar desdo mi sillón de la calle de Alcalá, tapizado do nuevo cou telas del Salón dol Heraldo y pieles tle r«coneent.rados de Cuba, el prestigio y el podarlo de nnostra raza on el Nuevo Mundo. Para esto, con nu plazo de veinte años de mando tondria bastanto el Sr. Sagasta; pero tomando eu cuenta que acaso lo falte tiempo para realizar personalmonto todo su plan vastísimo, so sabo ya que, imitando í la dueña do tina acreditada chocolatería, inventora do los célebres mojicones, revelará antes de morir á Merino su secreto, para quo pueda, como aquélla, continuar los negocios políticos de la casa.» Un profainción Sí ha con [¡rundo la profauacióu del sarcófago que cu la Catedral de la Habana encerraba los restos deColóu. La prensa habanera llegada úl tira» - mente refiero con minuciosidad de dotallos tan criminal hocho y protesta de que los autores pormauezcau sin sor descubiertos. Al ser abierto el osario se encontraron tan solo restos do huesos largos, nu fragiu-íuto do hueso inuoiuinado y otro do dos coutlm.'tros do largo, quo parece sor una porción del cubito. Es todo lo que queda ya, según el acta do su reciente exhumaeióu y reconocitnieuto, eu la caja de plomo dorado quo sirvo de sudario á los restos. Lo demás es polvo, cenizas, entro las que so esconden á .medias; los medio deshechos huesos. Pero lo que uO podíamos presumir, y nadio sabia que hubiera acontecido, era que ol nicho que contenía les res tos do Colón ou la Catedral de la Ha baua, lubla sidoprofanado;que la caja do caoba con ol exterior do plomo que so habla colocado en 18-22 en aquella urna, juutamoute con la caja de plomo dorado que coutiene los restos, había desaparecido; que la leyenda que os. tentaba esta caja habla sido alterada, y que, asimismo, lo había süo también la inscripción de la lápida do mármol que cubría la urna ó nicho. ¿CtiáuJo? ¿cómo, por quién se han realizado estas profanaciones, psta snstracióu y estas alteraciones? Esto es lo que aún no sabemos. El acta levantada cuando so procedió a! onterramionto do los restos del gran navegante dice textualmente. «Eu la mañana del día cinco del precitado mes de Octubre, cou asistencia dol señor Jefe Superior político, do dos illdií'i'diiua úo" la*' D¡ptió«cióa' Provincial y do otros dos del Ayuntamiento, y dol señor Obispo diocesano cou el Vouorablo Cabildo, fué abierta la caja expresada, on cuya tapa esta ha escrito: Aquí ijeiccn tos lniesos'de don Cristúbttl r,olóii, primer slmiranlc ;/ Desvubriilor da las American; 6 inspeccionados y vistos también ol ejemplar do la Costitución, las modalias arriba iudieadasy tres guias dol año de rail ochocientos veinte y dos, )a civil y la eclesiástica, impresas eu Madrid, y la do Forasteros en la Habana, fueron corradas las cajas y sus llaves quedaron en la urua, la cual fué horm éticaraonto cerrada cou la lápida del busto do Colón, con una iuscripcióu ou letras do oro y ou for nía do terceto, concebida ?u estos términos. *¡0 ralos ó imñuen del gran Colón! mil siglas darad unidas eii lanrna M Cá-li'jo minio de ntiestra \'aciin.» Esta caja do ca^ba cou el exterior do plomo que se menciona, cou obje tos quo se enumeran, sou los que no han aparecido ni eu el nicho, ni eu ninguna parto. Esta inscripción quo so copia es la que ha síd.j ali.erada. No era sin duda de la devoción del crimiual autor de tales profanaciones. /ÍÍ Código .lauto de nuestra í\acióil. Y so alteró asi la leyenda: —flitardados en la urna Y en ta remeiHbnnisa de nuestra ¿yació n . Lo que no se lia sustituido cou nada es la cjiji, ni las medallas do oro y plata, ni la Constitución de 1812. Sou las que hau robado del nicho. SEDA DE ARABAS Segiirnmcntc no es la primera vez quo mis lectores oyen decir que do las telarañas ee pueden hacer tejidos pro ciosos. No eu vano so ba afirmado que de todos los insectos las arañas son los más listos, En efecto, como sou aborrecidas por las muicres, parece que ahora tratan do hacerse querer por ellas— hilando seda. Veremos si en adelante las señoras las odiarán y las dsstruiráu, como hasta ahora ha venido sucediendo. Eu realidad, la seda de arañas no es uu artículo precisamente moderno, pnos ya el año l"00 un señor Bou, presidente de la Cámara de Comercio do Moutpeller, mandó á las Academias do Ciencias de París y de Londres guantes y medias confeccionados coa tejido de telarañas. Bou acompañaba las referidas prendas con un informe detallado, eu el que precouiziba los beuriicios de la cria de arañas. Réamuur, autor del termómetro que lleva su nombro, á quion ¡a Academia fraucesa entregó el asuuio para informacíóii, juzgó poco práctica la idea de Bon. Calculó entro otras cosas, que uo hái'ian falta menos do arañas para producir una libra do seda. Además, todas las moscas existentes eu Francia tendrían quo ponerse á la disposición de las ¿rañas antes de quo pudieran verso algunos vestidos do bailo hechos con el priducto del por lo demás interesante iusecto. Cieuto treinta años más tarde el naturalista alemán Mctige recogió la idea de Bin y propuso colgar del tocho de los criaderos pedazos do carn-J podrida para atraer y criar las moscas necesarias á la alitneutacióa do las arañas. 'Uu iudnstrial inglés Rolt, nula la parte posterior de arañas graudes cou uua raaquinita de vapor; 22 arañas lo suministraban así hilos do unos G.003 metros do longitud, cu ol espacio de dos horas y esos hilos iban arrollándose á los cilindros de la raíqimia á medida que salían del orificio do las arañas. El doctor B. G. Wildor, 40 años después, logró añu raejores resultados por esto mét ido a! emplear uua grau araña de la Carolina meridional. Dicha araña se llama eu zoología Nephila pltimipai. Un misionero de Tauauariva, el P. Camboué, obtuvo el raiyor éxito empleando la grau araña de soda de Madagascar, .Sepltita madafiaícarennis, llamada luí luí"! por los indígenas. Un solo individuo de esta especie sumiuistra -i.OOO metros de un hilo do seda de notable calidad. Esta seda so distingue por su elasticidad y su resistencia contra la electricidad. En Madagascar bace ya mucho tiempo que se emplean tejidos hechos con esa soda, sobre todo para la confección de quitasoles, cuvo armazón y mango sou do bambú. Eu la isla citada, ía .Vepkila de referencia, que alcanza uua longitud do 15 centímetros, no solaraeuto suministra seda, «¡no también medicina, pues ou la provincia do Imeriua la harina de halab¿t tostalas se emplea coutra una enfermedad que se llama lainbavi y os uua especio de atresia. El P. Camboué observó que la kalabe suministra mas seda dospucs do poner sus tiuevos que eu otros tiempos. Esto tiene su explicación cu la manera tía vivir do la araña. Primero hace una camita tupida e ásiica y muelle, luego se sienta encima do esa camita y deposita eu ella sus huevos haciendo de ellos uu bollo uniformo. Después do haber colocado la prole en cima blanda, la previsora madro la cubro con otra capa de seda y por fiu sepulta ol capullo entre hojas socas. La halabó couoce perfectameute su uido. El P. Camboué abrió uua vez uuo de esos capullos dojaudo los huevos cou solo un» delgada capa de seda. Apeuas lo notó la araña, cuan do sacó los huevos d^ etiLr* l-is hilos, hiz-i otro tejido y !o fi"ii'i'l - -i ñera habitual. El ejemplar que cu estado de cautiverio sumiuistró mayor cautidad do seda en el tiempo rolativameuto mas corto dió ou 20 dias uu hilo do una longitud de 3.000 metros, Para comprobar la resistencia da esta soda so la cargó cou un peso de .'J gramos 27 ceutrlgramos á uua temperatura do 17 grados y una proj.orciou do luímodad do G8 grados. El hilo aumentó en un 12 y 1[2 por cieuto. Es dudoso que la katabi', acostumbrada al clima de Madagascar, pueda criarse en la Europa Central, pero es casi seguro que eu España prosperaría perfoctamonto. De todos modos, en Madagas:ar mismo la araña do referencia trabaja con tanto ardor, que dentro de poco su seda formará uu importante artículo do exportación do la uueva colonia fraucesa. Eu uua fábrica fraucesa que porte-