- u -^: ,;^ LIBRIA sitante se engaña en ocasiones;: pérasS. WB—-. el foso se va ensanchando cada y^VjiBBBB más entre los dos esposos,' que' ^están^^^^' ': sencilla mente juntos cuando debieran estar unidos- V ■"'í-:'iil'<|f;" La unión no se impone, se hace, tá ''■ • buena voluntad reciproca ayuda ¡mu*.'" , cho para reafizarla; pero seria más ■' fácil conseguirla si por medio de una. educación apropiada se encontrarán los cónyuges en posesión de un te- . rreno común de intimidad en el que f pudieran comunicarse sus penas y sus . alegrías, sus esperanzas y sus preocupaciones. ¿Cómo no ha de gustarles pisticar acerca de su hijo si tanto el uno como el otro viven exclusivamente para Él y en él tienen colocados todos sus amores? La pedagogía ofrece, por lo tanto, inapreciables recur-. s ; sos a la mujer deseosa de asegunri&Ha ' dicha del hogar doméstico, por lo cual es de sentir que en ninguna parte se le enseñe, M. BliAUHíKTON. lD:^Sab '-. viudaAtd falleció' ejiri^¿.fj 1VERSARIO Sus hijos, hijas políticas,' nietos,' demás parientes, ...^ aéz 'López ¡ja*? ''*-''■-'' ■ "• . : ' í^rtas de 1929. arzo F?.-. , ...... poiítico;?sobrinos,-piimos y'j El DEL MOMENTO valor cíe las masas Bajo la segur déla Pálida cayó la vida de don Miguel Primo de Rivera. España entera se conmovió ante la noticia, y las lágrimas se asomaron a los ojos de muchos españoles al leer las extensas crónicas de los periódicos, que narraban la muerte del general, líl recibimiento tributado en Madrid a su cadáver fué una verdadera üpotcósis. España entera, en lo que tiene tle representativa, salid a recibir al que tornaba a su patria hecho un despojo y trocado el uniforme vistoso y las preciadas condecoraciones por una simple mortaja y un crucifijo... ¡Extraña veleidad humana!... Las masas que un día le aturdieran con sus aplausos, que otro día le amargaran con sus invectivas, que luego vieron con indiferencia como se desterraba de España, fueron las mis- . ,. JZpeÜpn iinct oración por el alma de la finada y-'-la asistencia al acto fúnebre que por fk etérno descanso se celebrará en la parfóqaiél deü Santiago Apóstol de esta ciudad; et sábado, 29 de los corrientes, después' de Horas -canónicas, ' Favor por el cual anticipan gracias. . Mondoñedoí marzo Üe i93Ó.; Los Exemos. Srcs. /vun^SSc S. 5.., Arzobispos de Santiago v Vaíladolid, y Obispos de Mondañcílo, Lugo, Oincdó y Piáscniia, se dignarotrconealcr indutSendas en la forma acostumbrada, ch sufragio del alma de ¡a finada. m I Y las hojas caían... ven las Cámaras de la propiedad Rús* tica y se restablecen las Cámaras agrícolas, se invoca como argumento para la disolución de aquellos organi&mog . . i-Los scnderos del parque de aquella la obligatoriedad déla cuota. ^ lo que. ;i quima hallábanse cubiertos de hojas es lo mismo, que en el .espíritu del. aq- J^qoe lentamente se desprendían de siis tualmioistro^e.Econom.l^^^W^l^tdebiaMdos ¡ligamentos que las unían mas que ante un cadáver prorrumpie- ?e fl»^^^P^ino:de^|e^^a^¿íiiWll.aiIia8 de los plátanos, sacudidos ron en vivas y áclamaciones».: Sólo la • 10 -^jf^ífe^SSí^^ muerte hizo reconocer el valor de un hombre, cuando csl- lumhiv había dado materia y espíritu a su patria. Y el «ritorna, vincittors» del triunfo tuvo que trocarse en un «de profundis» funeral. ¡Buen psicólogo el autor de *Muc■rete y verás»! Y en esta masa ciudadana amorfa e inconsciente pretenden fundarse los más atrevidos provectos. «Lo pide el pueblo...» «El país lo desea...» ¡Pobre pueblo y pobre país, que cambia de opinión en el breve espacio de dos meses hasta dar vivas ai cadáver del que poco antes fué objeto ih- rastreras campañas, que llegan en su finjo hasta un inofensivo retrato o hasta una sencilla placa conmemorativa! ' Cnseñanzas estas, no por harto repetidas, menos interesantes. PARA LOS LABRADORES La cuota de los Cámaras agrícolas Vuelve el tema de la. obligatoriedad de las cuotas de las Cámaras agrícolas, por culpa de alguno de estos organismos, cuyos fantásticos presüpues- = tos necesitan nutrirse de ingresos obtenidos coactivamente. No por enemiga sistemática a las Cámaras agrícolas, sino por respeto a la verdad y a la ley, y en defensa de los derechos de los agricultores, elevamos nuestra enérgica protesta y pedimos al Gobierno que concluya con el inveterado abuso. Y a tin de que los agricultores todos sepan .1 qué atenerse en esta materia. Ies recortísmos lo que está vigente en la materia. La obligatorieí-Ud de las cuotas de . las Cámaras agríeoías no existe desde el Peal decreto de 25 de noviembre de 1921 (no derogado expresa ni tácitamente), en el que se dice que sólo podrá votar en las Cámaras el que pague la cuota. Es decir, que la cuota es voluntaria y al que la pague se le da como recompensa el voto. Recientísimamente, en el decreto tiel actual Gobierno en que se disuel- Ya !o sabe^i^p^es^';los."íatr1ii^Órés.• -rJaCquelín corría detrás 'de ellas, Hoy 'por hoy' no 'lí.iy obligacíiS^ de.'íaquelU mañana otoñal y tibia;, dejan.pagnr las cuotas de las Cámaras $grí-: do a un lado los numerosos juguetes colas. . ; que por allí había abandonado, corría , detrás de las hojas que cafan de los , ■ árboles y malhumorábase de no poder .! , cogerlas todas. LETRAS ' i ' Allá en el fondo de una de las vere¬ das divisábase el mirador, y detrás de fjCobarde. 5US amplios cristales veíase confusa, ^ "" tendida en una diaise-longue, una jo¬ ven pálida, enferma... tísica; parecía una azucena tronchada; padecía este mal que en otoño y primavera extingue para siempre el retoñar en algunas flores. . Sentada a su lado estaba su madre; tenía la frente surcada de arrugas, que delataban su gran preocupación por la enferma, que cuidaba amorosamen. te y devotamente como sólo saben hacerlo las madres a sus hijos,, o las .Hermanas de la caridad a sus enfermos; la contemplaba largamente y a ve-; ees volvía la cabeza para ocultar una furtiva lágrima, que lentamente se desprendía de sus ojos., .procuraba mecer sus penas con la lectura de un libro que algunas veces dejaba sobre su falda para entrelazar sus. manos Raudo el buque navega: en la toldilla Fuma impasible el capitán negrero;. Por la abierta cscoLítla '' Sube murmulU) ronco y piuñídero ■ i Que el sollozo semeja ' -líl De mil bestias liinnanas; ¡ Es cf ébano vivo, que se queja Al dejar las llanuras africanas., ■ .•*íl Y mientras gime abajo el cargamento, Y a merced de las olas y del viento Navega el barco *por la mar bravia, Que le relate el capitán un cuento 1 Pide a voces la audaz marinería. ' . —¿Una historia pedís? |Ahí va la'mtal — El negrero exclamó;— si por mi a larda De arrojo temerario habéis creído .„ l w„„w „„„ „,,,„„., Que. cual valiente soy, valiente he Mo.J , con las de su hija, amarillentas y des¡Grande fué vuestro errorl Yo fui cpbarde. • ckrnadas. como las de una vida que' Yo fui cobarde, si, porque yo amaba, - ... a *«.■*. ^m. Con la ternura de la edad primera, ' „ A una mujer que infame me engañaba; - Y la amaba frenético, la amaba Cual ama a sus cachorros la pantera, fJo sé si el adulterio 0 mi cariñol : La hicieron concebirán tierno fiiflonj Y, entre aquella mujer y aquel chícu,i¡(o, Tanta dícba gocé, tanta ventura, . \ . .encaramado. ,SObre una •silla, que se Que, 4 deciros verdad, se me figura ' K - „ap0yat,a a su vez eil un ve|ador;Se esisi comprendí lo que era el ciélo. . * = i„t„„^,.,„. se extingue; las besaba como sí quisiera inyectarle la vida" y la álégrfai De pronto abrióse la cristalera, y el viejo doctor, de cara plácida'y venerable barba blanca, descendió la breve escaiinata;.''¡estaba mohioo', y al ver al nene rublo que lloraba rechinando, Que casi comprendí lo que [Breves fueron mis Cándidos amores!" iBreve mi dicha fuél [breve mi calniol • Y al saber la traición de los traidores, Yo sentí del iníierno loa horrores Dentro del corazón, dentro del almo,.'. Al infame deshice a machetazos. 1 : Y antes de herir a la mujer que impía tacionó a interrogarle: ■i-¿Qué tienes, monin, qué te pasa, por qué lloras? ¿Se te ha fugado un - .pájaro? ¿Has roto tú caballo? ;'"7.— No, no.., -y siguió gimoteando. ';\ .El doctor lo acariciaba bondadoso. ^ ' — ¿Pues entonces, por qué lloras? yo las recojo y las pego para que nunca caiga la última. Lloraban sus ojos de niño tan prematuramente abiertos al dolor de la vida, mientras el viento azotaba las ramas de los árboles destruyendo la obra de su infantil candor. Y las hojas caían... caían... Santiago Masfehrbk Cantó Entre col y cok.. El profesor alemán Oswaldo Flann ha inventado un nuevo tipo de submarino... Un Flann que, como postre, ge le presenta ahora a la Conferencia del Desarme. El diputado Barthe ha dirigido una carta al Gobierno pidiendo que por el ministro de Instrucción se dicten normas para evitar que en los libros de texto de las escuelas se diga que: el vino es un veneno. T acaso M. Barthe haya firmado solo la carta. ¡Con lo fácil que le sería reunir varios millones de firmas! El vino no es un veneno. Es una inyección de optimismo, es un himno a la vida, es una fiesta. Una fiesta! a veces un poco aguada... Si pueden hacer la revolución, comenzarán por la república: pero si no la pueden hacer empezarán por el Parlamento. La cosa está así... Y está bien, ciudadano Marcelino. Si no es por eí Norte, que sea por el Sur. Como al gitano del cuento, el caso es' «ponerse donde haya algo*... Por dichas vías no hablemos de riego. Entra el año y sale sin que reciban más agua que la de la lluvia... Y si la Plaza del Campo íucense recíbíií toda el agua de lluvia que se dejó caer en las entradas y salidas que nos hizo el tiempo, juzgamos una gollería pedir para ella • más agua. En Hondoñedo nos contentamos con mucho menos. Chiton Util y agradable L* fotografía 'Kodak' es na bello arle que ilustra y faKina, y tiene ademái la ventaja de que puede practicarse sin molesti» ni aprendizaje. Adquiera Ud. tm "Kodak" y podrá fijar en las beHu instantáneas que con él baga, Us mil divertidas y emocionantes escenas que a cada paso se preseocisD eo la vida,' Ea ti eiUblMÍmiento de Vda. de- Justo Gómez Plazade Alfonso XIII, n.D9y10 MONDOÑEDO Rompió de amor I09 bendecidos lazos. .. ..^— Las hojas no auieren oeSarse— re- r\ 1 p \ a j ■ r u geS^KSiS*^ : ^6^' y^^TmZ De la ReaMcademia Gallega El pequeñuelo débil e inocente, " .V (,.' Y no quise manchar su pura írénte, No quise queJlorase el pobrecilío, ■' Y, d? pueril ternura en necio alardeé Por no dejar madre al pequeñill6¡ Alainfielperdonícpmo cobarde! i H. Blanco BeuaowijE plicó breve, y le mostraba un plátano : cercano revestido de hojas secas, pegadas con cola a lo largo del tronco. ¿Por qué quieres pegar las hojas? -interrogó el doctor extrañado. > -Porque tú dijiste un día a mamá; que cuando cayera la última hoja Rosita se morirfa; y mamá llora cada vez flifS'-YS caer las hojas de los árbolés¡ En una de las últimas sesiones celebradas por esta entidad se acordó proceder a la reimpresión de la interesantísima obra titulada «Descripción del Reino de Galicia*, escrita por el licenciado Molina, y que es uno de los mejores documentos para la historia de la tipografía en esta ciudad, donde habla sido impresa,*