41 I i < f 41 '^: este h^cho noció la Mutoaí Benéfica Gallega "Quinta Salid". Varios vecei 9\ oigcinizador de ella había oído o don Isouro Pardo Y Pardo, Marqués d^ *¦ ei^. durante su presidencia de la "Casa de Galicia", que si se quería reorganizar en forma el centro gallego, que por jquel entoneles iba o \o deriba de su desaparición, te.^ía que fundamentarse -.n organización, dando más que se le pi- d^'^^fo al socio. Recuerdos de es'ns conversaciones v la impresión sufrida con los sucesos relatados llevo al peregrino de la idea a hoblar con el presidente por aquel ent:»n;es de lo entidad regional "Lar Gallego", don An'onio Maseda Bouso. Confeccionados los Estat-itoS; y aprobados por valores gallegos técnicos en la materia, se puso a discusión en Jun^o general de Ici entidad gallega últimamente citada ¡Qué discusión! Múltiple r. mero de sesiones, todas ^^los Menas de polobras, palabras sin tor. r' son, las que, s- bien envu-^UTis en un matiz de defensa de lo idea, encerraban pasiones, egoísmos v aun venganzas. La entereza y caballerosidad de ios señores vicepresidentes, don _lc5é Rodrígu^z Sa-^z, cultísimo -atedrótico, hoy en la Facultad de Ciencias d^ 1-^ "jriiversidad c:mipostelana, y de don Emilio Nóvoa González, pn lo actualidad auendo y estimado por sus aciertos, gobernador c:vi! de la pr:)"¡nria de La Coruña, animando a sostener el proyec'O al autor del mismo y cortando discusiones prolijas y sin efectividad prócHco alguna permitió que después de nueve sesiones, de tr^s -r; cinco horas cada una, se diese por terminado lo discusión, aprobando el prr-.^rto :on ligerísimas reformas. El galleguismo y la in:ansabfe octividad del señor Maseda Bou- sc le llevó a visitar a personalidades gallegos, las que, sin dudar un momento, ofrecieron cantidades pora el desarrollo de la idea. C'-- aquel entorces presidente d'-'l Gobierno, c-xcelentisímo señor don _'«Mn Bautista Az-^cr, cap^íín gere-'al de la Armada, se recibían referencias de prolección a la idea personal y oficialmente. Ljs discusiones del R^Jainertc s-r Transformaron en intrigas bajas e insidiosas. Todo obstáculo imaginable y posible encontré la Mutual Benéfica Gallega en su organización y marcho. Un dio, sin d-neros, vejada / escarne:ida, op'ó por establecerse con independencia de todo o*ra organizar^ón Vanos meses de lucho, hs sjcesos acaecidos por aquel entonces, lo ouse'icio de jno de sus mayores valores, don Aníonio Maseda, unido a las dificultades para el progreso hijas del desconcierto an la marcha de las cosos naciona^:^ y locales y el retraimiento Je lo colonia ante ia ideo, enfriaron los ánimos de ios señores consejeros, menos el det iniciador, que, enardecido ante las dificultades encontradas y excitada su sensibilidad regional, continuó en la brectia, regularizando la marcha de lodos las funciones que loi Estatutos marcaban como deberes de la Mutual. £n la presidencia del Consejo sucedió ol señor Maseda el Marqués de Leís, de corta duración en Dr. C^mpo II l1 li li el corcjo; su traslado c Lugo le obligó a renunciar buscando antes su :Lccsor. c^on Ar'-n o Tabooda Tundidor. Un año solai- cn^e duró la gestión de este señor. La Mutualidad prosperaba y contó éxitos de valor y merecimientos. El cansancio que produce toda labor no comprendida y menos estimado agotó sus energías y le decidió a renunciar el cargo, sucediéndole don Ramón Mario Tenreiro, En esto etapa, y ante la firmeza en que se desarrollo la evolución de lo Mutual, resurgen los pasiones, deseos de puestos, ambiciones económicas, produciendo un desconcierto que la férrea y duro mano del ofqonízador supo mitigar con vigor /