í37 Uefl las d: U Vjtninfiwtt McMna del C.¿u>fo 11 de r^rjiemhrA Cjru. So asegttfa9que el motivo de kabec faltado el correo pasado, y este, La b a lija de íiiirgos, fue haber pedida íos franceses raciones para su exército , que se halla faltoso de víveres , y para esto hk icp-.n ava;./ar á las inmediaciones de Burdos unos 48 hombres. Los btbitances de la ciudad , inclusos los individuos de la administración de correos , salieron de ella , llevando consigo la correspondencia : cTectivameni'j este correo se reeillió la balija de Valladolid , y taita la de Eurgos i pero debiendo estar ahora en aq-cella. ciudad el exordio de Extremadura , compuesto de solj guerreros , que no desean mas que el instante de batir al enemigo , esperamos que los franceses tornarán á huir , y volverán los burgaleses á sus casas, y tendremos en otro correo la correspondencia, que faltó ea los anteriores. TgJJe moras, semper nocudit dijferrc paratis. La Nación española juró morir libre ó vencer : y fiel á este juramento cada una de las Provincias que la componen , armóse en masa y rechazo los primeros exércitos del tirano que intentó oprimirla. Comenzó pues gloriosamente la empresa España ; pero para poder llevarla del mismo modo a un fin glorioso fué , y es preciso recordarla, que de su energía y actuTdad solamente dependa ser feliz ó desgraciada , esclava ó libre. Ya muy antes de ahora se hizo manifiesto á toda la nación ei glorioso ] aunque arriesgado , empeño en que se ponia de resistir á un tirano que esclaviza triple población que la nuestra, y que arriesga la vida de todos los que le obedecen por llevar sus miras ambiciosas adelante , y lo que es mas extraño, es, que todos sus viles esclavos se sacrifican por el premio del robo y saqueo que permite á los soldados. Hemos dicho también entonces , y repetimos , qwe su caudillo y la nación eran por profesión militares , y expertos en todas las evoluciones del arte, y ei manejo de las armas ^ y pará resistirlos , que no solo eran precisos grandes exércitos , sino que debíamos todos sin excepción los dias festivos ocuparnos en el r ane4.0 de las armas , y formar una nación guerrera pronta á defender sus propiedades, que el tirano sometería á la pena del fisco, llamándonos y reputándonos rebeldes , y á la ley de la conquista. Añadimos que en lugar de estos exércitos fugitivos y escarmentados vendrían nuevos y numerosos reemplazos, y que no podíamos, ni debíamos esperar otra cosa. La experiencia y la observación de lo acaecido años ha en Europa nos instruía y persuadía de esto mismo de un modo , que no dexaba lugar á dudar { y así efec-