CUADRO DE COSTUMBRES EXÓTICAS (l) \Á UD moreno del Poniente (2) Miis chulo que Mister Jhón, Natural de BOQCEIXÓX (3) (Y aiidalíiz por consiguiente) Montar un café le plugo De flamenco, en una villa A mil leguas de Sevilla ¡Y á un kilómetro de Lugo! Al efecto, sin demora Mandó venir de Navarra Un tocador de guitarra Y una buena cantaora; Pero un amigo cerril A quién pidió tal favor, Creyendo que el tocador Sería un aguamanil, Envióle, con premura. Un lavabo de primera Con su jarro y su ponchera De loza de China pura, Diciéndole: «Chico ahí vá Un tocador color rosa; Mas respecto á la otra cosa No la busques por acá; Pués ni sé que he de comprarte Ni esa palabra la entienden; ¡Cantaoras, no se venden Aquí, por ninguna parte!" El Cafetero, mohíno. Como cualquiera adivina, Al ver el jarro de china quedó más verde — que un chino; Y, maldiciendo al navarro, Con mal gesto y rábia insana. Arrojó por la ventana Tocador, ponchera y jarro. Después exclamó, iracundo. Enrojecido el semblante: "iHe de buscar quien me cante Aunque vaya al fin del mundo!" Y á un chico de Caldas (4) puso (1) Poesía premiada con tina estátua de bronce, regalo de S. M. la Reina Regente. (2) Es decir: de Galicia. Có] Pneblecillo situado en el interior de la región gallega. ¡Qne erudición! (4) Caldas es el pueblo que surte de canteros á toda Galicia, ó mejor dicho, la Atenas del arte de... picar piedras. (iSi ustedes no me premian... no será por taita de citas' En seguida un parte assí: "¿Hay cantaoras ahí? Mándame dos en buen uso." Más, como — según es faina, Porque era corto de vista — No entendió el telegrafista La letra del telegrama. Trocóle en picapedreros El pedido de señoras. Y en vez de dos cantaoras, Recibió un par .. . ¡de canteros! Ante la facha asombrado De aquellos hercúleos seres — «¿Son ustedes dos mujeres?» Preguntóles escamado — "¡p.No señor, machos los dos, Y la prueba aleante está" — — "Su palabra basta ya, ¡Nada de pruebas por Dios!" "Mas, su venida no explico.,... Y de mi asombr o no salgo .. . Ustedes . . tocaran algo .. " — "Solo tocamos. . e¡ pico; Pero si la piedra es dura Y se resiste al estreno. Apelamos al barreno Para meterla en cintura « — El Cafetero, su diestra Alzando dijo: "¡Molones!" ¡Pués vaya un par de botones ¡Que me remiten de muestra!" "¡Nunca en Caldas, tal buscara! ¡Soy un solemne mostrenco! ¡Si allí no se halla un flamenco Por un ojo de la cara!" Y á los chicos, con furor. Enseguida empaquetólos Y á su pueblo remitiólos Gomo muestras sin valor. Luego murmuró: «¡No quiero Mas flauiencos del país! ¡Haré un pedido á París . .. O á un punto del extranjero!" Al fin, trás de mil reveses Y á fuerza de andar buscando, Vivitos y .coleando, Al cabo de cuatro meses, Con entusiasmo y cariño