439 nos conflictos, que quizá en plazo no largo den por resultado la desaparición de la inmortal bandera de Castilla; cuán fácilmente pudo evitarse la situación militar originada por la insurrección, situación que amenaza hacer de Filipinas otro Cuba; y con cuán poco trabajo podía al presente continuar el Archipiélago en la misma tranquila y pacíficamente progresiva situación que tenía hace años, si pudiendo como se pudo, y no se quiso ó no se pensó hacer, se hubiera cerrado la puerta á los perturbadores, si jamás se hubiese consentido en el país la masonería y se hubiera eficazmente cohibido en sus principios toda tendencia contraria á los prestigios morales, poderosísimo vínculo social, inmensamente superior á todos los ejércitos y á todas las instituciones políticas, que unía á estos países con su amada y respetada Metrópoli. ¿La tristísima situación actual tiene remedio? Algo difícil, y aun expuesto, es contestar á esa pregunta, porque si hace seis meses el Katipunan estaba relegado á los montes de la Laguna y Bulacán con los cabecillas allí refugiados, ó arrastraba una vida vergonzante en algunos pueblos que estaban en inteligencia con ios insurrectos, hoy la plaga ha cundido; pues los indultados de Biac-na-bató, infringiendo la palabra dada al caballeroso yactivo,Marqués de Estella, obedientes á la consigna recibida, se han diseminado por las provincias centrales, y valiéndose de amenazas y de terribles castigos, que no tienen precedente en las páginas de la historia, ni aun de la novela, han conseguido atraer á sus filas á gran número de indios, incluso en pueblos que antes de la sumisión de Biacna-bató, dieron. elocuentes pruebas de fidelidad á la santa causa de la Patria española. También en Cápiz y en otros puntos de las Visayas han conseguido establecerse: y bien de actualidad son los movimientos de Zambales, de Pangasinán, de llocos, de Cebú, y los katipunans descubiertos en Manila. Nos asusta el pensar qué podrá ser de un momento á otro de este hermoso país, porque desconocemos hasta dónde podrá llegar el fanatismo sectario explotándola sugestibilidad de esta raza y su flaco cerebro con las hazañas que pregonan, por ellos llevadas á cabo, sobre el ejército, cuyo aumento en la proporción qu(? ?e necesitaría para establecer una completa