LA ELOCUENCIA DE LOS HECHOS STÁ anunciada para hoy 28, la segunjS| da junta general ordinaria del año en curso, para los señores socios del Centro Gallego. Nos extraña la convocatoria, porque no habiendo sido aprobadas las gestiones de la Directiva durante el año anterior, no acabamos de comprender como la actual no trató de legalizar su situación dando cuenta á la Sociedad de todos los actDS de aquélla, por la responsabilidad que recae sobre unos y otros, y ser cuestión elemental que más respeto debieran merecer los señores asociados para que así lo merecieran los encargados de administrar la Sociedad. No creemos que si las gestiones de la anterior Directiva fueron buenas, lo parezcan, y menos creemos qne el desprecio que tal conducta demuestra sea tranquilizador para la buena marcha social, por el despojo de atribuciones realizado por la actual Directiva, en contra del derecho de los asociados. Creemos que más interés debieran de tener los gobernantes en dar cuenta de sus actos, por lo que el honor de los cargos obliga, que el de exigirlo los gobernados, por ser más indirecta la responsabilidad al no hacerlo, y que de ser aquéllos fieles servidores de los puestos, evitarían dudas y sospechas que destruyen moral y materialmente á la Sociedad. Comprendemos que á varios señores que componen la actual Directiva, les fué más fácil dedicarse al género chico antes y después de las elecciones, creciéndose los unos con los otros en la designación de vocales, á pesar de la poca talla de los confeccionadores, que para designar á uno, de no tenerlo por indiferente ó apacible, se buscaba al más ignorante para que no sobrepujara, habiendo quien alegara para ser designado, su cualidad de cocinero y entendido, en grado sumo, en toda clase de compras. También manifestó que alguien le estorbaba para desempeñar á su satisfacción las comisiones que le encomendaran, teniendo cuidado de hacer resaltar al mismo tiempo su voluminosa humanidad, capaz de infundir respeto y de meter el brazo no habiendo contrario, y que estas cualidades le ponían, dentro y fuera de su especialidad, muy por encima de todos los reunidos y ausentes. Hubo muchas protestas en contra de tal designación, por no ser orador el aspirante y porque pudiera defenderse de sus brillantes gestiones en la situación; pero el interesado demostró ser también recluta como otros señores que mencionó; que trabajaba por buscar dinero para la publicación de un semanario que le diera prestigio, y citó como prueba á otro señor que estaba presente, que era el alma y hasta el maestro de aquellas reuniones; que los oradores los buscaba él con dos centavos menos en ración de lechón en determinadas comidas, y si alguno podía hablar más alto que levantara el dedo, porque entonces levantaría él hasta los cuernos de la luna las muchas hazañas que por decir quedaban. Así se fueron historiando las cualidades de v.arior candidatos de la situación actual, entre protestas y aplausos, sin que hasta la fecha se hiciera nada que desdiga de la forma de reclutar vocales, realizando obras de general aplauso. Tenemos que decirles á los elementos sanos y conscientes que componen la Directiva, que va siendo hora de que se definan, no consintiendo la realización de actos de que por igual son responsables como su autor ó autores; y tal indiferencia es punible, no ya por parte de los que ejercen cargos, sino también de todos aquellos señores socios que comprendiendo el daño que se le infiere á la Sociedad, no acuden á la junta general á defender el propio decoro. A. TOGA. * * * * ROGELIO GONZALEZ Buen muchacho, buen orensano, buen carpintero y ahora buen dibujante. Las tres primeras cualidades las tiene bien probadas, y la última la demostró en los exámenes celebrados últimamente en el Plantel de enseñanza «Concepción Arenal» del Centro Gallego. Bn pública oposición y por unanimidad, el tribunal examinador de la clase de Dibujo concedióle el primer premio con «medalla de oro» en la asignatura de Dibujo industrial, habiendo recibida con tal motivo múltiples felicitaciones de sus amigos y comprovincianos. ¡Arriba, Rogelio!